El auto se detiene delante de la casa de los señores Way y yo salgo inmediatamente. Veo a Gerard quitarse el cinturón de seguridad y venir detrás de mí aún algo preocupado.Quiero encerrarme en la habitación, quiero estar sola, quiero llorar y quiero dormir el resto del día. Pero mis pasos se detienen abruptamente cuando volteo la mirada a la casa de a lado... A la que antes era mi casa. Ha pasado a ser del banco, y al parecer alguien la ha comprado.
Cierro los ojos con fuerza y siento que mi corazón vuelve a romperse dentro de mí. Aguanto la respiración tratando de que el nudo en mi garganta no me haga llorar más aquí en medio de la calle y me abrazo a mí misma sintiéndome totalmente desolada de pronto. Bajo la cabeza y repentinamente una mano se posa sobre mi hombro... Sé que es Gerard.
Pero yo me alejo inmediatamente de él y entro corriendo a la casa.
El señor Way se pasea por la sala cuando yo entro a la casa y su atención se dirige en seguida a mí. Esboza una gran sonrisa en cuanto me ve, pero ésta se borra al instante en cuanto levanto la mirada y mis ojos llorosos se encuentran con los suyos.
—¿Qué...? —No alcanza a terminar la pregunta cuando yo vuelvo a salir corriendo por las escaleras hasta encerrarme arriba en mi habitación.
Cierro la puerta con fuerza e inmediatamente me lanzo a la cama y me escondo entre las sábanas, mientras dejo que el sonido de mi llanto inunde la habitación completa y que una sensación devastadora me llene el cuerpo entero, una terrible sensación de soledad. Sí, estoy sola, estoy completamente sola.
Me aferro a las sábanas sintiendo el dolor quebrarme por dentro, y el aire en mis pulmones parece agotarse en segundos. Dejo que mi mente vague entre los felices momentos con mi madre y con mi padre, que las palabras de Gerard me torturen y que la sola idea de vivir sin ninguna de las personas que me trajeron al mundo me desgarre por dentro. Y chillo, sintiendo que es el único desahogo que puedo tener por ahora.
Y de pronto me quedo quieta, con la respiración agitada y escuchando mi corazón palpitar rápidamente en mi pecho. Y suspiro.
Los ojos me duelen, la luz del día me lastima inevitablemente y unas tremendas ganas de dormir se apoderan de mi cuerpo. Quiero levantarme y cerrar las cortinas de la ventana, pero el sueño logra ganarme, y antes de que pueda siquiera moverme yo ya estoy completamente inconsciente.
(...)
—¡Te dijimos que no le dijeras nada!
Una voz comienza a despertarme lentamente.
—Ella empezó primero. No era mi intención ponerla así.
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My Beautiful Nightmare (Gerard Way)
Storie d'amoreEs increíble cómo las cosas suceden de un instante para otro, en un día había perdido todo lo que nunca imaginé que perdería, la tristeza nunca había sido más reconfortante y las lágrimas y las noches frías nunca antes habían sido tanto mis mejores...