Es increíble cómo las cosas suceden de un instante para otro, en un día había perdido todo lo que nunca imaginé que perdería, la tristeza nunca había sido más reconfortante y las lágrimas y las noches frías nunca antes habían sido tanto mis mejores...
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Ha pasado un tiempo y he acompañado a Janet a la cita con el doctor cuando ya era tiempo de que le quitaran el yeso de su pierna. Ella dijo que ya le había pasado una vez cuando era pequeña, así que no le tomó mucha importancia, al contrario de Mikey, quien se mostró atento con ella y no la dejó en un solo momento.
Eso me recordó un poco cuando yo me rompí el pie y él también me ayudó cuando me quitaron el yeso. Sin embargo, parecía actuar de forma distinta, pues Janet lo había estado tratando de forma distante, aunque ahora que parece acercarse un poco más a ella se ve realmente feliz de por fin poder estar a su lado y poder ayudarla en estas cosas.
Obviamente todavía seguimos en la casa de Janet, lo cual, aunque a mí me preocupa un poco, a Janet parece no importarle en absoluto, al contrario, parece encantada de tenernos aquí con ella en estos días que su casa parece tan solitaria sin sus padres o su hermano, quien tampoco se ha aparecido desde el día que Janet salió del hospital.
Aunque Janet me dice que a pesar de que los primero días sí estaba un poco preocupada ahora ya no tanto. Dice que Mark solía hacer esto cuando era más joven y no podía soportar la presión que sus padres le ponían, así que, según Janet, él desaparecía por unos días y después volvía como si no hubiera pasado nada.
Pero debo de admitir que a mí sí me preocupa un poco, la última vez que lo vi no solo parecía presionado por la situación sino que realmente se veía dolido, desesperado, muy mal. Nunca quise que las cosas terminaran de esta forma y me siento mal porque es mi culpa, si algo le sucede es mi culpa y solo mía por haberlo ilusionado y después haber terminado con él como si todo lo que me dijo, cada palabra bonita, cada caricia o cada “te amo” fueran en vano en absoluto, como si nunca hubiera sucedido nada.
Me preocupa, sí, me preocupa bastante.
—¿No es simplemente atractivo? —me pregunta de pronto Janet mirando a través de sus gafas de sol a Mikey, quien salta a la piscina delante de nosotros.
—¿Mikey? —pregunto confundida y removiéndome en la tumbona en la que estoy recostada.
Janet baja las gafas de sol de su rostro y me voltea a ver con cara de “¿En serio?”. Yo me encojo de hombros levemente apenada y ella suelta un pequeño suspiro mientras vuelve la vista hacia él.
—Por supuesto que Mikey, tonta. ¿Quién más iba a ser sino él? Tan solo míralo, es como un dios griego; sus ojos, su cabello, cada facción de su cara. ¿Acaso alguien podría rechazar a una persona como él? Me parecería una locura si así fuera —me dice mordiendo la punta de sus lentes de sol mientras observa fijamente a Mikey saliendo a la superficie en la piscina.
Yo río levemente al escuchar la apasionada descripción de Janet sobre Mikey y volteo la vista hacia él, dándome cuenta que Gerard ya se ha acercado a la orilla de la piscina junto con su hermano, quien está todavía dentro del agua.
