Capítulo 59

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Voy despertando poco a poco y no puedo evitar sonreír al sentir las sábanas de seda y la increíblemente cómoda cama en la que estoy acostada

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Voy despertando poco a poco y no puedo evitar sonreír al sentir las sábanas de seda y la increíblemente cómoda cama en la que estoy acostada... Dios, se siente como si estuviera en el cielo.

Abro lentamente los ojos y lo primero que veo delante de mí es el gran ventanal a un lado de nosotros, el cual tenía las cortinas cerradas anoche. Admiro atentamente el increíble paisaje de Nueva York a nuestros pies y me pierdo en mis pensamientos por un segundo... ¿Qué fue lo que hice ayer en la noche? Solo recuerdo caer profundamente dormida al... Oh Dios mío, ya lo recordé.

Volteo la mirada al otro lado de la cama y mis ojos se abren de par en par cuando veo a Gerard durmiendo boca abajo con el rostro de perfil mirándome, sin llevar ni una sola prenda más que la sábana que cubre lo fundamental. Cierro los ojos un segundo y en mi mente aparece cada escena de lo que estuvimos haciendo anoche hasta el amanecer... Dios, todavía me siento un poco adolorida... Pero es un delicioso dolor que me recuerda lo bien que lo pasamos anoche, cada cosa, cada beso, cada palabra o caricia... Absolutamente todo.

Sonrío sintiéndome dichosa y vuelvo a abrir los ojos para mirar a Gerard a un lado de mí. Su semblante está relajado y su respiración es tranquila, muy calmada. Suelto un suspiro y las mariposas vuelven a aparecer dentro de mi estómago y revolotean anhelantes al ver a Gerard, tan sereno y durmiendo plácidamente con una casi imperceptible sonrisa en sus labios.

Me acerco silenciosamente a él y levanto mi mano para acariciar suavemente su cabello rojo, ese que tanto me encanta ver. Muerdo mi labio al verlo tan apacible y vulnerable e inmediatamente siento ganas de abrazarlo y de no soltarlo nunca, de tenerlo junto a mí y de despertar todos los días como hoy. Bajo lentamente mis caricias hasta su mentón y deslizo la mano por su incipiente barba... Es tan guapo, es tan varonil, tan sexy y atrevido, y me encanta todo eso de él, aunque algunas veces pueda comportarse como un completo idiota yo aun así lo quiero... Mi idiota.

Vuelvo a sonreír y me acerco hasta su espalda desnuda para dejar un dulce beso sobre su cálido hombro. Él gruñe levemente de pronto y yo inmediatamente me alejo de él sintiéndome algo apenada y culpable, como si de nuevo me hubiera atrapado haciendo algo que no debería hacer.

Muerdo mi labio y me cubro con la sábana blanca de la cama mirando cómo él poco a poco comienza a despertar. Y lo primero que hace al verme es sonreírme deslumbrantemente, una sonrisa que me roba el aliento al instante.

—Buenos días —murmura con una sexy voz ronca que me provoca cosquilleos en lo más profundo de mi vientre.

Dios, ¿desde cuándo soy así? Solo me está dando los buenos días y yo ya me siento preparada para todo.

Muevo la cabeza inmediatamente y suspiro confundida y molesta conmigo misma, pero le respondo a Gerard:

—Buenos días.

Él hace mucho más grande su sonrisa y me toma de la cintura para pegarme completamente a él. Nuestras pieles desnudas chocan debajo de las sábanas, lo cual causa que mis mejillas se tornen completamente rojas y un pequeño deseo comience a crecer en mi vientre.

My Beautiful Nightmare (Gerard Way)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora