Suelto un suspiro y dirijo mi vista a los bellos rayos del sol fuera de la ventana. Desearía ser un ave y volar hasta cansarme, desearía sentir el viento chocar sobre mi rostro y ser libre de cualquier situación, de cualquier sentimiento, de cualquier problema. Cuánto desearía no ser feliz o infeliz en absoluto... Cuánto desearía no sentir nada.
La vida llega a ser difícil la mayor parte del tiempo, y... Oh Dios, también muy dolorosa. Las personas que más quieres siempre se tienen que ir, esperada o inesperadamente, las cosas siempre están cambiando drásticamente, la vida nunca está quieta y el tiempo nunca espera a nadie.
Desearía haber sabido eso desde el principio, desearía no haberlo descubierto de la forma más horrible que jamás pudo haber pasado, desearía haber sabido que de la misma forma en la que las cosas más hermosas vienen... también se tienen que ir.
Es doloroso, sigue siendo doloroso y seguirá siendo doloroso. Mi padre, mi madre y todas las personas que se quedaron atrás y a las que nunca podré olvidar. Me pregunto qué dirían ellas si vieran a la mujer en la que me he convertido, en la persona que nunca imaginé que podría llegar a ser, en la persona que una vez fue ingenua e inocente, pero que ahora es fuerte y decidida... y consciente del mundo.
Ojalá pudiera decirles todo lo que mi corazón deseaba decir cuando las tenía a mi lado, cuando no sabía que esa era la última vez que las volvería a ver, la última vez que pasaríamos el tiempo juntos, la última vez que reiríamos, que nos enojaríamos entre nosotros, que nos abrazaríamos o que nos diríamos «Te quiero». Nadie espera que las tragedias pasen, nadie sabe cuándo será su último día, pero yo estoy completamente feliz de poder haber dicho adiós por última vez, de poder haber dejado ir a esas personas amadas libremente, de aceptar su muerte y pensar que ahora... están en un mejor lugar. Porque así suele pasar, y no queda más que aceptar lo que la vida nos da y seguir viviendo.
Ladeo una pequeña sonrisa inconscientemente mientras el cuerpo a un lado de mí se mueve y mi corazón comienza a palpitar rápidamente en mi pecho mientras el ruido a mi alrededor no se detiene. Siempre he odiado esta habitación, lo admito, pero nunca me he quejado de estar aquí, jamás... Es como estar en mi lugar feliz.
No hay nadie a mi alrededor, lo cual, por alguna rara razón, agradezco. Los ojos del hombre recostado sobre la camilla a un lado de mi se abren lentamente y yo me limito a observar cada parte de él.
—Hola —me saluda sonriente.
—Hola de nuevo... Gerard.
Y lo veo una vez más ahí delante de mí, tan guapo, tan radiante, tan feliz al verme.
Y ahí está él otra vez, el amor de mi vida. Aquella... mi hermosa pesadilla.
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My Beautiful Nightmare (Gerard Way)
RomanceEs increíble cómo las cosas suceden de un instante para otro, en un día había perdido todo lo que nunca imaginé que perdería, la tristeza nunca había sido más reconfortante y las lágrimas y las noches frías nunca antes habían sido tanto mis mejores...