Capítulo 34

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Mikey inmediatamente corre hasta la persona sentada en el sofá y se lanza a sus brazos

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Mikey inmediatamente corre hasta la persona sentada en el sofá y se lanza a sus brazos.

—Mamá —murmura él mientras la abraza con tristeza.

Yo tambien corro a su lado y me acerco a Mikey, quien de inmediato comienza a llorar inevitablemente al ver todos los moretones que rodean el rostro de la señora Way. Frunzo el ceño y aprieto mis labios sintiéndome muy preocupada por ambas personas delante de mí, y acerco lentamente mi mano al rostro de la señora Way.

—¿Está bien? —pregunto sin pensar mucho.

Aunque inmediatamente me arrepiento. No, por supuesto que nada está bien ahora.

La señora Way lucha para no echarse a llorar, pero en cuanto nota cuán preocupada estoy por ella, no aguanta más las lágrimas y comienza a llorar abrazando a su hijo delante suyo. Bajo la mirada con pesar y simplemente me quedo parada delante de madre e hijo abrazándose. Pero la señora Way toma de repente mi mano y me hace unirme a ellos en ese amoroso y familiar abrazo.

Mikey detiene su lamento un segundo y me abraza dulcemente junto con su madre, sonriendo levemente como si este momento le recordara a otro instante de su vida. Pero alguien detrás de nosotros nos interrumpe.

—L-Lo siento tanto... Yo no quería... —murmura el señor Way entrando a la sala con los ojos llenos de lágrimas y aún no completamente sobrio.

Mikey inmediatamente se aleja de los brazos de su madre, y está por ir directamente contra su padre cuando yo me acerco inmediatamente a él y me interpongo en su camino para detenerlo.

—No te queremos ver nunca más, Donald. Y cuando ya no estés ebrio te pediré el divorcio, yo no puedo soportar esto —habla la señora Way tratando de sonar segura, pero al contrario, su voz suena débil por el llanto y con un nudo atorado en la garganta, justo como yo y como Mikey.

—N-No, Donna, no te apresures, las cosas...

—¡Me engañaste, Donald! ¡Todo este tiempo te acostabas a un lado de mí en nuestra cama sabiendo que por el día habías estado en la cama de otra mujer, y nunca te importó una mierda! —exclama la señora Way totalmente furiosa, y Mikey y yo sólo bajamos la cabeza y nos quedamos callados—. Ah, pero cuando estos últimos días tu consciencia no te dejaba tranquilo entonces mentías con tu trabajo para escaparte todo el maldito día... ¡Hasta que te descubrí metiéndote en el hotel con esa otra! ¡Y no Donald, no me importa lo que tengas que decir, no te escucharé!

El señor Way da un paso hacia delante pero la señora Way inmediatamente se levanta del sofá y se aleja de él.

—Donna, por favor. Yo... Lo siento... en serio... —ruega el señor Way tratando de acercarse a la señora Way, pero Mikey rápidamente se pone delante de él y no lo deja avanzar más hacia ella.

My Beautiful Nightmare (Gerard Way)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora