Es increíble cómo las cosas suceden de un instante para otro, en un día había perdido todo lo que nunca imaginé que perdería, la tristeza nunca había sido más reconfortante y las lágrimas y las noches frías nunca antes habían sido tanto mis mejores...
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Gerard estaciona el auto en el primer espacio que ve vacío de cualquier calle y se desabrocha el cinturón para voltear la mirada hacia mí. Yo me alejo de él y le doy la espalda para seguir llorando sin que pueda verme... No quiero que me vea más.
—Ey, ey, tranquila, está bien, ya estás a salvo conmigo, Hayley... No te alejes de mí, por favor —me ruega también bastante triste, lo cual es lo único que hace detener mis lágrimas por un segundo.
Me han insultado, he sido humillada y ofendida de muchas maneras... Ni siquiera tuve el tiempo de ponerme unos zapatos, mis pies están descalzos y tengo frío, hace frío esta mañana, tal vez incluso llueva y todos mis abrigos siguen en la casa de la que acabamos de escapar. ¿Qué vamos a hacer ahora? ¿A dónde vamos a ir? Todo esto es mi culpa, todo esto lo provoqué yo... ¡Diablos!
Gerard se acerca a mí sin mi consentimiento y me toma dulcemente de la mejilla para hacerme voltear a mirarlo. Pero mi llanto vuelve a aparecer en cuanto vuelvo la mirada hacia él. Ahí están todas las razones por las que he hecho esto, por las que me he mantenido fuerte por mucho tiempo, las razones que me han mantenido viva y me han hecho sentir cosas inimaginables... Él es la razón por la que respiro, él es la primera persona en la que pienso al despertar, la persona que me acompaña en mis sueños cada noche... Es él la persona que amo con toda mi alma.
—No llores, por favor, no me gusta verte de esta forma —murmura mientras acaricia dulcemente mi mejilla y limpia cada lágrima que derramo.
Bajo la cabeza y muerdo mi labio, evitando firmemente no llorar más. Sin embargo, se me hace muy difícil, porque a pesar de que sea cierto, a pesar de que sí, lo amo con toda mi alma, aun así nosotros somos una pareja tan imposible... Nadie quiere que estemos juntos. Y a pesar de que ambos podríamos mandar a la mierda a todas las personas, podríamos irnos lejos y no volver nunca, aun así nunca podría realmente disfrutar de él y de todo eso, porque las personas a las que dejamos atrás son las personas que más sufrirían. Su familia, sus amigos, todos ellos estarían completamente destrozados y yo de verdad nunca podría hacer eso, por más que ame a Gerard con toda mi alma.
Niego con la cabeza y me alejo de él, me alejo de sus delicadas y apacibles caricias y vuelvo a voltear la mirada. Aunque él rápidamente me toma de los hombros y me obliga a voltear a mirarlo.
—Sé que te sientes mal, sé que te culpas de todo esto pero por favor no lo hagas. Mis padres son crueles, no tienes idea cuánto, pero no pienses en ellos, olvida todo lo que te dijo o te hizo mi madre, tan solo olvídalo, por favor. No es tu culpa, has hecho tantas cosas por mí, cosas que ellos nunca harían. Te apuesto a que me conoces mejor que ellos, te apuesto a que sabes mucho mejor las cosas que me gustan o me disgustan... Ellos no tienen idea de que te amo, no saben que has tocado mi corazón, ellos no saben que haría cualquier cosa por ti y para tenerte a mi lado. Ellos no lo saben, pero tú sí, Hayley, tú si lo sabes muy bien... ¿Verdad? —me pregunta vehemente mientras intenta hacer que lo mire a los ojos.
