El día se torna un poco oscuro, en un segundo el sol se va ocultando detrás de unas grandes y sombrías nubes que cubren casi todo el cielo.
Janet se ha mantenido hablándome de varias cosas al azar, tratando de hacerme olvidar por un momento de mi situación, de que en poco tiempo más el vuelo saldrá y Gerard aún no ha llegado al aeropuerto.
Echo un vistazo hacia el pasillo por donde se supone que tendría que entrar Gerard y muerdo mi labio preocupada cuando observo que la gente camina de aquí para allá con sus familias y sus maletas, sin embargo él no aparece en ningún segundo.
—Hayley, ¿me estás escuchando? —pregunta de pronto Janet moviendo las manos delante de mi rostro para hacerme reaccionar.
—Lo siento, estoy algo preocupada —le contesto sin despegar la mirada del pasillo.
—Sí, eso se nota. Pero se supone que ya has viajado en avión otras veces, ¿no es así? No deberías ponerte nerviosa ni... —La interrumpo.
—No, no es nada de eso. Es... Gerard —le contesto murmurando su nombre para que la señora Donna, quien está hablando con mis tíos en la mesa de atrás, no me escuche.
Janet entiende de inmediato lo que trato de decirle y voltea también la mirada hacia el pasillo.
—No te preocupes, él estará aquí, sería un completo idiota si no viniera a despedirte... Lo mataría si él no viniera a despedirte —me contesta Janet con cierta molestia pero yo frunzo el ceño.
—No, tú no sabes, lo que pasa es que...
—Aquí tienes, preciosa. ¿Estás segura de que el café no le hará daño a nuestro bebé? —pregunta Mikey interrumpiendo de pronto y poniendo un vaso de café capuchino delante de Janet en la mesa.
Janet sonríe inevitablemente al escuchar a Mikey decirle preciosa y su corazón se derrite aún más al ver cómo él acerca su silla a la de ella y comienza a tocar por encima de la ropa su pequeña barriga de embarazada. La ropa holgada disimula bastante bien su embarazo, sin embargo aún así se nota que su pequeña panza es de embarazada.
—Tranquilo, estuve leyendo demasiado y no le hará nada al bebé si no tomo demasiado. Además, estos antojos no me los quita nadie —le responde Janet con una enorme sonrisa y le da un sorbo al café.
—Es que todo esto me tiene muy nervioso, siento que si siquiera la toco un segundo podría lastimar al bebé. No quiero hacerle daño —comenta Mikey también sonriente y hablando conmigo.
Yo suelto una pequeña risa y ladeo la cabeza mientras miro con ternura a la feliz pareja delante de mí. Y la tristeza me recorre el cuerpo de pronto, pero trato de evitar pensar en cualquier cosa que me ponga triste, pues sé que si hago eso me echaré a llorar en cualquier segundo.
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My Beautiful Nightmare (Gerard Way)
RomanceEs increíble cómo las cosas suceden de un instante para otro, en un día había perdido todo lo que nunca imaginé que perdería, la tristeza nunca había sido más reconfortante y las lágrimas y las noches frías nunca antes habían sido tanto mis mejores...