Capítulo 64

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—¡¿Qué?! ¡¿Una carta?! ¡¿Le vas a decir a Mikey que estás embarazada por medio de una carta?! —exclamo boquiabierta, y Janet solo muerde su labio algo apenada

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—¡¿Qué?! ¡¿Una carta?! ¡¿Le vas a decir a Mikey que estás embarazada por medio de una carta?! —exclamo boquiabierta, y Janet solo muerde su labio algo apenada.

—Ya, Hayley, por favor, te dije que no quería que me juzgaras. Además, también te dije que tenía miedo y estoy casi segura de que me va a dejar... No quiero hablar con él, por más que necesite verlo ahora —murmura algo afligida mientras baja la mirada.

—¡Pero estamos hablando de un bebé, Janet! ¡Un bebé! Eso no se lo puedes decir a través de una carta como si nada —la riño sin poder evitarlo y ella aprieta los labios, solo para voltear a verme rogándome con la mirada.

—Tan solo ayúdame, Hayley, tan solo necesito que le entregues la carta a Mikey, y si después de eso decides que ya estás harta de mis estupideces puedes irte... No te pido que te quedes, por más que quiera que estés aquí conmigo —musita bajando de nuevo la mirada y yo aprieto los labios y miro unos segundos mis pies pensando.

—No me voy a ir, por más que piense que es una mala idea eso de la carta no me voy a ir. Ya te lo dije, Janet, no te voy a abandonar ahora ni nunca. Y, aunque sigo pensando que sí es una completa estupidez, sí voy a hacer lo que me pides —acepto suspirando cansada y Janet inmediatamente alza una sonrisa mirándome animada.

—Creo que es la única buena noticia que he escuchado en varios días. Gracias, Hayley —dice animada mientras abraza mi brazo.

Yo muerdo mi labio y tomo asiento a un lado de su cama para mirarla también con una sonrisa. Me alegra verla sonreír siquiera una vez desde que llegué aquí... Es un alivio ver que a pesar de todo Janet no pierde esa alegría y esas sonrisas que tanto la caracterizan.

—No digas eso. Sí, sé que tal vez ahora no era el momento perfecto, pero aun así, ¡hay una vida creciendo dentro de tu vientre! Eso debe de sentirse genial —exclamo sonriendo alegre para hacerla pensar positivo, pero ella entorna los ojos y voltea lentamente la mirada hacia mí viéndome mal.

—No, Hayley, para nada, te lo aseguro. Todo mi cuerpo se está hinchando y me siento como una bola, a pesar de que todavía ni siquiera tenga la panza del bebé. Además, tengo ganas de orinar a cada rato... ¿Cómo es que voy a poder dormir así? Solo espero que eso no dure hasta terminar el embarazo, sería un completo fastidio. Y no me hagas hablar de la comida... ¡Tengo muchos antojos! ¡Me quiero comer al mundo entero! Oh, pero soy bien bipolar porque no sabes cómo me pongo cuando no me gusta el olor, de lo que sea, perfumes, humo de cigarrillo, el olor de mi comida favorita no lo soporto, ¿puedes imaginarlo?... ¡Además, me están comenzando a salir espinillas y granos! ¡Eso no me había pasado ni cuando estaba en secundaria! —exclama quejándose y yo río levemente—. ¡No te rías! ¡Es en serio!

—Ya querida, todo estará bien, yo voy a cuidarte y te traeré todo lo que necesites —comento haciendo voz masculina y palmeando suavemente su mano.

My Beautiful Nightmare (Gerard Way)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora