Endlessly || Lashton

Capitulo 12.

Después de un rato de silencio, Edward nos llamó y cambió de cajeros.

-Son gays? -señalo con su índice a cada uno.

Que podía decir. Quizá iba a despedirnos ahora mismo pero no podía negarlo, iba a hablar pero Ashton pensó más rápido que yo.

-No, solo somos amigos.

Mi corazón trato de captar su información ¿Era así?

-¿Amigos que tendrán una cita?

-Eso no te importa, Oscar-lo tuiteó.

Mucha confianza para un empleado.

-Le diré a tu hermana. Cuando se enteré que eres de otro.. -hizo una mueca.

-Ella lo sabe. También puedo decirle que te tiras a las clientas. -dijo relajado.

Ya entiendo. Cuñados.

Ashton sonreía triunfante ante su acto. Y -Oscar- nos volvió al empleo hasta que terminó nuestro turno. Fui en camino al mostrador para dejar las cosas y alguien estaba detrás de mi viendo como me arreglaba.

-Qué? -le pregunté.

-Nada. -hizo lo mismo que yo y salimos.

-¿Perdiste permiso?

-Sí. Trabajo medios tiempos aquí, junto dinero para cosas pendientes y ¿tú?

Pues mi mamá piensa que sigo siendo un niño que cuando tenía 8 quería tener su primer empleo aquí para comprarle una "casototota".

-Igual. -fue lo único que salió de mi.

Cogió una caja de patatas fritas, jaló suavemente mi antebrazo para al final salir, fugandonós del lugar. Me invitó y negué.

-¿Has comido ya?

Volví a negar.

-¿Quieres morir? Reí. Y me volvió a ofrecer las patatas, tomé y comí.

-Qué te parece, si en vez de ir a la prepa..-le interrumpi.

-No lo sé.

-Me debes una cita.

-¿Tiene que ser hoy? -alzé una ceja en modo de pregunta mientras colocaba mis manos en los bolsillos de mi chaqueta.

-Sí.

En un tiempo después nos encontrabamos en un centro comercial.

-¿Qué estas haciendo? -reí desde el banco de los probadores.

-El mejor día de tu vida.

No conocía a este Irwin, en realidad solo lo conocía 2 días y ya me encantaba.

-¿Cómo?

-Ya verás.

Sonrió subiendo por las escaleras electricas. Me ofreció su mano que por primera vez la había tocado y sentido. Encontró una cabina de  fotos. Oh no.

Era tarde, todas mis posiciones eran raras y el solo sonreía en todas.

Que ha sido eso? En un momento nos encontrabamos en la cabina, en otro en los trenes haciendo gestos el uno al otro u saludando a la gente de los trenes antes de que se fueran, luego teniamos que correr de seguridad porque no pagamos las entradas del cine. Su mano sujetaba fuermente la mía escapando de haber robado unas gomitas, cuando por fin paramos; me las ofreció.

-Podias haberlas comprado. 

Se encogió de hombros.

-Mira -hizo una señal para que me volteará.

-¿El qué?

Había un jardín lleno de todo tipos de flores; rosas, claveles, margaritas, etc. Había luces de adorno y por otro lado una canasta con comida.

-Llegamos. -abrió las rejas para entrar y ver claramente lo más increíble.

-Qué hacemos aqui?

-Te dije que tendríamos una cita.

Se tiró al pasto junto a su mochila y yo repetí su acto. Abrió la canasta sacando comida.

-¿Qué es?

-Rabioles.

-Pasó.

Frunció el ceño.

-Qué quieres, pizza? -dijo burlón.

-Sí.

Arqueó la ceja pero obedeció haciendo una llamada y volvió a mi.

-Tengo una idea.

Estaba sentado en un lado del charco para no toparme junto a el. Entonces Irwin empujó mi débil cuerpo al barro haciendo que mi ropa se vuelva mierda.

-Vas a pagar.

Corrí hacía el, traendoló al mismo lugar donde me boto. Caímos ambos. Juntos. Rostro con rostro.

-Te vez mal. -rió, después de eso pasó su mano por mi mejilla dibujando un corazón de barro.

Sentí que se perdió tanto en mi y mis movimientos, que aproveche en agarrar una mangera y con ella comenzé a mojarlo.

Se levantó bruscamente, corrió hacía mi para detenerme.

-Basta. -quejó.

-Tu empezaste.

-Claro que no.

-Pideme disculpas.

-Nunca.

-Bueno.

Continué con el acto. Él jaló de mi y volvimos a caer. Me encontré con los ojos mieles, una vez más. ¿Qué tan cerca estabamos de un tercer beso? Hasta que sonó el timbre.

-Creo que la pizza, llegó.