Capítulo 10 - La visita del Padre Andres

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Capítulo 10

LA VISITA DEL PADRE ANDRES

Jade llegó a su pequeño apartamento alquilado en el centro, abrió la puerta sin hacer ruido y se colocó otra ropa mucho más cómoda, salió nuevamente al pasillo y tocó la puerta de una vecina, que le abrió sin mucha fanfarria, la guió hasta una habitación donde un pequeño de cuatro años aun dormía. Ella le agradeció a la dama y se fue con el niño en brazos hasta su apartamento. Cuando lo colocó en su cama el pequeño despertó y la recibió con alegría:

-¿Mami, porque llegaste tan tarde?- dijo entre sueños.

-Se me hizo tarde en el trabajo bebe. Duerme nuevamente que es muy temprano- Ella se recostó al lado del niño y durmieron juntos por algunas horas más.

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Vicente se tumbó en la cama y pensó largo rato en lo ocurrido momentos antes, hasta que se durmió. Después del mediodía se dedicó a estudiar un poco. Era sábado y no tenía compromisos adquiridos que lo obligaran a salir de su habitación. Se extrañó un poco al saber que el Padre Andres había llegado y esperaba por él. El beso de Jade le daba energía, ilusión, tenía la sensación de ser más fuerte que antes, quería compartir con su mentor la experiencia, sin embargo exponer sus sentimientos públicamente, ponían en riesgo los logros obtenidos. Él podía hacer más por Jade alcanzando las metas que se había trazado. Evaluó las opciones y se arregló para enfrentar al Padre Andres sin decir más de lo debido.

-Hola Padre. Veo que las noticias vuelan- dijo irónicamente Vicente.

-Hola Vicente, no estoy de humor para ironías, estoy preocupado por ti y vengo a reprenderte.

-Padre, no se moleste conmigo, yo no hice nada malo, Salí de clases, visité un local nocturno, y me reuní con una persona importante para mí. Yo me siento feliz y no deseo discutir con nadie, mucho menos con usted- el joven esbozaba una radiante sonrisa.

-¿Una persona importante para ti? No sabía que tenías novia- El padre ahora estaba perturbado al no tener conocimiento de ese hallazgo.

-No tengo novia, pero si me gusta una muchacha. Y ahora sé que yo le gusto a ella Padre – Los ojos de Vicente brillaban como faros encendidos.

-¡Muchacho estás enamorado! Esa es una buena noticia ¿pero porque no conocemos a la afortunada damisela? – El padre se emocionó.

-Todo a su tiempo. No es mi novia aun, pero sé que es diferente y especial.

-¿Por qué no le dijiste esto mismo al padre Aurelio? Él se preocupa también por ti. Lo mortificas sin necesidad. Por esa causa si debería reprenderte – De nuevo se alteró el Padre Andres.

-No siento la misma confianza. Debí decirle la verdad. Me disculpare con él, pero le ruego que se calme. Padre estoy muy grande para que me reprenda. Deme su bendición más bien...

Vicente era como un hijo para el Padre Andres, y la relación entre ellos era filial y cercana, contarle sus sentimientos era natural y lógico, esperar su bendición una necesidad adquirida desde la infancia. Él era lo más cercano a un padre, a una familia.   

ENTRE EL AMOR Y EL ODIO (PRIMERA PARTE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora