Capítulo 9
EL AMANECER DESDE EL MIRADOR
Vicente salió de la Universidad con energía, no deseaba regresar a su pequeña habitación. Tenía dinero para el taxi, y no vaciló. Solo podía pensar en Jade, y el tiempo que había transcurrido desde la última vez que la vio. De pronto se encontró frente a la entrada del establecimiento con el gran aviso luminoso destellando frente a sus ojos, "La Joya". Aun recordaba el rostro de Mauro y se acercó para saludarlo:
-¡Epa, hermano! ¿Te acuerdas de mí?- No era el estilo de Vicente, pero debía ser lo más sociable posible.
-No te recuerdo, aquí vienen muchos ricachones jóvenes a saciar sus ganas – Respondió sinceramente Mauro.
-Soy el primo de Jade...
-¿El que tiene diez y ocho años? Sabes que no debes estar aquí. No quiero problemas- El hombre se transformó en un tempano.
Vicente le escribió un mensaje a Jade para que saliera, pero no respondió. El joven se paró al lado de Mauro y humildemente le hizo una petición:
-¿Puedes avisarle a Jade que estoy aquí?
-Hijo, esto es un burdel, no una sala de convenciones, tu prima está ocupada o lo estará en un rato. No puedo interrumpirla para decirle que la familia la vino a ver.
-¿Al menos puedo esperarla aquí afuera?
-Está bien quédate a mi lado, y no interrumpas.
Vicente vio entrar a hombres mayores, bien vestidos, con traje y corbata, algunos acompañados de guardaespaldas, otros llegaban en autos deportivos, vestidos más casualmente. Todos parecían ser adinerados. Entendió que con su apariencia musculosa no bastaba para pasar, necesitaba verse poderoso. No tenía como alardear.
El tiempo transcurrió, tal vez unas tres horas. Mauro era buen conversador cuando no tenía gente en frente. Vicente supo que tenía cinco años trabajando en La Joya, que era casado y padre de cuatro hijos. Que también tenía un negocio de ropa en un mercado, manejado por su esposa. Tuvieron bastante de que hablar. Hasta que el teléfono de Vicente vibró. Un mensaje había llegado. Jade respondió "¿Aun estas en La Joya?", rápidamente el agitado Vicente contestó "No me iré de aquí sin verte", nuevamente recibió otro mensaje "Salgo tarde", Vicente muy decidido escribió, "Te esperare".
A las cuatro de la mañana salió Jade, con el cabello recogido en una cola, vestida con Jeans y una chaqueta de cuero negro cerrada, calzando unos botines altos negros. Su apariencia era diferente. En sus manos tenía un casco, y en sus hombros un morral. Esta vez no estaba maquillada. Se veía más joven. Cruzó algunas palabras con Mauro y se despidieron. Se acercó hasta Vicente y se vieron sin decir nada durante un rato. Jade rompió el silencio:
-Debes estar demasiado cansado para hablar ¿Porque no me dices nada? – la joven al natural lucia más hermosa. Ella le brindó una sonrisa y le tomó la mano a Vicente.
-Cuando te vi la primera vez eras tan diferente. Ahora entiendo que eres más hermosa de lo que yo recordaba – Vicente sonrió también. Y se dejó llevar de la mano, hasta un callejón donde permanecían algunos autos estacionados.
Jade se dirigió hasta una moto estacionada al fondo del callejón, se colocó el casco y le preguntó a Vicente con total naturalidad:
-No tengo un casco para ti, no acostumbro llevar pasajeros en la noche. ¿A dónde te llevo?
Para Vicente este descubrimiento era maravilloso, que la mujer que ocupaba sus pensamientos tuviera una moto era sensual.
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ENTRE EL AMOR Y EL ODIO (PRIMERA PARTE)
RomanceEn vísperas de sus dieciocho años, Vicente, un joven huérfano, sabe que tiene que abandonar la casa hogar y comenzar su vida como adulto. Una vez afuera de las cuatro paredes que protegieron su infancia, tiene acceso a un nuevo mundo, lleno de opo...