Capítulo 82 - La deuda

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Capitulo 82

LA DEUDA

Los informes médicos eran revisados minuciosamente por Sebastián Restrepo. Las ordenes de su padre fueron precisas, y con su típico estilo autoritario, dejó claro su interés personal por Celeste, a quien siempre llamó Jade ò La Joya. No era difícil entender porque estaba embelesado con la muchacha, ya que el mismo se impresionó con su belleza. Lo que mantenía al galeno intrigado era el nacimiento de esta relación, o la falta de relación, que era evidente, por su comportamiento esquivo.

La chica dijo no conocer al personaje que la rescató, también afirmó haber escapado de un auto en llamas, así como haber recibido una herida con un arma blanca. Todo era confuso. Una mujer hermosa con un pasado turbio. Y por un momento deseó desistir en su investigación, para seguir viendo a su paciente como una indefensa princesa. ¿Y porque quería tenerla en un pedestal? Recordó que ella era el juguete de su padre, y cerró el expediente abruptamente.

El teléfono personal de Sebastián repicó, y cuando leyó el nombre en la pantalla resopló con un dejo de obstinación:

-Hola papa.- respondió sin emoción la llamada.

-Hola hijo. ¿Cómo va todo?

-Ya te lo expliqué en el correo que te envié. Tu invitada se va a recuperar.- En el fondo quería aprovechar la comunicación para indagar, y saber de dónde se conocían y porque la paciente desconocía quien la ayudó.

-Sí, ya leí tu informe, es profesional. Estoy conforme con tu trabajo.

-Aprovecho la ocasión para decirte que tu joya no sabe quién la está ayudando.

-¿Y que le has dicho?

-Nada. Evadí el tema.

-Es lo mejor. Pero ha llegado el momento de darle la bienvenida en persona a La Joya. Llegaré mañana temprano. Sé que tienes varias preguntas, que no te atreves a formular. – El Patrón confrontó a su hijo.

-Sería bueno saber cómo se conocieron, y que tipo de lazo los une. Ella se ve ajena a tu mundo.

-Estas bastante interesado en la hermosa Jade, pero te recuerdo que tu trabajo es curar sus heridas, de su corazón me encargo yo.

-Ya me lo dijiste antes. Solo quiero saber el terreno que piso para no hundirme en el fango. Le dices Jade, pero se llama Celeste.

-Eso ya lo sé. Ella tiene que asumir que siempre será mi Joya. Celeste es un nombre bastante aburrido.

-¿Nicole vendrá contigo? ¿Sabe que tienes una joya?

-¡Deja los comentarios sarcásticos! Nicole esta bien. No necesitan conocerse. Recuerda que eres mi hijo, me debes respeto a mí y a nadie más.

-Lo se padre ¿O debo decirte Patrón?

-Padre, esta bien. No me retes Sebastián. Sé que, a pesar del dolor de la perdida de tu amada Laura, no dejas de ser hombre. Es difícil no apreciar la belleza y sentirse atraído por una mujer como Jade.

-Conozco mis límites. Soy profesional.

-Entonces esto es solo el reforzamiento de una lección. Mañana nos vemos. – Fin de la llamada.

Sebastián, luchaba continuamente con la ira acumulada. El nombre de Laura lo lastimaba. Sus antiguos despliegues de violencia no habían sido suficientes para superar la perdida. Se levantó iracundo y golpeó la pared. Su padre tenía talento para sacar lo peor de él.

ENTRE EL AMOR Y EL ODIO (PRIMERA PARTE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora