Capitulo 20
LA MANSION EN LA SELVA
El teléfono repicó varias veces, pero nadie atendió la llamada, el desconocimiento alimentaba la ansiedad de Vicente. Su mente empezó a imaginar posibles escenarios nada placenteros, y simplemente sabia en su corazón que Jade mintió desde la primera frase. Era tan fácil ser sincero ¿Por qué Jade no liberaba su alma de tantas cargas? Cada secreto guardado era lastre que arrastraba día a día. En algún momento el peso no la dejaría avanzar e inevitablemente tendría que soltar la carga. Colocó el móvil en el estante y regresó a sus papeles, anotó algunos destellos de creatividad y llamó a Raúl para solicitar su colaboración. Necesitaba ayuda para desmantelar el motor de la moto y recrear su diseño:
-¿Qué te parece si el próximo fin de semana nos dedicamos de lleno? Es que tengo él bebe un poco enfermó y estoy ayudando a Vanessa con los oficios de la casa. Pero te prometo que el próximo sábado comenzamos. – Raúl estaba atareado. Su vida cambió y estaba enfocado en su familia.
Desconcertado Vicente revisó en su móvil el número de María. No era mala idea reunirse y conversar. De alguna manera tenía que distraer su mente para no atraer malos pensamientos. Hasta ahora descubría el poder que Jade ejercía sobre él. La ira tenía que convertirse en energía positiva, y María era felicidad pura. Decidió llamarla:
-Hola, María soy yo, Vicente. ¿Te puedo invitar a salir?....
----
Un vehículo blindado esperaba a las bailarinas en la rustica pista de aterrizaje. Varios guardaespaldas escoltaron al grupo hasta su destino. Un camino sin asfalto se abrió paso entre la selva tropical. Hacía calor y la humedad en el ambiente era extrema. Las mujeres ignoraban la ubicación, y el paisaje se repetía sin cesar, arboles, palmeras y vegetación espesa. Un enorme portón de rejas blancas se divisó en la distancia, de pronto se abrió para dar paso a los vehículos. En el interior se apreciaba una mansión entre vegetación, pintada de blanco. Varios autos estacionados confirmaron la presencia de gente importante en la reunión.
Las mujeres fueron instaladas en una hermosa casa de huéspedes, con una encantadora piscina en frente. Algunos guardaespaldas se quedaron para hacer vigilancia en ese recóndito espacio. Era innegable la seguridad en todo momento. El ruido de las chicas fue interrumpido por la Madame quien recordó las reglas de etiqueta y estilo que debían mantener cada una de sus empleadas:
-Les recuerdo que las Joyas son glamorosas, no chillonas y alborotadas. Conserven la compostura y dediquen su tiempo a perfeccionar aquellos detalles que no sean acordes con esta fiesta. Espero lo mejor de ustedes jovencitas. No me decepcionen.
Amatista, con su imagen juguetona y su personalidad infantil recorrió la casa como lo haría un niño en una tienda de dulces. Ónix, Zafiro, Topacio y Ámbar se instalaron en los muebles de la sala principal. Estaban felices pero cansadas y se quedaron conversando un rato. Jade subió directamente a su habitación, conocía perfectamente el camino y no reparó en demostrarlo. Se excusó diciendo que tenía un ligero dolor de cabeza y necesitaba dormir unos minutos para recobrar la fuerza.
La madame desapareció con uno de los guardaespaldas, que intercambió algunas palabras con ella y la escoltó hasta la casa grande.
-¿Y la Madame?- Preguntó Ámbar, una pecosa chica de ojos verdes, cabello rizado y rubio.
-Seguramente estará reunida con el dueño de la fiesta. ¿No tienen hambre?- Replicó Ónix, indiscutiblemente una líder en el grupo.
-Comí tanto en el avión que me siento aun llena. Pero este lugar es tan hermoso, que me gustaría recorrerlo un poco – dijo Topacio de cabello largo y liso, con cara de ángel.
-No lo creo, esos gigantes no se quitan de la puerta.- respondió Zafiro, con su cabello corto y negro y su porte roquero.
-No es seguro salir de esta zona. Recuerden que no sabemos quién es el famoso cumpleañero, y mucho menos a que se dedica – el razonamiento de Ónix, alertó a sus compañeras. El ambiente festivo se terminó.
-Jade debe saber algo más. ¿Le preguntamos? – todas miraron perplejas a la desconcertada Ámbar.
-Entonces que valla Ónix. Es la única que ha tenido trato directo con esa joyita- el comentario de Zafiro, desvió la atención a la espigada morena.
-¡Esta bien, lo hare! No me vean así, que me asustan, pero les advierto que esa chica es una caja fuerte y dudo que diga algo de lo que sabe.
ESTÁS LEYENDO
ENTRE EL AMOR Y EL ODIO (PRIMERA PARTE)
RomanceEn vísperas de sus dieciocho años, Vicente, un joven huérfano, sabe que tiene que abandonar la casa hogar y comenzar su vida como adulto. Una vez afuera de las cuatro paredes que protegieron su infancia, tiene acceso a un nuevo mundo, lleno de opo...