Capitulo 76
NADIE ESCAPA A SU DESTINO
Con la noche a cuestas, los pasos de Celeste no le permitieron llegar muy lejos, y se desplomó a orillas de la carretera, perdiendo el conocimiento. Cuando recuperó la conciencia reposaba sobre una camilla y se encontraba completamente sola y desorientada, con el brazo conectado a una vía que le suministraba suero y algún medicamento. Su ropa ensangrentada había sido retirada y su cuerpo era cubierto con una endeble bata desechable azul. Le dolía todo, respirar, moverse, girarse sobre sí misma, pero el dolor más grande estaba en su corazón, en la última confesión de Gerson. Hizo un esfuerzo enorme por incorporarse, una punzada en su vientre se lo impidió. La enfermera que entró, se impresionó al ver a la paciente retraída en posición fetal, con la cara contraída del dolor, su asistencia oportuna tranquilizó a Celeste que lloraba inconsolablemente.
-¿Dónde estoy?- preguntó Celeste, con cierta dificultad para hablar.
-En un dispensario médico. Esperamos una ambulancia que la traslade a un Hospital, en Los Teques.
-¿Los Teques?...
-Sí, la ciudad más cercana al pueblo.- La enfermera, demasiado joven para emitir un diagnóstico, revisaba la herida en el vientre que no dejaba de sangrar. Su sonrisa era forzada, ocultaba lastima, quizás por el mal estado de la lesión.
-Quiero... hablar... con un médico. ¿Cómo llegué... hasta acá? – Celeste se ahogaba con cada frase.
-Ya busco al médico de guardia, pero no se exija Señorita Ariana, que pronto estará aquí la ambulancia.
¿Ariana? Era el nombre de la muchacha que Gerson tenía como rehén. El parecido de ambas era tal, que la enfermera no se dio cuenta de la usurpación de identidad. Esa cedula y esos papeles le asignaban nuevamente un seudónimo a Celeste. No la corrigió.
-Quiero... ups.... Hacer una llamada... - La punzada en el vientre le restaba fuerzas, le robaba su aliento, matándola poco a poco.
-Yo puedo hacerla por usted, solo dígame el número- La enfermera buscó en el bolsillo del uniforme blanco su teléfono móvil de última generación.- Podemos intentar una video llamada si la otra persona cuenta con este tipo de teléfono también.
Celeste ingresó en la pantalla táctil el número de Carla, su único recurso. La enfermera sostuvo el teléfono para que la paciente conversara con algo de comodidad. Con un video llamada Karla obtuvo detalle visual del estado de su amiga. La enfermera le dijo la ubicación exacta y posteriormente, salió para reportar al medico las mejorías.
Karla, culminó la conversación telefónica entre llantos de tristeza y alegría, y sin dilatar ni un segundo más los planes, realizó la siguiente llamada, su interlocutor atendió al primer repique:
-Es Carlos Ignacio, dime todo lo que sepas de Celeste. Necesito tu ubicación exacta para enviar a mis hombres por ti y el niño.
-No se preocupe, el niño y yo estamos bien. Salve a mi amiga, está muriendo.
-Ya me involucré. A partir de ahora, Los tres son mi responsabilidad.
El patrón revivió su deseo dormido, recordó la belleza de Celeste y su callada obsesión insatisfecha, la resignación con la que desistió de su objetivo, por darle paz al niño aquel, que debió morir con su familia, aquella noche, en el pueblo fronterizo de Ureña. El destino lo reunía con el pasado.
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ENTRE EL AMOR Y EL ODIO (PRIMERA PARTE)
RomanceEn vísperas de sus dieciocho años, Vicente, un joven huérfano, sabe que tiene que abandonar la casa hogar y comenzar su vida como adulto. Una vez afuera de las cuatro paredes que protegieron su infancia, tiene acceso a un nuevo mundo, lleno de opo...