ENTRE EL AMOR Y EL ODIO (PRIMERA PARTE)

Capítulo 14 - La sorpresa de Doña Amelia

Capítulo 14

LA SORPRESA DE DOÑA AMELIA

El encuentro entre el nuevo padre y el cumpleañero fue muy emotivo, la fecha ahora sería importante para ambos por siempre. Los otros compañeros de trabajo también se unieron a la gran celebración. El Señor José trajo unos puros y unas cervezas para festejar en serio. Walter, compró frutas y un presente para él bebe, que tenía guardado desde hacía unos cuantos meses, ropa en color blanco, para evitar confusiones con el sexo de la criatura. Vicente dejó sus presentes en la iglesia, ya que no le dio tiempo de pasar a buscarlos, así que se disculpó con su amigo, quien no perdió la oportunidad para bromear:

-Mi pana, esto es lo máximo. Es una sensación única. Tienes que tener un hijo, te lo garantizo – Raúl hablaba desde su paternidad recién nacida, aun embobado por la adrenalina del primer llanto, el primer contacto cuerpo a cuerpo con su hijo.

-Viste que todo salió muy bien. Ahora eso es lo que deben hacer con ese hijo, amarlo por sobre todas las cosas y ser los mejores padres que puedan- Vicente se sentía orgulloso de haber sido parte en esa historia- Por cierto ¿Cómo se llama él bebe?

-Esa pregunta hasta da risa, por supuesto Raúl, como su padre – La cara del moreno se iluminaba al decir esta frase.

-Te puedes tomar esta semana para ayudar a tu mujer con él bebe. No te preocupes por el taller - José estaba consciente de la juventud de Vanessa y de su falta de experiencia. Procuró darle alivio a la pareja.

-¿Y Doña Amelia? Ella me llamó, pensé que estaría hoy aquí con nosotros- Raúl le extrañó su ausencia.

-Tranquilo chico, ella me dijo que mañana pasara en horas de visita para conocer al bebe y traer un regalito. ¿Qué les hace falta?- Preguntó Vicente sin mucho afán.

-De faltar, si falta mucho. Solo compré un corral y pañales, pero no tenemos tantas cosas compradas. Los padres de Vanessa no me quieren, por haber dañado los planes de su hija mimada y me exigieron resolver por mi cuenta las necesidades de ella- Raúl sintió vergüenza.

-Todo comienzo es difícil y más cuando se mete la pata. No te preocupes tanto, cada bebe nace con su arepa debajo del brazo, si tienen amor, lo tienen todo – Walter fue muy generoso en su comentario y a los presentes les agradó el comentario.

Pronto se dirigieron al retén donde Raúl señalo a un trigueño bebe que ocupaba una camilla cuna, con el número de la habitación escrito tanto en un costado, como en una pequeña pulsera del recién nacido.

-Es grande y fuerte- Dijo Raúl con orgullo.

-Es un bebe como todos los bebes –le contrarió Walter.

De pronto Raúl se alejó con Vicente del grupo y le expresó algo importante:

-No es casualidad que mi hijo nazca en la misma fecha de tu cumpleaños. Es el destino- Raúl se tornó serio.

-No te entiendo, habla claro –Vicente no comprendía el mensaje implícito.

-Yo quiero darte un regalo muy especial. Quiero que seas el padrino de mi hijo. Su protector –Raúl nunca habló tan en serio en su vida.

-No te precipites. Tienes mucha familia que lo cuidara – Vicente no se consideró merecedor de ese preciado regalo.

-Sí, es cierto y tiene un padrino que velara por su bienestar. Acepta lo te que ofrezco. Es valioso para mí- La mirada de ambos hombres fue serena y afable.