Capítulo 75 - La solución

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Capítulo 75

LA SOLUCION

Alguien más observó el desempeño policiaco, desde una distancia segura. En su palco de honor, vio como sacaban dos cuerpos cubiertos con el terrible manto negro, y un tercero inapreciable, por tener un equipo de soporte medico, para mantener sus signos vitales en funcionamiento, con varios paramédicos alrededor. Karla se contuvo con ambas manos en el volante, sudorosas. ¿Sería ella su siguiente objetivo? ¿Celeste estaría muerta y abandonada en el fondo de un barranco? ¿Gerson buscaría a su hijo Diego? Demasiadas preguntas.

Aquella noche, interminable, donde la vida de varias personas se pudo haber extinguido o simplemente cambiado drásticamente su rumbo, aun no culminaba. Un oficial se interesó en realizar un sondeo de la zona y con total tranquilidad se acercó a Karla. Su primera impresión al abordarla, es que era una mujer madura y hermosa, que llevaba en el asiento trasero a un niño durmiendo, lo consideró extraño, por la hora, el lugar y la circunstancia en sí.

-Buenas noches. Papeles del vehículo y cedula, por favor.

-Buenas noches oficial. Espero no haber violado ninguna ley de tránsito, al estacionarme aquí.

-No está violando ninguna ley, aparentemente.- Dijo el oficial al tiempo que leía los papeles y verificaba los datos escritos, con el auto y su conductora. - ¿Qué hace estacionada en este paraje solitario, a tan altas horas de la noche? Y otra cosa más ¿Quién es el niño?

-Es mi sobrino. Estoy llegando de viaje. Me sentí mareada y me detuve a recuperar las fuerzas para continuar manejando. ¿Qué está sucediendo en ese edificio? Tantas patrullas y autos me ponen nerviosa.

-Al parecer hay un asesino suelto. Estamos peinando el área, buscando su rastro. Es por esa causa que la idea de estacionar aquí, es mala. Deje que una patrulla la escolté o venga conmigo para que reciba asistencia médica. ¿No estuvo bebiendo, verdad?

-No bebo oficial, al menos cuando soy el conductor asignado.

-Dígame su dirección. ¿Es cerca?

-Es lejos, pero tomé un atajo y me perdí. Oficial, disculpe que lo moleste, pero ese asesino, que dicen que esta suelto ¿Ya mató a alguien en ese edificio?

-Pues, yo llegue hace poco, en realidad no entré, me asignaron vigilancia de la zona del parque. Se dice que mató a tres, otros comentan que a dos. No tengo información veraz. Valla a su casa y proteja al menor, en estos casos no hay que ser curiosos, simplemente precavidos. – El oficial le devolvió los papeles a Karla y la escoltó desde su moto hasta su residencia.

Karla, rezó y no se bajó del auto. Fingió ingresar al estacionamiento. Desconfiaba de todo y de todos, revisó en su bolso y vació su billetera en el asiento del copiloto. Aquella tarjeta, descansó protegida en su poder durante casi cuatro años. Solo alguien poderoso, que viviera sobre el sistema y no en él, la ayudaría. Marcó un número telefónico largo. Alguien atendió sin mucho ánimo. Al otro lado del auricular se encontraba la solución o un nuevo conflicto, Karla se identificó con la esperanza de estar haciendo lo correcto para su amiga. Suplicando a Dios que la mantuviera viva. 

ENTRE EL AMOR Y EL ODIO (PRIMERA PARTE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora