It's My Life [Sonadow]

𝒞𝒶𝓅í𝓉𝓊𝓁𝑜 14

CAPÍTULO 14

[Al día siguiente]

-¡¡Por dios!! ¡¡Señor Mepheles!! Les prometo que no vi nada- dijo el mayordomo al ver la tierna escena de dos erizos abrazados, uno ocultando el rostro en el pecho del erizo mayo de púas verde-agua.

Era obvio que no había pasado nada la noche anterior, pero el mayordomo quería ver las caras que ponían al saber que alguien más los vio de tal forma tan tierna. Que el asegura que estos dos terminarían juntos, como lo había sospechado desde un principio.

- ¡¡Ernesto!! No es lo que parece-dijo el mayor de altura de los tres erizo que estaban en aquella habitación.
-Ernesto espera mephe digo el señor Mepheles tiene razón- dijo el ojimiel para ver al mayordomo que no quitaba su mirada de burla.

Los dos erizos, se levantaron muy rápido, uno incorporándose en la cama mientras el otro se paraba para tomar su saco que estaba en el pequeño sillón-cama, para colocárselo. Mientras el que los había cachado en tal escena los miraba con burla en la puerta de la habitación, esperando lo que estos usarán de pretexto para salirse de este supuesto problema.

-señor Mepheles no sabía que a usted le gustaba tener compañía en su cama- dijo burlón Ernesto mientras miraba a silver.
-am pues si Ernesto Además era la única manera de hacer dormir a silver-dijo el moreno y al pronunciar las últimas palabras, el albino lo miro disimuladamente, él pensó que era por gusto del mayor tenerlo abrazado y aún más tenlo en su cama, o tal vez sea porque aquí esta Ernesto y necesitan darle una explicación, pensaba el albino para no pensar que su jefe lo había engañado o jugado con sus sentimientos.
-si Ernesto debes creernos- dijo el ojimiel algo apenado por lo ocurrido
-está bien no se preocupen, además me agrada que el señor Mepheles este durmiendo con alguien como usted señor silver-dijo el mayordomo de ojos color negros como el carbón, para salir y dejar a los otros dos erizos pensativos por el comentario.

Los dos erizos se miraban avergonzados, pero no pudieron evitar algunas risitas, por lo penoso que se había puesto el ambiente. Silver miro a su jefe para darse cuenta que no tenía colocado el suero una gran oportunidad para poder cambiar de tema.

-Mepheles, ¿Por qué te has quitado el suero?- dijo el albino mientras caminaba para poder colocárselo otra vez. Y por supuesto para cambiar de tema.
-¿eh? Oh, es que ayer no podía abrazarte, así que opte por quitármelo además de que no soporto las agujas en mi cuerpo- dijo Mepheles mientras oculta sus manos para que no le volvieran a poner la aguja que tanto le incomoda.
-está bien, te dejare así, pero dime ¿ya se siente mejor?- dijo mientras guardaba el suero.
-si ya me siento mucho mejor, de hecho quería salir ya del cuarto- dijo el mayor para poder sentarse en el borde de su cama.
-sí, está bien le diré a Ernesto que venga para que le ayude a cambiarse.- el ojimiel estaba a punto de retirarse para poder llamar a Ernesto, pero su jefe se lo impidió.
-no hay necesidad de que lo llames silver, tu puedes hacerlo- esto le ocasionó una descarga en toda la espalda del guardaespaldas, al mismo tiempo que se impresionaba por tal confianza, pero aún más porque tendría la oportunidad de ver y estar muy cercas del cuerpo de la persona que ama.
-p-pero- la voz se le cortaba no podía ocultar la vergüenza que sentía en ese momento, meno los nervios.
-tranquilo solo tomare una ducha y cuando salga me ayudaras- dicho esto el mayor se para con algo de dificultad y algo de ayuda por el ojimiel quien lo llevo hasta la ducha.

Rápidamente salió el menor, angustiado se sentó en la cama, esperando que su jefe nunca saliera de aquella habitación. No soportaría verlo, no de esa manera al menos. Trataba de tranquilizarse, de que Mepheles no notara sus nervios, que no notara sus sentimientos más bien. Después de un rato salió Mepheles con solo una toalla alrededor de su cadera, unas caderas muy marcadas masculinamente, y otra toalla para secar sus púas de la cabeza, recargado en el marco de la puerta, esperando a que su empleado de piel blanca fuera a ayudarlo.