Capítulo 18

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Me desperté abriendo los ojos lentamente. Como prácticamente todas las mañanas, me dispuse a estirar los músculos, pero tan pronto como lo intenté, sentí un agudo dolor recorriéndome toda la espalda, dejándome sin apenas respiración.

-Eh, con cuidado.- dijo una voz a mi lado.

Levanté la vista, encontrándome a Niall que se acercaba a mí. Detrás de él, pude ver a Louis, sentado en la cama más cercana a la mía. Pronto recordé todo lo que había pasado el día anterior: la alarma, los disparos, la explosión... Cerré los ojos mientras respiraba lentamente, siendo consciente de las heridas que gritaban que tuviese cuidado. Me moví delicadamente, arqueando la espalda lo máximo que mi cuerpo me permitía para estirar los músculos que se me habían quedado agarrotados durante la noche. Me apoyé en uno de mis codos, retirando las mantas que me cubrían como podía. Niall se apresuró a ayudarme, apartando las mantas y agarrándome con cuidado para levantarme. Bajé las piernas del colchón, dejando que colgaran sobre el suelo y finalmente, conseguí sentarme derecho con un gruñido. Tan rápido como erguí la espalda, sentí y pude oír cómo toda mi columna crujía. Moví el cuello a un lado y a otro, consiguiendo el mismo efecto.

-¿Estás mejor?- me preguntó Niall, sentándose junto a Louis en la cama.

Me encogí de hombros, sin saber qué decir. Tampoco tenía nada a lo que compararlo, la noche pasada estaba un poco emborronada en mi mente. Lo único que recordaba con más claridad era el momento en el que la metralla había impactado con mi espalda, desgarrándome la piel. Había sido terriblemente doloroso. Sin embargo, a partir de ese momento, todo estaba un poco borroso. Recordaba a Riley, ayudándome a llegar hasta aquí. Y también la recordaba junto a mí cuando me desperté. Me odié más de lo que me había odiado en mucho tiempo cuando sentí alivio o alegría o yo qué sé qué al verla allí.

-Supongo.- contesté finalmente.

-Te hemos traído el desayuno.- me dijo Louis, señalando la mesilla que tenía a mi izquierda.

Asentí, alargando la mano para coger una manzana que se encontraba allí.

-¿Cuánto tiempo lleváis esperando?- pregunté, antes de darle un mordisco a la pieza de fruta.

-Una media hora.- contestó Niall.

-¿Qué hora es?- pregunté desorientado por la cantidad de luz que había en la habitación.

-Casi la una.

-Joder.- dije.

En silencio, continué comiéndome la manzana, mis mordiscos siendo el único sonido entre nosotros. Tenía hambre, pero por otro lado me sentía increíblemente cansado. Parecía mentira que hubiese dormido más de doce horas. Los miré esperando que dijeran algo más, pero ellos solo me observaban con una mirada que me hacía sentir como si quisieran decir algo pero no sabían cómo. Alcé las cejas, esperando a que lo escupieran.

-Riley nos dijo lo que pasó.- terminó por decir Louis.

Aparté la manzana de mi boca y terminé de masticar un pedazo para tragármelo lentamente. Sabía a dónde quería llegar con eso y no me apetecía oírlo.

-Ah, sobre eso...- me aclaré la garganta.- ¿Puedes entrenarla por mí por ahora?

Louis me miró confundido, sin esperar que dijera eso.

-Eh... Sí, claro.- sacudió la cabeza.- Pero a lo que me refería es que...

-Sé a qué te referías, ahórratelo.- le dije.

Niall miró rápidamente a Louis, como si entendieran algo entre ellos que yo no. Por un momento, pensé en la posibilidad de que Louis le hubiese contado lo que había pasado entre Riley y yo, pero pronto lo descarté. Louis no era así. Podía confesarle un asesinato y él se lo llevaría a la tumba. Niall, en cambio, no sabía mantener la boca cerrada a no ser que fuese algo de vida o muerte.

Gunshot [h.s]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora