Capítulo 65

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Riley

-¿Es tu forma de pedirme que me acueste contigo?

H me miró alzando una ceja.

-Es mi forma de pedirte que te quites la camiseta y que te tumbes.- repetí, señalando mi cama.

-Sutil.- dijo antes de obedecer de una vez.

Rodé los ojos y esperé a que se colocara sobre el colchón. Cuando pareció haberse acomodado, me acerqué a él y me arrodillé junto a la cama, dejando el botiquín en el suelo. H no dijo nada y se limitó a observarme cuando coloqué los dedos sobre los esparadrapos que sujetaban la gasa y comencé a despegarlos. No me costó demasiado, ya que parecían haberse aflojado a lo largo del día. Aparté la gasa, la cual estaba salpicada con unas gotas rojas, a un lado. Observé la herida con atención, apreciando que todos los puntos estaban sujetos correctamente y que no parecía haberse abierto.

-Ian me dijo que si sangraba un poco no pasaba nada.- me dijo H. Levanté la cabeza para mirarlo.- Solo tenía que limpiarlo con agua y un poco de jabón.

Asentí con la cabeza y cogí un trozo de algodón antes de levantarme e ir al cuarto de baño. Sumergí el algodón en agua y le eché un pizca de jabón, para volver a mi cama de nuevo. Retomé mi posición junto al colchón y llevé el trozo de algodón hasta la herida, la cual tenía en la cadera justo encima de donde terminaba la línea de la "V", retirando los restos de sangre seca con cuidado de no tocar los puntos. Podía sentir la mirada de H sobre mí todo el tiempo, poniéndome un poco más nerviosa de lo que debería.

Una vez había terminado, dejé el algodón a un lado y cogí otro limpio para secar la piel. Tras haber hecho eso, cogí un paquete del botiquín que contenía una gasa limpia y la coloqué sobre la herida. Seguidamente, corte unos cuantos trozos de esparadrapo e intenté pegárselos en la piel para sujetar la gasa, pero no pude.

-Estate quieto.- le pedí, refiriéndome al movimiento de su abdomen cuando respiraba. Cuando lo hizo, pude terminar.- Ya está.

Lo recogí todo y dejé la caja del botiquín a un lado.

-Gracias.- me dijo, mientras yo aun seguía en el suelo. Le sonreí a modo de decirle que no había problema.

Me levanté y me senté en el borde de la cama. Estuvimos unos segundos en silencio, mirándonos mutuamente, hasta que H decidió hablar.

-¿Cómo fue tu primera vez?

Automáticamente, la sangre se me subió a las mejillas, sin esperar en absoluto aquella pregunta.

-¿Qué?

-La primera vez que...

-Ya,  ya sé a qué te refieres.- reí nerviosamente.- Fue... Poco después de cumplir dieciocho.

-¿Con quién?

-¿Te acuerdas de Evan?- pregunté, intentando deshacerme de la vergüenza al hablar de aquel tema.

-¿El que te dejó tirada? Sí.- respondió, mirándome con seriedad.

-Sí, bueno... Pues él.- me encogí de hombros, sin que se me escapara el tono de reproche con el que había hablado.

-Entonces, ¿no era tu novio pero follabais?- preguntó abiertamente.

-No, no era así.- sacudí la cabeza inmediatamente.- Fue literalmente dos veces y...

-Pero follasteis.- me interrumpió.

-Nos sentíamos solos.- dije con más dureza, empezando a molestarme que estuviese asumiéndolo todo.- No lo entiendes, no sabes qué es crecer allí y...

Gunshot [h.s]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora