Capítulo 27

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Riley

Fue como una hora después cuando Cassie desapareció de mi lado. Hacía un rato que Louis, Niall y Liam se habían marchado a Dios sabe dónde, y por lo tanto, me había quedado allí sola. Había bastante menos gente que antes, pero aquello seguía con ambiente como para durar toda la noche. Presumía que ya había pasado la media noche, pero aún no estaba cansada. Estaba a un lado de la multitud, cruzada de brazos, cuando oí una voz a mi lado.

-Por fin te encuentro sola.- me giré sorprendida para encontrar a H a centímetros de mí.

Lo miré sobresaltada por su repentina aparición, cuando llevaba bastante tiempo sin verlo. Las tenues luces se le reflejaban en los ojos lo suficiente como para que se pudiese apreciar lo rojizos que estaban.

-Hola.- opté por decir, intentando no pensar demasiado en dónde había estado todo ese tiempo.

-¿Y los demás?- preguntó, acercándose un poco a mi oreja para que lo oyera sobre el estruendoso volumen de la música.

Me encogí de hombros, sin poder darle una respuesta.

-En ese caso...- se colocó delante de mí, con una mano extendida.- ¿bailas?

Arqueé las cejas antes de soltar una pequeña carcajada.

-La verdadera pregunta es: ¿bailas?- reí, devolviéndole la cuestión.

Él rió también, su mano aún suspendida en el aire.

-No, pero estoy borracho y me la suda.- se encogió de hombros despreocupadamente.

-¿Estás seguro de que solo estás borracho?

-Puede que un poco colocado, pero ya está.- dijo, quitándole importancia. Lo miré sorprendida, en absoluto tomándolo por alguien que se drogara.- No me mires así, solo he fumado un poco de algo. Estoy en perfectas condiciones para bailar. Aprovecha, que esto no va a volver a pasar.

Riendo, le tomé la mano, sabiendo que, de hecho, aquello no volvería a pasar. H tenía que estar extremadamente intoxicado para que me llevara hasta la multitud de gente bailando con una sonrisa en la cara y sin una preocupación en el mundo. Una vez allí, me giró agarrándome por la cintura, encarándome con él. Me resultó inexplicablemente gracioso verlo moverse ligeramente al ritmo de la música, siendo completamente antinatural para él.

-¿De qué te ríes?- frunció el ceño, aunque él también estaba riéndose. Era una pena que solo pudiera verlo reír así cuando estaba borracho. Tenía una sonrisa preciosa.

-Nada.- seguí riendo, siguiendo sus movimientos y contoneándome suavemente.

-No te estarás riendo de mí, ¿no?- me acercó repentinamente a él, apoyando su mano en mi espalda y aproximando su boca a mi oreja.

El frío que pudiese haber sentido antes por las descubiertas prendas que llevaba, desapareció en cuanto sentí el calor de su cuerpo. No respondí a su pregunta, me quedé demasiado hipnotizada mirando sus ojos tan de cerca. No podía diferenciar los colores por culpa de la sombra que causaban las luces, pero podía ver cómo él no rompía el contacto visual ni un solo segundo.

La canción había cambiado a una mucho más lenta y lo tomé como señal para despertarme del trance en el que estaba. Agarré su mano de mi espalda y me separé de él.

-¿A dónde vas?- me dijo, frunciendo el ceño confundido.

-Se ha terminado la canción.- expliqué.

-¿Y?- no parecía entender por qué me iba.

No supe qué contestarle a eso; al parecer, él no veía ningún problema en bailar una canción lenta conmigo. Honestamente, yo tampoco, pero prefería hacer el intento de guardar la distancia.

Gunshot [h.s]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora