Capítulo 33

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H

-¿Cómo ha ido?

Habían pasado cuatro días y acababa de volver de Liew Side, tras el fracaso de misión que habíamos llevado a cabo.

-Pues mal.- le contesté a Rick, encogiéndome de hombros. Rodeé la silla que se encontraba frente a su escritorio y me senté. Para variar, no había vuelto de la misión cubierto de sangre, lo que era agradable, pero no quitaba el hecho de que me había levantado a las cuatro de la mañana y estaba agotado.- No sé qué esperabas.

-Un milagro.- contestó Rick con cierto humor, apoyándose en la mesa para observarme.- ¿No has sacado nada?

-No.- respondí.- Sabían a qué veníamos. Ha sido decir dos palabras y se negaban a cualquier clase de negociación.

-Qué extraño.- murmuró Rick, frotándose la barbilla.- ¿Con quién has hablado?

-Erica.- pronuncié el nombre de la líder de la base.- Apenas nos ha dado tiempo para que hablemos. Ya estaban predispuestos a negar cualquier tipo de trato.

Antes de que pudiera preguntarme nada más, continué hablando.

-No querían saber nada. Sé que Westfield les ha prometido protección, en concreto contra nosotros, pero no entiendo qué les ha hecho cambiar de idea.- dije con frustración lo que llevaba pensando durante todo el camino de vuelta.- Liew Side siempre ha sido aliado. Pero había algo... Algo que no me gustaba, Rick.

-¿Qué quieres decir?- me miró con interés.

-No sé... No es nada que dijeran en concreto, pero... Me daba la impresión de que sabían algo que nosotros no, no sé.- sacudí la cabeza.- Westfield se está haciendo cada vez más poderoso, Rick.

-Lo sé.- resopló llevándose una mano al pelo grisáceo.- No sé si pensar que Westfield les habrá amenazado con algo. No es normal que hayan cortado la comunicación con nosotros de raíz. Además, sé que había gente de Westfield hoy allí, puede que sea por eso por lo que Erica se andaba con cuidado sobre qué deciros.

-Por eso no querías ir tú.- supuse.

-Iba a ser fácil para ellos si querían intentar cualquier cosa conmigo.- me confirmó. Tenía sentido. Habíamos tenido que dejar las armas antes de reunirnos con Erica y Westfield no tenían fama de jugar limpio. La muerte de Rick supondría el golpe final para Eastwood.

-De todas formas, esto tiene que ver con el topo.- dije convencido.

Rick asintió con la cabeza, aparentemente habiendo pensado lo mismo que yo.

-He hablado con Niall y le he pedido que mire a fondo cada uno de los ordenadores.- me informó.- Solo se lo he dicho a él, quiero discreción.

-Tenemos que darnos prisa.- insistí.- Cuanto más tiempo nos llevemos sin saber quién es, más información que Westfield consigue.

-Lo sé, H, lo sé.- dijo con un tono cansado.- Pero estamos haciendo lo que podemos. Es una situación delicada.

Resoplé, siendo consciente del gran peligro que estábamos corriendo todos a cada segundo que pasaba. Ya había habido ataques y muerto gente, ¿cuándo sería la próxima vez?

-Por cierto, hay otro tema importante del que necesitamos hablar pero quiero que estéis todos presentes. ¿Puedes hacerme el favor de avisar que nos reuniremos en hora y media?

Asentí con la cabeza a la vez que me levantaba de la silla, entendiendo que era mi señal para que me fuese.

-Gracias.- me dijo.

Me marché de su despacho tras despedirme con simplicidad. Volví a mi habitación antes que nada, necesitando una ducha. Niall no estaba allí, por lo que suponía que tendría que ir a buscarlo a la sala de informática, que era donde siempre estaba. Cogí ropa de mi armario y me encerré en el cuarto de baño, sin malgastar un segundo en desnudarme. No pude evitar mirar mi reflejo en el espejo cuando me dispuse a darme la vuelta. Me giré todo lo que mi cuello me permitía para seguir mirando mi reflejo. Podía ver buena parte de mi espalda por encima del hombro. Siempre tenía la estúpida esperanza de que, poco a poco, las marcas se desvanecerían, pero era eso: una estúpida esperanza. Los largos cortes verticales eran fácilmente perceptibles, sin mencionar lo feos que eran. Tuve que apartar la mirada y meterme en la ducha, como cada vez que los miraba durante demasiado tiempo. Siempre que los miraba sentía rabia y odio, dos emociones que me costaba controlar. Intenté relajarme bajo el agua caliente que salía de la ducha, salpicando mi piel.

Gunshot [h.s]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora