Capítulo 31

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Riley

Volví a mi habitación para encontrarla vacía. Estaba enfadada y dolida. Sabía que no debía haber cogido la foto, pero había sido un error y me había disculpado. Entendía que era algo preciado para él y que seguramente le había asustado no encontrarla, pero eso no suavizaba todo lo que había dicho. No quería que pensase de mí como una entrometida cuando no lo era. Y de la misma manera, también me había molestado que, tras tanto decir que podíamos llevarnos bien, no había tardado en gritarme y menospreciarme

Me dolía más de lo que me hubiese gustado admitir.

Antes de que me diese cuenta, se oyeron un par de toques en la puerta. Me levanté de la cama, en la cual me había sentado en cuanto llegué, y caminé hacia la puerta, abriéndola. Para mi sorpresa, H estaba al otro lado.

-¿Qué haces aquí?- dije de malas maneras.

-¿Puedo pasar?- preguntó, bajando la mirada al suelo. Su voz sonaba más calmada que antes para variar.

-¿Estás seguro de que quieres entrar al cuarto de una entrometida?- fruncí el ceño sin moverme de la puerta.- Antes parecías tener muchas ganas de que me largara.

-Riley...- suspiró H, pasándose una mano por el pelo.

-Riley, ¿qué?- alcé las cejas.- Estoy harta de que me trates como te da la gana, H.

-¿Podemos hablar?- dijo tras respirar profundamente.

Sacudí la cabeza.

-No quiero hablar contigo.- declaré. Claro que quería hablar con él.

No. No quería.

H pareció perder la poca paciencia que tenía.

-¡Estaba nervioso, perdón!- exclamó.- No pretendía decir eso.

Asentí con la cabeza, aún sin creerme que lo dijese en serio.

-¿Ya?- dije desinteresadamente, esperando que se diese por vencido y se marchara. Aquello que estaba pasando entre nosotros de llevarnos bien ahora sí y ahora no tenía que terminar antes de que nos hiciéramos daño de verdad.

-¡No!- como imaginaba, H no era de darse por vencido fácilmente. Dio un paso al frente, invadiendo mi espacio para mirarme fijamente.- Quiero que hablemos. Bien. Después me puedes mandar a tomar por culo si quieres, me da igual.

Lo miré durante unos segundos, planteándome qué hacer. Hablé antes de tener una respuesta.

-Pasa.- murmuré, apartándome de la puerta.

Él asintió con la cabeza satisfecho y entró en la habitación. Cerré la puerta detrás de él y retomé mi previa posición en mi cama. Él se sentó en el borde del colchón de Kat.

-Lo siento.- fue lo primero que dijo.- Me agobié y dije cosas sin pensar.

Continué mirándolo, sin saber qué decir. Honestamente, no esperaba que se disculpara, y menos tan pronto. Habían pasado apenas veinte minutos desde la discusión, cuando la última vez que se disculpó, tardó dos semanas.

-¿No vas a decir nada?- preguntó. Ahora que me fijaba, H parecía nervioso de verdad. No tenía esa aura serena y completamente al margen de cualquier emoción que siempre tenía.

-No sé qué decirte.- dije francamente. Tanto él como yo sabíamos que iba a perdonarlo, pero eso no quitaba que lo que había hecho estaba mal.- Sabes que no lo hice con mala intención. Es más, si hubiese sabido qué era la foto antes de cogerla, nunca lo habría hecho.

-Lo sé. He sido un capullo.- asintió, pasándose una mano por los rizos castaños.- Lo siento.- soltó una leve carcajada.- Para alguien que nunca se disculpa, sí que me estoy disculpando a todas horas contigo.

Gunshot [h.s]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora