Capítulo 13

4K 210 172
                                    

Riley

Minutos después de que amaneciera, H se levantó y dijo que tenía que volver a su cuarto. Se marchó con rapidez y me atrevería a decir que quería llegar antes de que quien fuese su compañero de habitación se enterase de que se había ido. No sabía por qué estaba a las cinco de la mañana fumando sentado contra una fachada, pero sí sabía que no era porque quisiese ver cómo amanecía. Eso tenía tanta verdad como que yo era una persona matutina.

Se me había hecho tan rara aquella conversación con él que tres horas después seguía dándole vueltas. ¿Qué le había pasado? ¿Había decidido darme una oportunidad? Porque si era así, no me importaría dársela a él. Pensaba que en cuanto se diese cuenta de que estaba llorando, se burlaría de mí o encontraría una forma cruel de hacerme sentir peor. Pero no lo hizo. No habíamos charlado durante demasiado tiempo, pero me había mostrado una cara que nunca pensaba que llegaría a ver, civilizada y simplemente humana. No sabía de qué estaba huyendo H esa noche, pero en el fondo me alegraba de haberlo encontrado.

Había ido a desayunar con Kat. Ella no se había dado cuenta de mi ausencia tampoco. Me había ido antes de que los sollozos se volviesen demasiado ruidosos.

Salimos del edificio con Cassie. Le pregunté por su compañera de habitación y por qué nunca la veía con ella. Me explicó que nunca se habían llevado bien y que hacían lo que podían para verse lo mínimo posible. Aquello me extrañó, ya que Cassie me daba la impresión de ser la tía más fácil con la que llevarse del mundo.

-Vaya, pues peor para ella.- dije tras su relato.

-Ya, eso le dije yo.- contestó, haciéndome reír.

Llegamos al comedor, que estaba igual de lleno que todas las mañanas. Cogimos bandejas y nos pusimos a la cola para recoger el desayuno.

-No me puedo creer que H te quisiera poner de fregaplatos.- rió Cassie, deslizando la bandeja por los raíles de metal delante de mí.

-Yo tampoco.- sacudí la cabeza.

-¿Te va bien con Niall?- preguntó.

-Sí, genial.- sonreí ante la mención de mi nuevo trabajo. En realidad, no estaba haciendo nada en concreto, todavía tenían mucho que enseñarme, pero no podía esperar a tener encargos de verdad.

-Niall es un cacho de pan.- intervino Kat, cogiendo una rodaja de pan tostado con unas pinzas y sacudiéndolo en el aire.- Uh, como este. Pero mucho menos tostado.

Sacudí la cabeza, ahogando una carcajada. Tenía razón, era una de las personas más dulces que había conocido.

-No podría imaginármelo yendo a combate con vosotros.- admití, ojeando las manzanas que tenía frente a mí. Cogí una roja.

-¿Niall? No podría hacerle daño a una mosca.- exclamó Cassie, echando la cabeza hacia atrás mientras reía con ganas, su melena rubia columpiándose sobre su espalda.- Cada vez que ve sangre es un espectáculo.

Alcé las cejas, entonces entendiendo por qué no luchaba. Nos separamos de la barra cuando las tres habíamos terminado, dirigiéndonos a una mesa. Me quedé sentada frente a Kat y Cassie, mientras que ésta última me miraba distraídamente.

-Hacía tiempo que no estábamos así.- dijo.

-¿Así cómo?- preguntó Kat con la boca llena.

-Tres chicas.- dijo ella con una sonrisa triste.

De repente, perdí el apetito, imaginando que se refería a la vieja compañera de habitación de Kat.

-Sí.- dijo Kat en un tono monótono, partiendo la tostada y llevándose otro trozo a la boca.

Gunshot [h.s]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora