Capítulo 37

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Riley

No sé cómo, pero H terminó acompañándome de vuelta a mi habitación un rato después. No mencionó nada ni me presionó para que hablara. A lo mejor era lo que debería haber hecho; puede que así me obligara de una maldita vez a decirle la verdad.

Entramos en mi cuarto tras unos minutos caminando en completo silencio. Eran pasadas las dos de la mañana, por lo que el edificio estaba sumido en completa oscuridad y calma. Le pedí a H que cerrara la puerta una vez que entramos, a lo que él obedeció. Encendí la pequeña lámpara que se encontraba entre la cama de Kat y la mía, tintando las paredes de un tono amarillento. Me senté sobre mi cama, pasándome una mano por la cara hasta terminar apoyándola en mi frente. Sentí el colchón hundiéndose a mi lado.

-¿Estás bien?- oí la grave voz de H.

Asentí con la cabeza, apartando la mano de mi rostro para poder demostrarle que estaba bien. No lo estaba, pero era lo que quería que pensase.

No pareció creerme demasiado.

-Sabes que puedes hablar conmigo, ¿no?- me preguntó, buscando mi mano con la suya. Dejé que las entrelazara, sintiendo una repentina corriente eléctrica recorriéndome el brazo.

Que su simple tacto me reconfortara me hacía sentirme todavía más culpable.

No pude contenerme y le sujeté la cara con ambas manos, uniendo sus labios con los míos urgentemente. Parecía que lo había pillado desprevenido porque tardó unos instantes en devolverme el beso. No me resultó difícil olvidarme de todos los pensamientos que me recorrían la mente cuando sentía su intoxicante presencia tan cerca como en aquel momento. H pareció olvidar todo lo que estaba pasando también, ya que no tardó llevar sus manos hasta mi cintura y explorar mi boca con su lengua. Mis manos descendieron desde sus mejillas hasta su nuca, enredando mis dedos con los mechones de pelo que terminaban allí. Me estremecí ligeramente cuando las manos de H se colaron bajo mi camiseta, teniendo contacto directo con mi piel desnuda. Sus brazos me rodearon y me obligó a que me moviera. Sin separar sus labios de los míos, me guió a ciegas hasta que terminé a horcajadas sobre su regazo. Encontraba adictiva la sensación de tenerlo cerca. No pude controlarme cuando sentí el impulso de besarle el cuello, así que eso fue lo que hice. H no emitió ningún sonido en respuesta, simplemente sentí cómo su agarre en mí se volvía más fuerte y me estrechaba más contra él. Me lo tomé como una buena señal y continué besando su suave piel, inhalando al mismo tiempo su esencia. Olía a él; a una mezcla entre alguna fragancia masculina y jabón. Repentinamente, me separó el rostro de su cuello con una mano para volver a atacar mis labios. Lo dejé con gusto, saboreando la suavidad y delicadeza de su boca. Algo se me retorció en el vientre cuando lo sentí morder sensualmente mi labio inferior, solo consiguiendo que mis ganas por él aumentaran. Exhalé contra su boca cuando empujó mi cuerpo contra el suyo suavemente, causando que mi entrepierna chocara con la suya, la cual estaba más abultada que minutos atrás. Abrí los ojos un poco descolocada, habiendo encontrado aquel simple movimiento extrañamente satisfactorio. Él no me dio tiempo a que me recompusiera cuando volvió a buscar mis labios. Continuamos besándonos mientras mecía mis caderas ligeramente con la ayuda de sus manos, solo causando que el fuego que se había encendido en mi interior se avivara. Apenas me di cuenta de que me había levantado la camiseta que llevaba hasta llegar a mi pecho. Se separó unos milímetros de mí, dándome el espacio justo para colarla por mi cabeza y sacármela del cuerpo. Tan rápido como la tela abandonó mi piel, los labios de H entraron en contacto con mi clavícula. Mi cabeza cayó hacia atrás inconscientemente mientras me besaba y sentía sus manos acariciar mis costados.

-Eres preciosa.- murmuró entre besos, causando que me sonrojara aún más de lo que seguramente ya estaba.

Continuó dejando besos por mi piel mientras descendía, llegando hasta donde empezaba la copa de mi sujetador. Ambos respirábamos considerablemente más rápido que antes, siendo eso y el sonido de nuestros labios encontrándose de nuevo el único sonido de la habitación. Me moví para sostenerme mejor sobre él, ya que estaba empezando a resbalarme del borde de la cama, pero me moví con demasiada brusquedad por accidente.

Gunshot [h.s]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora