Capítulo 58

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Riley

No iba a mentir, era una persona orgullosa y me fastidiaba tener que dar mi brazo a torcer en el momento en el que entré en el cuarto de H. Sabía que él seguía enfadado, pero estaba segura de que no tanto como antes porque si no, no habría ido a buscarme.

Me dejó pasar antes que él al interior de la habitación y cerró la puerta cuando ambos estuvimos dentro. Miré alrededor incómoda, preguntándome dónde se suponía que iba a dormir.

-¿Y Niall?- cuestioné.

-Llevo sin verlo unas cuantas horas.- oí a H decir detrás de mí.- Se habrá ido con alguna chica.

Ante eso, abrí los ojos con sorpresa. Me alegré de que H no pudiese verme la cara. Era infantil, pero en aquel momento, me gustaba saber algo que él no. Tuve que hacer desaparecer la momentánea sonrisa de mi cara antes de girarme para mirarlo.

No me fue difícil cuando lo encontré mirándome con seriedad. Aparté la mirada segundos después, respirando hondo. Me dirigí a la cama de Niall, ahora con la certeza de que no volvería en toda la noche. Al menos a algunos les había ido bien.

-¿Qué haces?- dijo H.

Lo miré, frunciendo el ceño.

-¿Acostarme?

-¿Con eso?- señaló el mono que llevaba.

Miré mi cuerpo, percatándome de lo incómodo que sería dormir así. Sin embargo, no pensaba pedirle ropa. Odiaba que tuviese la capacidad de leerme con tanta facilidad, porque se dio la vuelta resoplando y abrió su armario. Segundos después, me lanzó una camiseta y unos pantalones. Me levanté en silencio y me dirigí al baño. No me demoré en cerrar la puerta detrás de mí. Inmediatamente, me pareció oír al otro lado de la puerta cómo la cama crujía tras lo que suponía que había sido H dejándose caer sobre ella. Me bajé los tirantes de los hombros y me dispuse a bajarme el mono por las piernas cuando me acordé del cierre que tenía en la espalda. Intenté desabrocharlo, pero no lo alcanzaba. Respiré hondo, apoyando ambas manos en el lavabo, preguntándome por qué al universo le gustaba tanto reírse de mí.

Me aparté los pelos de la cara mientras me miraba al espejo y me preparé para quedar en ridículo. Abrí la puerta del baño, encontrando a H levantando la cabeza de entre sus manos, sentado sobre su cama.

-Tengo que darte una explicación.- se apresuró a decir, pillándome por sorpresa.

Me crucé de brazos antes de asentir lentamente. Eso era lo que quería después de todo. Me senté en la cama de Niall, frente a él. Lo observé durante unos segundos. Al ser una persona tan calmada y contenida, no me costó diferenciar los ápices de nerviosismo que su cuerpo presentaba. Se frotaba las manos continuamente mientras que no separaba la vista del suelo.

-No me drogo.- terminó por decir.

Estuve a punto de levantarme, entendiendo que no iba a admitir nada, pero luego se apresuró a seguir.

-Ya no.- levantó la mirada lentamente, como si tuviese miedo de mirarme.

Lo miré atentamente, asegurándome de que no lo había oído mal.

-¿Qué quieres decir con...?

-Sabes perfectamente lo que quiero decir.- rodó los ojos momentáneamente, irguiendo la espalda.

Mi cabeza asintió sola, mientras yo pensaba en lo que había reconocido. No sabía qué pensar. Había oído historias acerca de gente que las consumía y lo que aquellas sustancias hacían, gente violenta o ida, gente que había muerto por ellas. En mi pueblo, había personas que las vendían y mi padre siempre me había prohibido acercarme a ellos.

Gunshot [h.s]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora