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Lo único que podía ver era humo. La gente corría de un lado para otro entre disparos y explosiones. Me había quedado sin balas y no tenía nada que hacer. Estaba cubriéndome detrás de un montón de chatarra destruida, esperando el momento justo para atacar a alguien y hacerme con un arma. Por suerte, el asalto estaba llegando a su final. Cada vez más cuerpos de Westfield cubrían el suelo y los disparos se oían con menos frecuencia que antes. Louis esperó a mi lado durante unos minutos, ambos aguardando el momento preciso para salir de nuestro escondite. Otra explosión se produjo cerca de nosotros, causando que una cortina de tierra cayera sobre nosotros. Sin embargo, tras eso, los disparos a nuestro alrededor parecieron cesar.
-¿Se han ido?- preguntó Louis, refiriéndose a los pocos enemigos que quedaban en aquella zona de la base.
-Eso parece.- contesté, dándome la vuelta y poniéndome de rodillas. Louis me imitó. Asomé la cabeza por encima del bidón tras el que nos encontrábamos, observando, que en efecto, no había nadie a la vista. Había una neblina flotando en el ambiente, aún cargado con el polvo esparcido por las explosiones. Fue entonces cuando la vi. Ella también me vio. Le hice una seña para que se acercara, a la cual obedeció. Tardé dos segundos en oír el disparo.
Tardó menos de uno en caer al suelo.
Sentí cómo el aire abandonaba mi cuerpo.
-¡Madison!- grité, levantándome de un salto.
-¡H, espera!- gritó Louis detrás de mí pero lo ignoré.
Corrí hasta ella, sin importarme en absoluto que estaba en mitad de la zona de batalla. Caí de rodillas a su lado, observando cómo un charco de sangre se desenvolvía debajo de ella. No recordaba un momento en el que me hubiesen temblado tanto las manos. Sus ojos se habían cerrado y su rostro carecía de color alguno. No era plenamente consciente de lo que veía y tampoco sabía qué debía hacer. Estaba en blanco. Notaba la presencia de Louis a mi izquierda, probablemente sin palabras tanto como yo.
-No, no, no, por favor...- murmuré, apartándole el pelo de la cara.- Maddie, despierta...
-H...- balbuceó Louis a mi lado.
Llevé mis dedos a su cuello, posándolos allí para no sentir nada. Empecé a temblar descontroladamente de pies a cabeza. Coloqué mi mano en su mejilla, sacudiéndole la cabeza suavemente.
-¡Maddison!- grité.- ¡Abre los ojos!
-No podemos quedarnos aquí, H.- me dijo Louis con la voz apenada.
Sentí cómo colocaba sus manos en mis hombros, pero yo seguía sacudiendo a Maddie con más fuerza mientras que el charco rojo se volvía cada vez más grande.
-¡Maddie! ¡Por favor! ¡Maddie, despierta!
-¡H! ¡Es solo un sueño!
Abrí los ojos de golpe y me incorporé sobre la cama, encontrándome con unos irises azules mirándome con preocupación. Tenía la frente llena de sudor y mi respiración era rápida e irregular.
-¿Estás bien, tío?- me preguntó Niall, sentado al borde de la cama.
Asentí con la cabeza, tratando de recuperar el ritmo normal de mi respiración. El corazón me golpeaba el pecho con insistencia, mientras que todavía podía seguir viendo con claridad su cuerpo tendido en el suelo. Niall me colocó una mano en la espalda, esperando a que me calmara un poco. Miré el reloj que teníamos sobre la mesilla de noche. Eran las cuatro y media de la madrugada.
-Siento...- tosí, al notarme la garganta áspera.- Siento haberte despertado.
-No pasa nada.- me aseguró, sacudiendo la cabeza.
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Gunshot [h.s]
FanfictionSobrevivir. Esa es la única preocupación que puedes tener en un mundo como en el que vive Riley. Tras la guerra que arrasó Inglaterra, nada ha vuelto a ser igual. La vida de Riley gira en torno a la seguridad de su padre y la suya propia, pero todo...