Capítulo 47

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H

Expulsé el humo con lentitud dejando que se perdiera en la brisa junto con mis problemas.

Me había llevado toda la mañana allí, igual que el día anterior y la noche de antes. Había conseguido evitar a Niall la primera noche, y cuando me desperté, ya se había ido. Sin embargo, anoche pudo oler la marihuana en mí y se puso hecho una furia. No podía importarme menos lo que pensara, pero tuvo el detalle de estar despotricando durante unos sólidos veinte minutos. Tras la conversación que habíamos tenido el otro día, no podía ni verme.

Me sentía un poco mejor que hacía dos días, mucho más relajado y despreocupado. Me había levantado tarde y había descansado. El intoxicante humo del porro que me estaba fumando me llenaba los pulmones y me nublaba la vista. Era consciente de que tenía cosas que hacer y supervisar, pero en aquel instante, todo me importaba una mierda. Sin embargo, la paz duró poco, ya que Kat apareció de la nada delante de mí.

-Ahí estás.- murmuró, sentándose a mi lado sin preguntar.- Vaya pestazo, tío.

La chica tosió, haciéndome reír tontamente. No se lo iba a discutir, el humo olía a puta mierda y esa era una de las razones por las que odiaba fumar hierba, pero la calma que me aportaba era superior.

-Fuimos a buscar a Riley.- dijo. Fruncí el ceño. ¿A qué venía eso ahora? Habían ido ayer y era obvio que no la habían encontrado.- Nos hemos recorrido diez kilómetros a la redonda y no hay rastro de ella.

-Genial.- me encogí de hombros, ignorando el extraño sentimiento que se me extendió por el pecho. No era un sentimiento bueno, desde luego.

La sentí mirándome de reojo.

-¿No habías dejado esa mierda?- inquirió mientras yo inhalaba otra calada.

-Aparentemente no.- contesté sarcásticamente.

-¿Por qué?- quiso saber.

-Porque me da la puta gana, Kat.- respondí, expulsando el humo a la vez que hablaba.

Nos llevamos unos segundos en silencio. La calma había abandonado mi cuerpo, solo necesitando la presencia de Kat para estresarme. No entendía por qué tenía que venir aquí y ponerse a hablar de Riley de la nada. Si había ido a buscarla con Niall, debía de estar al tanto de todo lo que había pasado. Sin embargo, lo que más me sorprendía es que la quisiese de vuelta.

-¿Por qué has ido a buscarla?- no pude evitar preguntar.

-Porque no quiero que se muera, gilipollas.- me miró con desprecio.- Al contrario que tú, al parecer.

Me quedé en silencio, mirándola con el ceño fruncido. No quería que muriera, Dios. Simplemente la quería lejos de aquí, de mí. Decidí no contestar y seguir fumando, sabiendo que lo que dijera lo utilizaría en mi contra.

-¿Me das una calada?- preguntó Kat, sorprendiéndome.

Le tendí el porro y ella lo agarró y se lo llevó a los labios. Inhaló y expulsó el humo. Seguidamente, lanzó el porro apenas empezado hacia el horizonte.

-¿Qué coño haces?- me incorporé irritado. No me había fumado uno en todo el día, solo tabaco.- ¡Era el último que me quedaba!

-Pues mejor.- se encogió de hombros tranquilamente.

Apreté la mandíbula, controlando las ganas que tenía de estrangularla. Respiré hondo, procurando no mostrar lo cabreado que estaba, lo cual la satisfacería aún más.

-¿Por qué no le has dicho a Rick nada de lo que ha pasado?- me preguntó.

Me encogí de hombros. No tenía respuesta; simplemente no lo había hecho. Realmente, no se lo había contado a nadie. Niall lo descubrió por su cuenta y supongo que él se lo contaría a los demás. En realidad, una parte de mí era reacia a que todo el mundo lo supiera. Era estúpido, pero tenía esta extraña sensación de que tenía que protegerla de lo que dirían todos. No tenía sentido, pero tampoco quería que Rick le hiciera la cruz.

Gunshot [h.s]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora