Capítulo 28

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Riley

Aunque sonase un poco patético, tenía que admitir que, aquella noche, dormí con la sudadera que me había dado H. Cuando llegué a mi dormitorio tras pasar un rato fuera con Niall y Louis, estaba agotada pero muy feliz. Me sentía como si estuviese en una nube. Niall y Louis habían notado que había salido de la residencia masculina vistiendo una sudadera que no era mía, pero por suerte, no comentaron nada al respecto. Cuando volví a mi cuarto, las luces estaban apagadas y Kat estaba metida en su cama, lo que me ahorró cualquier comentario que pudiese hacer sobre mi vestuario. Me cambié de ropa a una más cómoda, pero no pude resistir la tentación de volver a ponerme la sudadera. Era calentita y lo mejor de todo, es que olía a H.

Me estaba pillando por él muchísimo. Lo sé.

A la mañana siguiente, me desperté diez minutos antes de que lo hiciera Kat. Me quité la sudadera, así evitando que Kat sospechase nada cuando me viese. La doblé y la dejé debajo de la cama, recordándome que tendría que devolvérsela a H después. Me puse de pie cuando oí cómo Kat se desperezaba.

-Buenos días.- dije, dirigiéndome al armario para sacar mi ropa.

Ella respondió con un gruñido.

-¿A qué hora volviste?- preguntó. Me costó entenderla porque estaba bostezando a la vez que hablaba.

-No sé, sobre las dos, creo.- respondí. Cogí una camiseta y unos pantalones y me cambié en un segundo.

Kat se tomó su tiempo para levantarse y desperezarse. Mientras ella se vestía, me recogí el pelo en una coleta alta y me puse los zapatos.

-Por cierto,- me llamó la atención mientras metía la cabeza por el agujero de la camiseta.- puede que quieras taparte el cuello antes de ir a desayunar.

¿Qué?

Me llevé la mano al cuello instintivamente, y aunque no notaba nada raro, automáticamente me transporté al momento en el que H estaba sobre mí, besándome el cuello con fuerza.

Mierda.

Oí cómo Kat se reía mientras yo corría al cuarto de baño, mirándome en el espejo. Como imaginaba, tenía una marca amoratada en el cuello, no demasiado grande pero aún perceptible.

-Mierda.- murmuré bajo mi respiración, desatando mi coleta rápidamente.

Vi a Kat apoyarse contra el marco de la puerta a través del espejo, mirándome con una sonrisa picarona en la cara.

-Te lo pasaste bien anoche, ¿eh?- dijo, haciendo que me sonrojara.

Aparté la mirada mientras me peinaba, colocándome el pelo para que me cubriera los hombros. Salí del baño, esquivando la mirada picarona de Kat.

-¿Estás lista?- pregunté, decidiendo ignorar la situación.

Kat asintió, siendo la primera en salir de la habitación. Apenas tardamos diez minutos en llegar al comedor y otros diez en conseguir nuestra comida. Nos sentamos donde nos sentábamos siempre, pero con la pequeña diferencia de que no había nadie. Ya eran más de las nueve de la mañana, pero parecía ser que todos seguían dormidos. Kat y yo desayunamos en silencio, ella porque nunca había sido de hablar mucho y yo porque no paraba de darle vueltas a cómo me encontraría a H. ¿Iba a volver a hacer su viejo truco de hacer como que todo había sido un error y de que nunca iba a pasar nada entre nosotros? ¿O iba a ignorarme directamente? Porque lo que sabía es que no iba a volver comportarse como la noche anterior. Me repetía una y otra vez que me tenía que andar con cuidado y que tenía que alejarme de él si no quería terminar mal, pero es que era una fuerza superior a mí la que me empujaba hacia él.

Gunshot [h.s]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora