Capítulo 36

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Riley

Podía confirmar que Kat era incluso más desagradable cuando algo le dolía.

No tardé en llegar a la enfermería, escuchando desde fuera el melodioso sonido de su voz. Nótese la ironía.

-Cierra ya la puta boca, Tomlinson.- la oí maldecir.- Me estás dando jaqueca.

Entré en la enfermería, encontrándome ya allí a Louis junto a la cama en la que estaba tumbada Kat. Tenía la manga derecha de la camiseta arrancada; su hombro cubierto por una venda inmaculada blanca. Louis, por otro lado, tenía un vendaje cubriéndole el antebrazo.

-Otra más.- resopló Kat cuando me vio aparecer.

Louis me miró rodando los ojos, diciéndome que no le prestara atención.

-¿Cómo estás?- me atreví a preguntar, acercándome a su cama.

-Pues absolutamente genial, ¿no lo ves?- me sonrió sarcásticamente.

-Vale, vale...- levanté las manos como defensa.- Si quieres me voy.

-Sí, gra...

-¡No!- la interrumpió Louis. Se dirigió hacia mí.- Quédate un rato.

Fruncí el ceño mirándolo. Él se me acercó para susurrarme al oído:

-Dame el relevo. Por favor.

-Te he oído, gilipollas.- le dejó saber Kat.

Louis la miró con una sonrisa forzada y antes de que pudiese contestarle, me dio las gracias y se marchó apresuradamente. Me quedé con la palabra en la boca, sacudiendo la cabeza al entender que lo que tuviese que decir no importaba demasiado. Me giré hacia Kat, que me miraba con una ceja alzada.

-¿Qué haces aquí?- me preguntó.

-Quería... Quería ver cómo estabas.- dije con cierta duda.

-¿Por qué?- demandó.

-Porque...- fruncí el ceño.- ¿Es lo que hacen las amigas?

Kat soltó una carcajada. Una bien grande. La miré ofendida.

-Tú y yo no somos amigas.- sacudió la cabeza decididamente.- Nop.

Alcé las cejas y miré al suelo, sin saber qué decir. Pensaba que en cierto modo, me había ganado parte de su confianza.

La oí chasquear la lengua.

-Tampoco te pongas así. Si te sientes mejor, no encuentro tu compañía extremadamente insoportable.- me dejó saber.

La miré con cierta diversión.

-Vaya. Gracias.- dije.- Me lo tomaré como que soy una de las mejores personas que has conocido.

-Y yo haré como que no te he oído.

Sonreí un poco, sabiendo que en el fondo me apreciaba. La pequeña sonrisa que se había formado en sus labios también lo demostraba. Me acerqué a su cama y fui lo suficiente valiente como para sentarme en ella. Kat me miró pero no dijo nada ofensivo.

-¿Qué ha pasado?- pregunté.

-Westfield.- se encogió de hombros. Bueno, más bien de un hombro.- Sabían que veníamos y dónde iba a ser el encuentro. Nadie sabe cómo.

El estómago se me revolvió un poco.

-Ni siquiera yo sabía a dónde íbamos.- rió, como si fuese absurdo.- Solo H sabía a dónde nos dirigíamos. Llegamos, bajamos de las camionetas y empezamos a cargar los suministros. Apenas pasaron dos minutos hasta que empezaron a volar balas de un lado y otro.

Gunshot [h.s]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora