Capítulo II

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Al terminar mi trabajo, exponiendo el plan de la organización “Sueño de peces”, me dispongo a enviar los archivos al general Ichinose, quien sería en este caso el encargado de pagarme por el trabajo que acabo de hacer... y que llevo realizando desde que se enteraron de mi afinidad en el arte del hack, he de admitir que las sumas son bastante jugosas y por ello, no he dejado el negocio.
...
Sin embargo; tras enviar los archivos, algo llamó mi atención fuera de casa. Se trata de una limusina, tal vez pensarán “¿por qué hay limusinas en el año 2129?”, pues como ya mencioné antes, hubo un “desastre” que retrasó bastante la tecnología en esta época, así que apenas estamos recuperándonos de lo ocurrido en el 2024.
... De todas formas hay una limusina y eso es malo, ya que podría ser un asesino, mi familia o la de los Tsubanekko. No es como que me lleve mal con aquellos miembros, es solo que tengo ciertos traumas de infancia con cierta chica; aunque ciertamente olvidé su rostro, incluso su nombre.
Me levanté de la silla con mucha pereza y me dirigí a la ventana de la habitación en la que me encontraba, la cual se encuentra en el segundo piso, me limité a observar que ocurriría después. De la limusina se bajó el conductor, un hombre de cabello negro rizado, barba de varias semanas bastante pulida y traje de pingüino, o como le suelen llamar, smoking. Él se dirigió a abrir la puerta donde se encontraban las personas importantes, como en todas las películas; cuando abrió pude ver dos figuras, ambas femeninas.
... Tiene que ser una broma.
Pensé,  ya que no era ni un asesino, ni mi familia o la Tsubanekko, eran las dos últimas. La primera en salir fue una mujer de cabello negro largo hasta la cintura bastante liso, traía puesta una falda corta de color gris que le llegaba a los muslos y un chaleco del mismo color sobre una blusa negra, también lleva unos tacones bastante altos; además está bastante bien dotada en sus proporciones, tiene ojos café claro y aparenta una edad entre los 25 y 30 años. Esta mujer es mi madre, su nombre es Mira y por cierto, tiene 36 años, mide más o menos 1,77 metros... es bastante alta.
La otra chica por otro lado aparenta entre los 15 y los 18 años, está vestida con un uniforme escolar, probablemente está en tercer año de preparatoria; esta tiene cabello plateado muy claro liso y corto hasta los hombros, con un mechón que sobresale de color azul celeste, ojos de color azul perlado; el uniforme consiste en una falda de color rojo hasta las rodillas, una camisa blanca manga larga con detalles rojos en el cuello y botones del mismo color; encima de esta tiene puesto un chaleco de color marrón con botones dorados, lleva puestas unas medias blancas hasta el muslo y zapatillas gruesas de color negro, mide alrededor de 1,65 metros, una estatura muy buena para una chica, es raro que no venga la señora Yukina, como usualmente pasa cuando me van a recoger. Las dos mujeres se dirigieron hacia la entrada de mi casa.
... Mierda... ahora qué demonios quieren de mí.
Refunfuño en mi mente maldiciendo la suerte y el azar, al no ser totalmente libre; a pesar de mantenerme yo mismo con los trabajos casuales que se me encomiendan de vez en cuando.
DIN~DON~
... Ya están en la puerta, qué hago, no quiero abrir. Probablemente me vienen a buscar para llevarme al templo del abuelo para entrenar o luchar, la verdad es que el abuelo da bastante miedo, su mirada seria y fría inculca temor en cualquiera, extrañamente a mí no me afecta; pero, la verdad es que no quiero ir, no puedo abandonar el santuario que me ha acompañado por tanto tiempo.
- ¡"Nii", abre la puerta, sé que estás ahí! - La voz ligeramente levantada de mi madre se cala en mis oídos, si no salgo en este instante podría meterme en serios problemas. Sin embargo, me quedé en silencio esperando que mi madre y la chica de la familia Tsubanekko se fueran; se preguntarán, como es que sé que esa chica es de esa familia, pues simple, es porque de pequeño me hacían luchar contra ella, pero siempre me ganaba en cuerpo a cuerpo, no sé por qué olvidé su nombre, pero definitivamente tendré que enfrentarla en un duelo amistoso y la verdad es que soy bastante débil, como quien dice: “A más músculos menos cerebro y a más cerebro menos músculos”
Soy demasiado inteligente, pero en la pelea soy pésimo; definitivamente perderé si tengo que enfrentarla sin ningún tipo de objeto tecnológico o técnicas propias, digamos que tengo cierto modo de defenderme si es una batalla libre, después de todo la fuerza no lo es todo, ¿verdad?; pero, las batallas en mi familia por lo general toman en cuenta la fuerza física y las capacidades intelectuales por turnos, por lo que si ella me gana en fuerza yo le gano en intelecto.

Atrayendo la peculiaridad [Basura]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora