Capítulo LXXII

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La noche llegó y las tres chicas aparecieron en la puerta principal, fueron recibidas como princesas, todos los hombres optamos por llevar trajes de mayordomo; realizamos reverencias, yo me encargué de Evilu, Dadrev de Katerei y un empleado de la casa, de nombre Ishi tomó el papel con Himeko.
Estas dos últimas estaban fascinadas, mientras que Evilu permanece con la misma expresión de siempre, las conducimos por el gran salón de la casa, donde antes estaba el comedor; allí sonó una pieza de tango que seguimos con pasión, podrá ser mi cumpleaños, pero, esto es mucho más entretenido que acaparar la atención.
La pelinegra tiene un vestido de tela delgada de tono oscuro, este le llega hasta las rodillas, además de eso tiene unos tacones rojos, adicionalmente porta unos pendientes con perlas rojas. La peliplateada posee un vestido azul marino con bordes blancos, este le llega por debajo de las rodillas, y tiene unas sandalias de matiz plateado, adornadas por perlas blancas, sus pendientes tienen forma de media luna y dislumbran un tono plata vivo.
La chica rubia tiene un vestido rosa, con volantes como decoración; este es algo corto, pues llega hasta la mitad de los muslos de la chica, tiene zapatillas fucsia con piedras preciosas. Sus pendientes son de color verde azulado. Además, porta un peine dorado en la única coleta que lleva el día de hoy. Por otro lado, los peinados de las tres son bastante exóticos, dejando claro que fue lo que hicieron en todo el día.
Tras unos minutos de pasos calmos, continuamos con la hora de las velas; un pastel de tres pisos estaba sobre una pequeña mesa, sobre este reposaban un total de cuatro velas, todas las diseñé usando telequinesia y calor, allí estábamos los cuatro jóvenes: Katerei, Evilu, Himeko y yo; con los colores azul claro, rojo carmesí, verde marino y malva.
- Es hora de pedir un deseo - Dice el señor Dadrev, mientras que los cuatro soplamos, cada uno su respectiva vela, mi deseo es algo egoísta, más es lo que deseo. Tras aquello comemos el pastel y cenamos un platillo firma de la casa, carne de codorniz cocida en verduras, acompañada de bolas de arroz, junto a una salsa con un picor exquisito; junto a esta un platillo de frutas frescas bañadas en dulces derivados de la leche.
Para finalizar, champán de la mejor calidad. El resto de la noche compartimos con los empleados, quienes disfrutaron bastante de este encuentro; Al hablar con ellos me di cuenta de que, no habían estado nunca en una fiesta desde que trabajaban en la mansión, ni siquiera se celebraban los cumpleaños de la Señorita Katerei.
Las 3:30 AM se marcaban en el reloj, la fecha ya había pasado, aún así continuamos con la fiesta; fue gracioso ver pasar a todos, para mostrar sus dotes de canto, cabe resaltar que las únicas que cantaron de manera espectacular fueron Katerei y Himeko; más la sorpresa del encuentro fue el señor Dadrev, quien lo hace trambién de manera sorprendente, interpretando piezas de ópera clásica que ronda los siglos XIX y XX.
A diferencia de las dos anteriores, que cantaron algo más moderno; como "My nut man" y "Future in light", cuyas melodías son bastante explosivas y provocan ovaciones, pues en estas hay líneas que se cantan a enorme velocidad, siendo de por sí trabalenguas líricos. Frases como: "... No seas condescendiente, o desciendes solo y sin descendientes ..." cuyo tramo es tan rápido que casi ni se entiende.
Después de esta función entregué los collares a las tres chicas, quienes se alegraron bastante, me dio un enorme gusto el verlas así; la tensión había desaparecido y tuve la oportunidad de recibir abrazos por parte de ellas. Mi deseo fue simple, más su importancia es enorme para mí: "... Deseo seguir teniendo momentos como este..."
Lentamente todas las personas empezaron a ceder al sueño, Katerei y Himeko fueron de las primeras en caer; por lo que al final de todo, me quedé a solas con Evilu. Ellas aprecia su collar, maravillada por su brillo o su valor. - Es una joya bastante cara - Menciona mientras aprecia el rubí, hay un silencio entre ambos.
- Pero, aun se compara contigo... - Me pronuncio mientras la observo, es entonces cuando me mira a los ojos, y siento una conexión entre nuestras miradas, pues los suyos brillas de rosa, al igual que los míos; sus labios se acercan lento, Evilu cierra sus ojos y yo hago lo mismo. Hasta que en una unión sincronizada unimos nuestros cuerpos en un beso.
Tras dejar la acción salimos de la mansión, montando la I.A.T. llegamos hasta un hotel sofisticado, pagué la cuota de tres horas y recibí la tarjeta. Subimos al tercer piso, con la entrada pasamos y nos encontramos con la oscuridad del cuarto, que posee agradables aromas y esencias. Nuestras auras parecen girar en armonía, sin querer mi estado fanthomless está liberándose.
Evilu me arrojó a la cama, con un dominio bastante marcado, si bien intenté tomar el rol activo; al final ella prevaleció, estableciendo su territorio, al someterme debajo de ella; con sus manos atrapó las mías, mientras entrelazamos nuestros dedos, nos besamos con fervor y deseo que no se contienen. Me siento como un cordero desprotegido ante un lobo.
Me desnudó y se desnudó, traté de actuar, más no podía ante su superioridad, era ella quien me montaba; su velocidad y movimientos me sorprendieron e inundaron de placer, incluso debo dejar la mente en blanco para no venirme todavía. Esto es demasiado excitante, su interior es cálido, todo pasa demasiado rápido. La penetración no tuvo ningún tipo de inconveniente en el principio, ella está decidida a conseguir lo que quiere.
Nuestros labios se separan solo para conseguir aire, de lo contrario ni siquiera los despegamos, es un momento demasiado ardiente, el sonar de nuestras carnes resuena en la habitación; De su espalda surgen espinas que le hacen un camino por la columna vertebral y cuando menos lo espero, de la mía también, mi cuerpo se inunda de placer desconocido.
Los músculos se me tensan hasta el punto de hacerme crecer varias partes del cuerpo; siento como mi miembro llega más profundo en ella, por lo que sus movimientos se vuelves más agresivos, sus dientes son afilados y los míos también. Lentamente empiezo a ganar el suficiente terreno como para tomar una parte activa en la cópula. La cama no soportó la brusquedad y terminó por romperse, más nosotros no paramos en ningún momento y continuamos en el acto hasta que transcurrieron las tres horas pagas, mi semilla ya se había disparado varias veces en el interior de la pelinegra.
- ¿Para qué necesesitas estár embarazada para entrar al tajo? - Pregunto mientras manejo la I.A.T. dirigiéndonos de regreso a la mansión, tomamos antes una ducha en el hotel, aunque tuve que pagar más tiempo por ello y también la reparación de la cama, más no es como si fuera demasiado.
- Es necesario, de lo contrario la guardia no nos dejará entrar, ya que si salimos de allí no podemos volver sin justificación - Responde ella con un semblante diferente, siendo mucho más amigable en su tono y sus palabras, además me está abrazando mientras conduzco... ¡me gusta! - Por cierto... ¿has pensado en nombres? - Me quedo pálido, más pronto retomo la cordura.
- Si es hombre podría llamarse Martín y si es mujer quizá Helena - Esperé la respuesta y ella me sorprendió con otro par de nombres.
- Si es hombre sería Óliver y si es mujer tal vez Joane -

Atrayendo la peculiaridad [Basura]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora