Capítulo LXV

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Bip... Bip... Bip
Suena el monitor de pulsos al que se encuentra conectado Nii, lo observo con algo de pesar y extrañeza; a mi lado está Himeko, mi hermana, quien tiene una expresión endurecida, diferente a su habitual sonrisa. Ambas observamos al chico lleno de moretones y heridas graves, las dos estamos como visitantes, hasta que la puerta es abierta de forma abrupta por Katerei. Nos observa no recelo para luego comprobar el estado del pelinegro.
- ¿Qué le hicieron? - Nos encara con el rostro serio, sin ningún tipo de miedo, Himeko y yo le sostenemos la mirada. La rubia quizá con un poco más de miedo, caso contrario a mí, que no temo por la peliplateada.
- Lo pusimos en su lugar - Responde mi hermana mostrando su valía, más ella no sabe que hay algo detrás de todo esto. Por lo que decido aportar lo que nos podría sacar de un aprieto con la peliplateada, estamos muy agotadas como para hacerle frente a un reproche de Katerei.
- Pero... - Intervine justo tras las palabras de Himeko. - ... Estaba muy diferente a como lo es normalmente... - Katerei puso un rostro que mostró su desconcierto ante mis palabras, por lo que yo continué hablando. - ... Su forma de pelear era más salvaje y peligrosa, además... - Doy una mirada a las heridas que posee mi hermana en su bello rostro, mismas que probablemente yo también tengo. - ... No usó su poder fanthomless y todavía fue capaz de acorralarnos, parecía enloquecido, como si no pensara ninguna de sus acciones -
Casi inmediatamente la voz habitualmente dulce de mi hermana obtuvo un tinte amargo. - No sé qué es lo que hacía, pero, no puedo regenerarme correctamente y mi hermana tampoco - Katerei se vio sorprendida ante ello, ya que no es normal tener la habilidad de evitar la regeneración.
- ¿Ya vieron el reporte médico? - Pregunta ella un tanto más calmada por la explicación, a lo que simplemente niego con la cabeza. Es entonces cuando una enfermera ingresa a la sala con un holograma en su mano. De inmediato nos invita a otra sala, donde se encuentra el doctor que atendió a Yggdra; su expresión seria nos hace pensar en la situación.
- Deben relajarse un poco, soy perteneciente a su raza - Ante su mención, aquel cabello grisáceo en su cabeza se tiño de negro y sus ojos de rojo. Mi hermana entonces también se relajó y obtuvo esas mismas características, quedando con un aspecto un tanto más criminal; el médico nos vio directamente a los ojos, su aura nos cae de forma pesada. - Ya contacté a la familia del joven Nii y me dijeron que dejara la decisión en la señorita Katerei - Ante la mención ella asiente.
- ¿Qué decisión? - Pregunta casi por instinto mi hermana, yo prefiero mantenerme alejada de las preguntas, no es lo mío el estar hablando y socializando.
- Nii Yggdra Katase sufrió graves heridas, que lo pudieron matar de no ser por su sangre. Sé que fueron ustedes dos las causantes... - Dice mientras que nos señala a Himeko y a mí, más su preocupación no parece ser eso. - ... Pero, el verdadero problema es la razón por la que probablemente fueron atacadas por él - Entonces toma un profundo respiro mientras se pone de pie, para observar un cuerpo humano en modelo que hay ahí en su sala.
- Y... ¿cuál sería esa razón? - Esta vez decidí preguntar yo, pues parece que él iba por mí.
- Sus sentidos estaban alterandos totalmente, encontramos CVP-96 en su cuerpo, en una alta sobredosis - Ante esas palabras me sorprendí de sobremanera, al igual que Katerei, ambas sabemos lo que es; a excepción de mi hermana.
- ¿Qué es eso? - Inevitablemente preguntó.
- Es una droga con fuertes efectos alucinógenos, es ilegal debido a la mortalidad que puede significar incluso la dosis más pequeña... - Ante ello detiene sus palabras. - ... Y parece que él puso en sí lo suficiente para morir, incluso siendo resistente por su raza, llegó al estado grave - Katerei suspira ante aquello, incluso parece que lágrimas se escapan de su rostro. - Estuvo a un paso de morir -
Todas permanecimos en silencio, intentó suicidarse. El hombre fuerte que pudo derrotarme con su estrategia e inteligencia, hizo algo que solo haría un imbécil. Por momentos recuerdo su estado mientras luchábamos, parecía exceder sus propias capacidades mentales; pues no estaba manipulando un dragón electromagnético, sino que estaba controlando a tres y eran mucho más grandes que aquel que usa habitualmente.
- Durante la intervención médica, se la pasó diciendo varias palabras que no entiendo, anotamos algunas por si tienen idea de lo que significan: "No soy un héroe", "No puedo con esto" y "No quiero morir" - Permanecimos en silencio, Himeko y yo concordamos con la primera palabra, la repitió durante gran parte de la pelea: "No soy el héroe de nadie".
De repente, una enfermera tocó la puerta, el doctor cambió su cabello a aquel gris que probablemente usa. Himeko lo imitó, dejando su cabello nuevamente rubio y sus ojos azules; mencionó un firme "Adelante", la chica ingresó y dio una noticia.
- El señor Nii Yggdra Katase ya despertó - Antes sus palabras todos nos movimos a su habitación, allí estaba él, tan débil como un recién nacido.
Bip... Bip... Bip...
El constante sonar de la máquina se escuchaba. El pelinegro respira calmadamente, allí acostado, todos lo observamos. - He tomado una decisión, se quedará aquí internado; Evilu, vámonos de aquí - Son sus palabras antes de darle la espalda a Yggdra.
El pelinegro entonces la reconoce, intenta estirar su mano, intenta llamarla, más ella lo ignora. - ¿Quién eres tú?- Pregunta la peliplateada y con eso deja en claro que ya no desea verlo, a lo que él parece ponerse bastante triste, incluso sus ojos sangran.
Al parecer ya no es el chico que ella conoce, es como si hubiera perdido la esperanza en él; se aleja de la sala, por lo que simplemente nos limitamos a salir tras ella. Antes de irme lo observé y le dediqué unas palabras. - Piensa en lo tonto que fuiste, si es que no mueres antes -

Atrayendo la peculiaridad [Basura]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora