Capítulo LX

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... ¿Verdaderamente he sido feliz?
Una pregunta surca mi mente, entre un mar burbujeante lleno de sirenas, me tienen tomado de los brazos y me llevan hasta el fondo del agua. Lo que veía se disolvía como témperas ante la lluvia, y cuando menos lo esperé estaba en la escuela, no en la que estudio actualmente, sino la que me recibió cuando era un niño.
Cuando tenía tan solo 4 años, ingresé temprano a la primaria, debido al adelanto que demostré con respecto a las competencias generales. Vi a varios niños con sus mochilas y otros un poco más grandes usando lo más avanzado de ese momento, la esfera reflectora. Recordé inmediatamente ese día, es exactamente el mismo de hoy, 8 de noviembre.
Con la posición del sol adiviné la hora y caminé al lugar en el que me encontraría en ese momento. Sentado en las escaleras hacia el segundo piso, ya era la hora de salida; pero, ahí estaba yo, lloriqueando como un bebé. Subí los niveles y me vi a mí mismo allí. Intenté llamar al pequeño, más no podía escucharme, es un recuerdo, después de todo.
Mi llanto era a causa del miedo, unos niños se burlaron de la carta que le había hecho a Idhelia, era su cumpleaños número cinco. Por ello recurrí a la maestra y le puse la queja, como todo un llorón. Dos de los chicos no se lo tomaron especialmente bien, me amenazaron con dañarme la carta si seguía así; nuevamente recurrí a la maestra y ahora sí que se enojaron.
Me estaban esperando a la salida, para golpearme, más recuerdo que no me pasó nada, pues me escondí dos horas después de la finalización de clases. No sé si se rindieron o si las palabras solo eran amenazas vacías, con respecto a la hora sabía que apenas me había sentado a esperar.
Mantenía la mirada gacha, sollozando entre el temor de ser golpeado. En ese momento no la vi, pero, ahora si la estoy viendo y no lo puedo creer; una niña de cabellos plateados observa al "yo" pequeño a la lejanía, su cabello le llega hasta las piernas y mantiene una postura delicada. Parece intrigada por el niño, sin embargo, no se atreve a preguntarle qué le pasa. Su uniforme escolar es el de una falda institucional de color verde. Mientras que el yo pequeño usa un traje de marinero del mismo tono.
Ella salío con una expresión pensativa, curioso por lo que ella haría la seguí. Lo siguiente no era parte de mis memorias, ya que no lo viví en ningún momento; tras cruzar las puertas vi a los niños esperándome, por lo que supe que su amenaza era real. Lo que ocurrió en este momento es algo totalmente desconocido, la pequeña de cabello plateado se dirigió a estos niños.
- ¿Qué hacen? - Su pregunta iba impregnada con esa inocente voz, típica de una niña de cinco años. Los infantes, que habían aumentado su número a cuatro, quizá amigos como apoyo u observadores, solo contestaron con burlas ante la pregunta.
- Estamos esperando a... a un bobo pa´pegarle - Palabras muy violentas para niños entre los cinco y seis años, me sorprendí del miedo que puede dar alguien que es notablemente más grande que tú. Si tuviera la oportunidad de revivir el momento, aceptaría el desafío sin miedo, para aquel entonces me parecían invencibles.
La niña suspiró sorprendida. - ¿A quién van a pega´le? - La pequeña se pronunció aparentemente curiosa, los niños se sentían muy valientes frente a la niña, no sabiendo que ella no pensaba eso.
- Al ñoño de BoboNii - Tras aquella mención estallaron en carcajadas todos, menos la pequeña niña, quien permaneció con su rostro estoico. Ellos de inmediato se percataron que eso no le agradó a ella, su mirada se oscureció ligeramente, oculta entre la capul de su cabello.
- Cuat´o cont´a uno no se vale - Las palabras serias de la pequeña me sorprendieron. Justo me percaté de que ella no es capaz de pronunciar la "R", ella se quitó de encima la mochila y la dejó en el suelo, que estaba hecho de baldosas grises con diseño de mándala en tono blanco.Yo sé quién es esa niña, es Kate.
Con puños y patadas aún inexpertos ella se encargó se ponerlos en su lugar, se fueron corriendo con los ojos morados y los labios hinchados, las articulaciones adoloridas y demás impactos certeros. Me sorprende que ella pudiera interceptar cada golpe, desde niña ya tenía esas habilidades; Los cuatro nunca mencionaron esta golpiza que recibieron, probablemente con miedo de convertirse en el centro de burla, a diferencia de mí, que contaba todo.
- "El valiente es cobarde si al frente hay otro más valiente" - De inmediato recordé aquella frase impactante, se había hecho muy viral durante el siglo pasado.
... Katerei me protegió y yo nunca lo supe.
Cambio...
La Sirena de las Estrellas, uno de los fenómenos más extraños del universo, seres de tamaños colosales bastante caprichosos. Nacen cuando un agujero negro colapsa y este alcanzó a absorber una gran cantidad de energía y vida; Vagan por el universo sin límites, pues su ambiente natural es el espacio-tiempo mismo, aún siendo tan magnas y teniendo tamaños que sobrepasan los planetas fácilmente, tienen gustos quisquillosos para divertirse.
Les encanta espiar la corta vida de los seres pensantes parasitarios, así es como consideran a las razas que explotan los recursos de un planeta, parásitos. Para estas colosales sirenas, un planeta no representa más que una fruta para nosotros, pueden incluso devorarlos de un solo bocado.
- Dadrev, pareces saber qué es esa cosa - Esa es la pregunta que me llega a los oídos por parte de Garou, quien se encuentra más que preparado para el combate. Pero, cómo le voy a explicar que un monstruo que sobrepasa el tamaño de un planeta, está tratando de llevarse a su nieto a través de la poseción de su cuerpo.
- Es un ser muy impredescible... al parecer, de alguna manera está conectado aquí a través del amuleto. Si lo destruímos, es posible que liberemos al chico - Esas son mis palabras, mi raza es poseedora de un gran conocimiento sobre el universo y uno de los mayores descubrimientos que hemos tenido, son "Las Sirenas de las Estrellas".
- Creo que eso no será tan fácil - Dice el anciano formidable, a lo que yo pronuncio palabra de manera inmediata.
- Opino lo mismo -

Atrayendo la peculiaridad [Basura]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora