Capítulo LXXVI

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Las viviendas se derrumban ante nuestros ataques, usando mis habilidades, modifico el entorno para atacar; creando pilares afilados, brazos sacados de un thriller e incluso monstruos. Él entretanto, me ha dejado saber que es de clase Ávida, pues de su boca se liberó una niebla roja, y cualquier cosa que es tocada por esta bruma se convierte en su dominio.
Cueste lo que cueste debo evitar este elemento, que funciona como una extensión de su propio ser, recuerdo a Idhelia usándolo; me inmovilizó completamente y yo solamente pude someterme a sus deseos. Haciendo uso de las proyecciones, y variando los ataques que puedo generar, me doy cuenta de que todo lo que yo haga, será inmovilizado por esa niebla, por lo tanto es inútil gastar energía.
Yo podría ganar esta pelea si superara su nivel de dominio, lo que es imposible en este momento. Cambiando de estrategia, mi decisión es ahora utilizar la telequinesia, presto que se me está haciendo inútil el ataque con mis poderes Consterna. Con un empuje leve, disperso la niebla que se me aproxima, a lo que Dilariam se sorprende.
- ¿Qué hiciste? - No le respondo, su alcance de control abarca todo lo que está en su conocimiento, claramente es una carta de triundo que no debería revelar; más es necesario para sacar ventaja. - ¿Acaso eres un "Biparte"? - Lo que dice me parece interesante, todavía debo mantener el aire de misterio, necesito consternarlo y hacerlo tener por lo menos, una pizca de incertidumbre.
Ante la falta de respuesta, su agresividad se intensifica, corriendo a toda velocidad a las zonas donde me encuentro; solo para toparse con que yo ya desaparecí. Recurriendo a medidas extremas, la niebla se riega por toda la zona, si no lo había hecho antes, significa que su dominio es mejor si está comprimida y en un espacio cerrado. Por eso no tiene el mismo efecto que tuvo Idhelia sobre mí, quien claramente es más débil que Dilariam; al parecer es una clase que depende de la estrategia.
Este sujeto parece nunca haber tenido un enfrentamiento con alguien medianamente hábil, ¿acaso solo se ha concentrado en aterrar a los Consterna? Me da pena y asco este sujeto. Tanto poder en alguien tan inútil, me hace recordarme por momentos a mí mismo, cuando estaba en la habitación. Extendí mi fuerza mental al 150%, lo suficiente para abarcar toda el área dentro de la barrera.
La bruma, que lentamente había perdido su densidad, se convertiría en algo maleable para mi favor. Sin previo aviso, comprimo toda la niebla roja sobre su creador, así como el aire y el polvo; estoy poniendo la suficiente fuerza como para convertir una moto en una lata comprimida. De inmediato noto que me es mucho más fácil someter a este sujeto. Abro un agujero en la barrera y salgo de esta.
Con un pensamiento sencillo, esta empieza a comprimirse con todo a su alrededor; la razón por la que ya estoy haciendo algo visible; es porque la revuelta está a segundos de iniciar. Dilariam estando dentro, se ve obligado a soportar la densidad de toda la materia a su alrededor. Son 7200 metros cúbicos de materia, comprimida en tan solo 8 metros cúbicos; si ese sujeto sigue vivo, solo puede agradecérselo a los dioses de su mundo.
Con un aumento hasta el 200% el tamaño de la barrera se reduce a tan solo un metro de diámetro. Cualquier cosa es su interior perdió su forma original, la energía de Dilariam dejó de liberarse; por lo pronto dejo de ejercer presión y libero la barrera, que terminó por dejar caer una masa circular de peso inmedible, puesto que el suelo se quebrantó irremediablemente ante su llegada por fuerza de gravedad.
Logré deshacerme de ese inconveniente, más no puedo decir lo mismo sobre toda la atención que tengo sobre mí. Los centinelas del muro tienen puesta su atención sobre mí, por lo tanto la fase final está por iniciar, dos dragones de inmenso tamaño se crearon a partir de mi mente, estos empezaron a hacer disturbios, atacando a los sujetos que se encargan de vigilar la distancia.
Teniendo todas las miras sobre mí, sé que podría morir; por lo que creo un tercer dragón, ingresando a lo último que puedo soportar... 250% - ¿¿¿...??? - Aquel extraño idioma se libra por todas partes, la mayoría de estos sujetos desprenden una energía mayor a lo que mostró Dilariam, lo que me dejó saber que acabé con un "Don Nadie". La fuerza de cada guardia equivale a una Evilu en su máximo poder... tal vez incluso más.
Con la esperanza de ganar el suficiente tiempo, hago un uso constante de las proyecciones; quienes me salvan de cada impacto que podría ser mortal, lo que en esta situación se traduce a todos. Cualquier golpe por parte de estos guardias podría dejarme convertido en una mancha de sangre, además, se mueven a velocidad súper-sónica; no sé qué habría hecho sin esta nueva habilidad que apenas obtuve.
La evación y llamada de atención van perfectamente, hasta que me doy cuenta de que aparentemente no es algo infinito. Pasadas las cien evaciones empiezo a sentirme agotado, con un peso que no puedo soportar, el dolor de cabeza empieza a volverse insoportable y mi visión se nubla. Supongo que el límite aparecería tarde o temprano, el constante evadir se extiende unos segundos más, los ataques sucesivos por parte de los casi treinta guardias me agotan inevitablemente el número de evaciones que tengo disponibles.
Y finalmente en la evasión 120 no se activó más y las proyecciones se desvanecieron; los guardias, quienes tenían una armadura dorada brillante, compuesta por un casco de dos cuernos enormes, con un torso metálico y extremidades libres para el ataque. Se acercaron a mí, como si supieran que ya estoy agotado, uno de ello apretó su puño mientras murmura cosas que no entiendo. Tratando de salvarme a mí mismo, libero toda la energía Consterna que tengo y la uso para que mi propio cuerpo se fortalezca, de la misma forma que Evilu en aquella ocasión.
Mi cuerpo se volvió pesado, la piel me cambió a un tono gris, mientras que placas gruesas parecen rodearme cada extremidad. Sin embargo, incluso con todo eso protegiéndome, sumado a una barrera invisible de telequinesia; estoy al tanto de que no lo soportaré del todo, debo aguantar unos segundos más. Ya desvié la atención del exterior. - ¿¿¿...??? - Unas últimas palabras de su parte antes de impactar el puño sobre mi torso, a último momento puse mis brazos para cubrirme aunque sea un poco más.
Por la fuerza del impacto salí volando, aún siendo tan pesado; si hubiera sido Evilu por lo menos lo habría soportado, pero, con estos sujetos era totalmente diferente. Los dos brazos rotos, junto con las costillas, órganos internos destrozados y las placas hechas añicos; esa es la evaluación general que realizo sobre mí mismo, no dolió extrañamente, al menos no al principio.
Justo ahora mi nervios están detectando el daño, sus impulsos van a mi cerebro y para cuando transcurrieron cuatro segundos que me parecieron una eternidad. - ¡Ahhhh! - Duele... duele demasiado... no puedo mover ninguna parte de mi cuerpo. Mis ojos se mantienen estáticos en un único punto, el guardia que me golpeó.
Todos se ríen, mientras que lentamente me siento falto de aire, pulmones perforados... la sangre se escurre en mi interior, lo que veo se nubla y únicamente alcanzo a escuchar una explosión en lo lejano.

Atrayendo la peculiaridad [Basura]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora