Atrayendo la peculiaridad [Basura]

Capítulo XXI

Con pereza, lentamente empiezo a levantarme de la cama en la que me encuentro, abro la puerta solo para encontrar allí a una belleza de cabello plateado claro hasta el cuello, que ligeramente se inclina cuando me ve.

- Buenos días, Ni -

- Buenos días, Katerei - Dije también inclinándome levemente, al levantar la vista me fijé en lo que llevaba puesto; un pijama de color azul marino que resalta con sus ojos del mismo color, se encuentra descalza y lleva un libro de pasta bermellón que rotula "Amparador o devastador, él es afable". Tiene la camisa un poco desabrochada en la parte del cuello, por lo que al inclinarse pude notar su busto en desarrollo, así que aparté la vista ligeramente para que no notara que estaba observando ese lugar, me hubiese gustado observarlo un poco más, pero, al ser un huésped no deseo problemas. Cuando ambos levantamos nuestra cabeza, ella me entregó un uniforme que llevaba en la otra mano.

- El baño se encuentra al final del pasillo a la derecha - Mencionó Katerei señalando el pasaje. - No tardes, el desayuno estará listo en unos minutos - Dicho esto ella se retiró, probablemente también a darse un baño rápido. Caminé por el pasillo hasta encontrar el baño, con curiosidad creciente abrí la puerta; solo para encontrar un baño limpio al extremo, tan blanco que me segaba la vista.

... Parece una germofóbica en todos los sentidos, excepto que tolera el tacto y comer cosas de otras personas.

Retiré mis prendas con dificultad, debido a mi antebrazo roto; estas consisten en una simple camisilla de color negro y un short hasta las rodillas, después entré a la ducha y al abrirla sentí una sensación de nostalgia.

... Este es el segundo baño que tomo en tan poco tiempo, tan solo ayer seguía en mi computadora haciendo mis cosas y ahora estoy metido en la casa de una chica, aunque ahora tengo un antebrazo roto y enyesado.

Al terminar salí de la ducha, me sequé con una toalla de la varias colgadas en el baño y me puse el uniforme de la preparatoria Jhabelli; el cual consiste en un pantalón a rayas negras y grises de forma vertical, una camisa blanca de manga larga con botones grises, corbata roja larga con el emblema de la preparatoria; el cual consiste en una golondrina con una rama de pensamiento en su pico, dentro de un círculo hecho de espinas de rosa, todo de color dorado. Chaqueta de color gris claro con detalles en los bordes en forma de líneas negras y blancas en vertical, medias negras y zapatillas del mismo color.

... Creo que me agrada este uniforme, pero tendré que usarlo de esta manera.

Pensé al notar que por culpa del yeso no podía ponerme la chaqueta.

... Es una lástima que el suero de regeneración que inventaron hace unos años fracasara, y la única forma en que se usan los micro-robots de regeneración forzada es en una situación de vida o muerte.

Al salir lo primero que vi fue a una chica con cabello castaño caminando por el pasillo, así que aproveché para hacerle la pregunta del día.

- Disculpa, ¿podrías decirme dónde queda el comedor? - La chica se sorprendió por mi repentino llamado, pues se encontraba limpiando los cuadros que adornan las peredes. Pero, rápidamente se enderezó y me indicó el lugar en el que se encontraba, caminé a su lado mostrándole una sonrisa que ella correspondió; al llegar al comedor pude observar una escena bastante particular, Katerei se encuentra en el comedor leyendo su libro, ella lleva su uniforme de gala puesto, pero lo extraño es que ella está derramando lágrimas, me acerqué para preguntar lo que le pasó.

- ¿Qué ocurre Katerei? - Ella rápidamente cerró su libro y tomó una postura firme, como si buscara ocultar lo que leía y los sentimientos que en este momento sentía.

- No pasa nada, solo que me gusta mucho este libro y la parte en la que se encuentra está bastante triste – Así que se metió tanto en la lectura que ha logrado captar los sentimientos de las letras, algo muy difícil ciertamente.

- ¿Por qué tienes esa expresión triste? - Ella observó con una mirada de nostalgia la pasta roja del libro, "Amparador o devastador, él es afable", pasando las yemas de sus dedos por las letras doradas del título.