Capítulo XXXVIII

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Ambos entramos a la casa, la bienvenida por parte de las sirvientas fue algo realmente demasiado tradicional, agachando la cabeza e inclinando ligeramente el cuerpo; Katerei entró luciendo su uniforme escolar de Educación física, que consiste en una sudadera de color blanco con líneas rojas en los costados, una camisa blanca con detalles en color rojo rodeando cada borde, siendo estas por lo general en pares; zapatos deportivos blancos y medias iguales, lo que realmente identifica ese uniforme es el escudo institucional en las dos partes visibles de forma frontal en el cuello.

Por otra parte, yo entré casi a rastras, esa extraña pero apenas iniciante tensión muscular me tiene sufriendo en este momento, es como si en cualquier momento mi endeble cuerpo fuera a sufrir un colapso sobre su propio peso.

... Odio ser débil, pero odiaría más ser tonto, con eso me conformo.

Finalmente, y después de un gran sufrimiento, llegué a la habitación que me fue prestada por Katerei. Sin preocupaciones me retiro todas las prendas, quedando únicamente en ropa interior, solamente conservé conmigo el collar que me entregó el padre de Katerei.

- Aun eres todo un misterio, pequeña piedra, pero ya será mañana cuando te pruebe – Ese fue mi último monólogo antes de poner el collar en una mesita de noche que allí se encontraba.

...

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- T...T...T...T...T... - Mis ojos se abren precipitadamente, mi cuerpo se siente extraño, es como si todas mis extremidades estuvieran adormecidas. Intenté caminar, pero fue inútil, intenté respirar, pero también lo fue.

En cuanto sentí la falta de aire pataleé como pude, buscando aire, pero, como iba a buscar, no puedo ubicarme, no sé dónde es arriba o abajo; mi mente no está clara, es como si simplemente estuviera viviendo el momento, o mejor dicho, sufriendo.

En medio de una oscuridad casi infinita puedo sentir el agua que se infiltra por mis fosas nasales, lentamente mi corazón empieza a paralizarse, pero mi mirada aún se mantiene estática, observando hacia al frente, puedo ver una silueta femenina, que me susurra a lo lejos. A pesar de estar bajo el agua puedo escucharla.

- T...T...T...Te... - Se acerca haciendo movimientos de pez, en cuanto me doy cuenta puedo notar que se trata de una especie de "Sirena"...

...

De un salto me levanto de la cama, puedo sentir un enorme alivio en el pecho, puedo respirar. Inhalar y exhalar una otra vez de forma exhaustiva, hasta sentirme bien.

... Fue una maldita pesadilla.

O al menos es lo que pensé, hasta que vi que había una profunda oscuridad, normalmente habría aunque fuese un mínimo haz de luz, pero no hay nada.

- T...T...T...Te... - Un incesante y aterrador vocifero de procedencia femenina se enmarcaba, de repente empecé a sentir, la ventana de la habitación estaba siendo escudriñada, algo desesperadamente intentaba entrar; pero, sus intenciones me son desconocidas, por lo que me levanto de la cama y me dirijo al picaporte, este se encuentra frío y húmedo, como si estuviésemos en invierno.

Al girar mi vista hacia la ventana pude verla, un rostro femenino se hallaba al otro lado, me estaba acechando, como si de mí buscara algo que se le perdió. Sus uñas piqueteaban con cada vez más fuerza, así que decidido a preservar mi integridad abro la puerta y empiezo a correr escaleras abajo.

Corría, corría y seguía corriendo pero no parecían tener final, al girar mi cabeza pude ver que la puerta por la que salí seguía muy cerca, como si solo hubiera avanzado unos pasos. Viendo lo imposibilitado que estaba, salté por la borda de las escaleras.

... Detendré la caída con telequinesis.

O al menos eso planeaba, pero no sucedió, mis capacidades no se activaban, ni siquiera con un gran dolor de cabeza pude hacer que mi cuerpo levitara. Me estrellé de forma estruendosa contra el suelo, pude sentir como mi brazo derecho se rompió con el impacto, pero aun así no me detuve, con dificultad me puse de pie y visualicé la salida de la casa de Katerei.

Corrí con lo que daban mis pies, pero parecía que el trayecto no tenía final, una vez más busqué a mi perseguidora con los ojos. Estaba allí, mirándome con esos ojos miel cargados de inocencia, un bello cabello castaño, facciones delicadas, ¿acaso se trata de Danna?; su torso desnudo dejaba al descubierto sus atributos, pero al fijarme en lo inferior pude ver una cola, al estar fuera de una superficie acuática ella se arrastraba cual serpiente, utilizando sus manos como apoyo, no pude verla más, porque mi trayecto terminó, la puerta de salida estaba frente a mí.

- T...T...T...T...Te... - Pude escuchar otra vez esos sonidos, al darme la vuelta, me di cuenta de que esa "Sirena" se encontraba a pocos metros de alcanzarme, ella era quien producía estos sonidos con su boca. En un golpe de suerte en medio de las desgracias la puerta se abrió y pude huir de la escabrosa persecución.

El alivio que siento me concede un respiro de calma, espera, ¿respiro? Antes de darme cuenta los objetos a mí alrededor estaban flotando, botes de reciclaje, rocas de la carretera, hiervas sueltas, incluso autos, todo estaba empezando a desprenderse de la superficie, como si nos encontráramos bajo el agua.

Mi cabeza giró en dirección a la puerta y allí la vi, la sirena había abierto la puerta, y me estaba viendo, ella realizaba movimiento ligeros con su aleta, estaba en su territorio natural.

De un momento a otro se acercó a mí, rozó mi pecho desnudo con sus fríos dedos, se quedó mirándome con esos profundos ojos, y yo también la aprecié, su hermoso rostro me estaba hipnotizando.

- T...T...Te...Te...quie...ro – Esas palabras salieron de su boca, de repente se empezó a alejar, mientras entonaba una bella melodía con su voz, un precioso canto de sirena que empieza a hacerme querer ir tras ella, me llama, ella me llama, deseo ir tras ella, quiero ir tras ella.

Pero entonces de repente empiezo a sofocarme por la falta de aire, la muerte empieza a reclamarme, trato de moverme pero mis movimientos son lentos a causa de la densidad acuática que hay, intento gritar, pero no puedo, así que cierro los ojos para morir.

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Atrayendo la peculiaridad [Basura]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora