Capítulo LXXIX

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Tras ver a Nii caer de forma tan brusca, mi decisión es hacer esto en serio. Me lamento mentalmente, quizá demore un buen tiempo en obtener nuevamente un cuerpo, pero, es mejor que perder a mi padre y quien quiero. Con suma determinación estrecho el Pandora flask entre manos, hasta que la presión cesa y termina rompiéndose, hilos de oro cubren y destruyen mi cuerpo.
Mientras que las sensaciones desaparecen, dolor, miedo, odio, amor. Todo se pierde y varias preguntas surgen en su lugar; ¿por qué hago esto? ¿Tiene importancia? ¿Me beneficia? Qué razón hay en ayudar a seres no evolucionados, son presencias que requieren de milenios para avanzar por su propia cuenta. Mi cuerpo astral es libre, es una luz radiante con forma antropomorfa, una cabeza, un torso y cuatro extremidades. Totalmente carente de detalles significantes, pues mi ser es luz en sí misma.
- ¿Qué eres? - Quien habla es la mujer de cabello negro, que obligó a mi mente débil a abandonar sus sentimientos, su idioma se me es perfectamente entendible. Sin respuestas, simplemente me aproximo a ella, puedo leer sus deseos y anhelos. Su instinto de guerra y también la razón por la que ha sacrificado tanto por crear "La execración incoherente", más moldear el universo a su antojo no le será posible con sacrificar solo 10 millones de vidas; si lo que busca es la omnipotencia requiere más de "Mil Gúgols de vidas", con eso que obtuvo apenas si logrará obtener un sueño de invensibilidad.
- Soy un ser astral... muy superior a ti. Más no tengo intensiones de detenerte, solo estás logrando un fracaso. Dime algo, ¿tiene sentido para ti desafiar al creador? Habitamos en él y él es nosotros, habitamos su consciencia, si tratas de hacerte con el control solo conseguirás que borre todo y lo reinicié, eliminando por completo tu existencia - Ante lo que digo ella abre sus ojos, el conocimiento que poseo podría serle corrosivo.
- No eres nadie para cuestionarme - Siguiendo su carencia de inteligencia, se arroja a la pelea, aún cuando no hay sentido en tenerla. Su energía física se eleva al límite y luego se duplica, dejándome saber que entró en modo "Cardinal", la necesidad de cerrar las disputas a partir de la pelea solo muestra su mentalidad primitiva. Se creen superiores a los humanos y no difieren en lo más mínimo.
En el estado astral no tengo un sentido del espacio tiempo, lo manejo y moldeo a mi antojo; habito en una dimensión diferente, pues soy capaz de ir hacia atrás y adelante en el tiempo, así como ellos pueden caminar, retroceder, saltar y hundirse. Es algo natural en un ente que ha alcanzado la siguiente etapa dimensional.
Sus golpes únicamente me atraviesan, pues en este momento moví mi materia astral a otra directriz en el plano del espacio tiempo. Un objeto en dos dimensiones no puede ni siquiera el intentar golpear un objeto que se oculta en la profundidad de la tercera dimensión, lo mismo le pasa a esta masa de carbono; sus limitaciones dimensionales no le permiten golpearme en un desface corporal, o por así decirlo, la cuarta dimensión... el desfase.
Mientras que ella intenta inútilmente golpearme, el chico que a mi yo primitiva le atrae, se arrastra por el suelo. Solo pudo regenerar su mano izquierda y con esta se moviliza. Desearía sentir pena, más las emociones no me son algo sensitivo en este momento. Si me dispusiera a poner mi parte en esta absurda pelea, solo optaría por borrar este planeta, ni enemigos ni aliados de mi parte.
A través de mi observación desfasada en dimensión, me doy cuenta de que un cuerpo de cuarta dimensión se desprende de ese chico. Me llama la atención enormemente, tanto que ignoro a la pelinegra que, en vano, trata de golpearme con su herramienta pasada de época. Ese cuerpo flota, dirigiéndose al cáliz que alberga ese líquido, sin un estado completo.
Al borde de la muerte, y aún intenta completar su cometido. Cuán obsecionado es por ganar, esta perseverancia es lo que en un principio le interesó a Katerei, ahora es solo un sentimiento que está presente en su ser. Monarcka deja de emanar esa gran cantidad de energía, al fin comprende que es inútil el ataque, su actitud vuelve a ser sosegada mientras solo me observa.
Mi padre, en su estado físico come una hoja, es el (Life leaf). Estando repuesto totalmente, se pone de pie; mientras blande su alabarda, ¿qué tan primitivos podemos ser al perder nuestro estado astral? La razón por la que es varias veces mejor no intervenir en este conflicto, es para no sufrir consecuencias por parte de otros Egregios. Solo terminaría en el mismo estado que padre, condenado a un estado físico con un límite de vida temporal.
Lo que hace es en vano, pues nuevamente es cortando profundamente por la Impea. Entre tanto, el chico de cabellos negros sigue arrastrándose, mientras que su réplica en cuarta dimensión se aproxima cada vez más al cáliz. Si es capaz de hacer ese tipo de cosas, solo significa que su consciencia está desfasada de su cuerpo; de alguna manera se encuentra en un estado similar a mí, limitado por su propia vida.
Monarcka centra su atención en Nii, se dirige hacia él con pasos normales, ya tiene claro que no puede hacerme nada y yo no planeo intervenir tampoco. Se para en medio del camino del pelinegro y lo mira con detenimiento. Ella le lleva 112 años de experiencia en combate, pretender compararse es negligente; con potencial, pero, demasiado imprudente. Su muerte será en parte culpa de Katerei, caprichosa e irracional. Casi siento como se revuelca dentro de mí, rogando que le ayude.
La Impea blande su espada y la apunta a su cuello, con la intención de fulminarlo con una decapitación. No es necesario que lo haga, de por sí ya está muriendo desangrado y con un dolor pronunciado; la hoja asciende y luego desciende a gran velocidad, solo para encontrarse un suelo vacío. No necesito mover mi cabeza para ver el lugar en que se encuentra, todo de mí es una extensión de todo, todo mi ser respira, todo mi ser escucha, todo mi ser ve y todo mi ser capta.
Nii, se movió en el espacio tiempo, saltó en la cuarta dimensión, siguiendo la misma ruta que su proyección; y sale en el final de la ruta, así es como funciona ese poder. Más su movilidad en la cuarta dimensión únicamente se limita a un sendero marcado, y su paso no dura más de 3 centécimas de segundo. Él ahora se encuentra al lado del cáliz, más Monarcka no lo sabe, si fuera más sensitiva lo buscaría con sus sentidos y podría evitar lo que está por pasar.
Un grave error de su parte, el pelinegro, agarra el recipiente y bebe todo el contenido; el azul brillante se pierde por su garganta. El obelisco deja de brillar y es entonces cuando la fanthomless se da cuenta de que sus años de investigación fueron en vano. Pues, a quien más subestimó, fue quien derrumbó sus planes y la condenó a continuar más años bajo la atmósfera de dos planetas que podrían colapsar por sus sociedades... la Tierra y Maugna.
Entre tanto, Nii, que bebió el líquido, posiblemente muera. Físicamente no podía ni soportar los impulsos nerviosos de su propio cerebro, cómo aguantaría una creación en donde diez millones de vidas fueron sacrificadas. - ¿¿¿¡...!??? - Monarcka vociferó y gritó insultos en descontrol, los comprendí perfectamente, más solo ignoré sus palabras primitivas, formas de expulsar su frustración e ira contenidas. Y entonces el cuerpo del pelinegro explotó en una lluvia de sangre, ese era su destino final, además, es la conclusión de su misión.

Atrayendo la peculiaridad [Basura]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora