Atrayendo la peculiaridad [Basura]

Capítulo XXXV

- Ya veo, ¿así que ese golpe le hizo tanto daño? – Dice Evilu con algo de desinterés mientras da una mirada al panorama, varios chicos se encuentran haciendo los ejercicios de educación física, el uniforme para practicar deportes es una sudadera de color blanco con líneas rojas en los costados, una camisa blanca con detalles en color rojo rodeando cada borde, siendo estas por lo generas en pares, zapatos deportivos blancos y medias iguales, lo que realmente identifica ese uniforme es el escudo institucional en las dos partes visibles de forma frontal en el cuello.

- Así es - Contesto de manera simple a la chica de cabello negro y ojos con policromía frente a mí, quien se encuentra leyendo un libro con el título "Amparador o devastador, él es afable".

- Oye, Katerei, aun no entiendo que tiene de especial ese chico como para que le pongas tanta atención a su cuidado - Me dice ella desviando la mirada de su libro posando su fría mirada en mí, mientras que pasa la página con su mano derecha.

- Es alguien muy cercano y lejano para mí, yo conozco todo de él, y por el contrario, él nada de mí. Espero que mi padre no sea duro con él - Termino mi frase poniéndome de pie y tomando mi bolso del césped en donde estaba sentada.

- Tsubanekko, ¿por qué te aferras a ese cuerpo físico?, es una total limitación para lo que eres capaz de hacer, ¿acaso es para tratar de sentir lo mismo que ese chico? -

- La verdad es que, de alguna manera, considero que es la única conexión que tengo con él hasta el momento, si abandono mi cuerpo creo que ya no tendré la misma sensación de igualdad con él - Evilu se puso de pie también y ambas empezamos a caminar en dirección a nuestro salón de clase.

- Tú tampoco eres pura en totalidad, tal y como Yggdra, sin embargo, eres mucho más especial que él en todos los sentidos - La mención de la pelinegra me hace sentir fuera de lugar, no deseo ser especial.

- No es nada, a diferencia de mi padre, quien a pesar de haber sido condenado a ese cuerpo físico para siempre; es capaz de superar la fuerza ordinaria y limitaciones físicas; el dolor aun afecta mi cuerpo no evolucionado, pero no pienso desecharlo -

- ¿Por qué no tenemos una batalla amistosa a la salida? -

- Creo que jamás me podrías ganar, esa es la razón - Respondo de manera desafiante, cruzando la mirada con la chica del libro que se encuentra detrás de mí.

- Eso me lo dice la chica que perdió contra un debilucho con una situación física bastante mala – Inmediatamente doy la vuelta para encarar a la chica de cabello negro que no despega la mirada del libro que le presté.

- No retes tu suerte, lo dejé ganar para que obtuviera más confianza, es más especial de lo que crees – Ella lentamente levanta la mirada y me observa de manera retadora.

- Eso lo veremos - El ambiente en este momento es tan pesado que si tuviéramos un cuchillo lo podríamos cortar con gran precisión.

Cambio.

- Cuídate jovencito -

- ¡Muchas gracias! -

... Quien iba a pensar que ese hombre estaba desarrollando la IA avanzada versión 3.1 para los robots humanizados.

Luego de ese sutil pensamiento, continúo con mi camino, aunque literalmente estoy en la entrada a la... como decirlo, mansión o castillo... mejor dejémoslo mansión de los Tsubanekko.

... Al parecer a los dueños les gusta excesivamente el color azul.

Ese pensamiento sobrevuela mi mente al ver el diseño del lugar, techo azul, puertas y ventanas igual, junto con varios adornos como moños, ilustraciones, entre otros. Y como color más secundario el plateado.

- ¿Qué necesita joven Katase? - Esas palabras me helaron la piel, al instante giré mi cabeza para ver el rostro claro y envidiable para cualquiera.

- Señor Dadrev - Trato de contestar con la mayor serenidad posible.

... No imaginaba que la reunión fuera así inesperada, quería prepararme psicológicamente afuera de la mansión para este momento.

- La verdad es que... venía a hacerle algunas preguntas sobre muchas cosas, digo, solo serán unas... dos o tres preguntas, le prometo que... no tomaré mucho de su tiempo - Mechas, los nervios me atacaron irremediablemente.

- Hmmmm, adelante -