Capítulo 10

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ALEC

El profesor de economía no ha llegado hoy por una excusa que realmente no me importa, lo único que importa es que tenemos dos horas libres. Mi mente está nula recordando los acontecimientos de ayer. Sabía que Mackenzie no iría conmigo desde que escuché decir que Ashton la invitaría a un estúpido cine. Fue la primera razón del porqué yo también lo hice. Quería comprobar qué tan patética podría llegar a ser, y bueno, el resultado me hace saber que es mucho más patética de lo que pensaba.

La voz de Adam a mi lado me hace salir de mis propios pensamientos. Desde que nos sentamos aquí no ha parado de hablar sobre la chica que conoció en una gasolinera. Es al menos la tercera vez que habla sobre ella y yo estoy sopesando seriamente si debería arrojarle mi libreta en la cara para que deje de hablar.

-¿Me estás escuchando?- pregunta incrédulo. 

Mi vista recae sobre él y decido sincerarme.

- En realidad, he dejado de escucharte hace como media hora.

Lo veo poner los ojos en blanco.

-Es por esa chica, ¿verdad?- pregunta. No es necesario asentir para hacerle saber que es así- No entiendo la razón de estar así por alguien que ni la hora te da- dice tranquilamente- Además, si yo fuera una chica y me invitaras a un hospital, posiblemente también te habría dejado plantado.

Cierro los ojos por un momento y suelto aire pesado por mí nariz.

-Ya te he dicho la razón de porqué lo hice. Kendall tenía ilusión en conocerla- me defiendo. Si, tal vez haberla invitado a un hospital hizo sonar todo muy raro, pero todo tenía una buena intención, lo juro.

-¿Y cómo no iba a tenerlas?  Tiene al menos cuatro años escuchándote hablar constantemente sobre esa chica.

Me encojo de hombros porque sinceramente no sé qué carajos responder a eso. Tal vez haberle contado mi atracción por Mackenzie a mi hermana pequeña no fue algo inteligente de mí parte dado las circunstancias.

Siempre que voy a visitarla al hospital es inevitable no responder a sus curiosas preguntas. Eso siempre ha caracterizado a Kendall; tiene el don para preguntar cualquier cosa porque sabe que yo contestaré todas y cada una de sus dudas con tal de sacarle una sonrisa en su lindo rostro.

-Bro, en serio no sé que ves en ella- continúa diciendo- No tiene grandes tetas, aunque claro, hay que aceptar que tiene un lindo y redondo trasero, pero ya está- puntualiza. Frunzo mis labios para evitar soltarle algún comentario grosero con tal de que se calle. Adam no parece darse cuenta de que estoy haciendo un gran esfuerzo por no perder la poca cordura que me queda y continúa hablando- Aún sigo esperando tus agradecimientos por haberte llamado en cuanto le entregué las palomitas a don perfecto Ashton.

Por mi propio bien recuerdo que quien está diciendo toda esta basura sobre Mack es Adam, mi mejor amigo, y que no debo tomarle importancia ni enojarme con él por lo que ha dicho de la castaña, sin embargo puedo sentir como mi sangre se calienta al escuchar todas las mierdas que ha soltado.

Él no la conoce.

«Tú tampoco» me recuerda mi voz interior, pero sé que ella es más de lo que trata de ocultar.

Tengo que admitir que cuando me llamó para contarme que Mackenzie estaba en el cine en el que él trabaja no pude evitar presentarme hasta allí para comprobarlo con mis propios ojos. Tuve que escapar antes de que ella me notara porque entonces habría sido muy vergonzoso.

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