SCARS ✔

Capítulo 30

El recorrido de vuelta al departamento de Alec se torna silencioso. Mis manos sudan y logran ponerme ansiosa. Después de que la policía tomó la declaración de lo ocurrido, se marcharon junto a la ambulancia para vigilar al hombre que se encontraba postrado sobre la camilla, no son antes mencionar que estarían en contacto con el castaño para hacerle saber todo lo que se le vendría encima.

No me pasó desapercibida la manera en la que Gemma se mantuvo a su lado y lo reconfortaba, sin embargo, me mantuve en completo silencio, observándolos. Quería ser yo la que estuviera brindándole aquél apoyo, pero supongo que nunca podré igualarme a lo que ellos han tenido que pasar juntos, porque me guste o no admitirlo, él y ella tienen una historia, una que probablemente nunca desaparezca por completo.

La imagen de Alec junto a Gemma sigue repitiéndose constantemente en mi cabeza como un claro recordatorio de lo que una vez tuvieron. Me repito que no es el mejor momento para actuar como una novia celosa, porque eso es lo que soy, ¿verdad? Su novia.

Aún no le hemos puesto título a lo que tenemos y solía pensar que eso estaba bien porque ningún calificativo adolescente nos bastaría para lo que ambos sentimos, sin embrago, ahora que he visto la manera en la que Gemma lo abrazaba, no puedo evitar pensar en lo que significo yo para él.

¿En realidad me considera su novia?

La pregunta queda suspendida en el aire cuando aparcamos frente a el viejo edificio. Alec es el primero en bajar del auto mientras que a mí me toma unos pocos segundos más. Subimos en completo silencio las escaleras y en menos de un minuto, Alec abre la puerta de su departamento. Mis ojos siguen sus movimientos con detenimiento. El castaño se acerca a el sofá y se deshace de sus zapatos. Quiero decir algo, lo que sea, pero nada sale de mí.

-Lamento todo lo que pasó- su voz es un pequeño susurro mientras se deja caer en el sofá- Ha sido una noche de mierda- murmura pasándose las manos por el rostro.

Me aproximó a él y le tomo las manos para apartárselas.

-No tienes razón para disculparte, Alec. Tú no has sido el que ha hecho algo malo, sino tu padre- aseguro.

Frunce el ceño.

-¿No estás enojada considerando que casi lo mato?

-No- respondo con simpleza- Esa fue tú manera de hacerle pagar por lo que le hizo a tu hermana. Es normal el odio que estás sintiendo hacía él, dañó a una persona que era importante para ti, pero sólo nos queda continuar.

Sus facciones se endurecen y sus ojos se pierden en el vacío. Es como si estuviera aquí y al mismo tiempo a kilómetros de mí.

-No te cierres a mí, por favor- suplico en un susurro.

Su silencio es una tortura. Quiero saber qué está pasando por su cabeza en estos momentos. Quiero ser aquel refugio en el que se sienta a salvo, sin embargo, parece ser todo lo contrario. Bien, si no quiere hablar, al menos lo acompañaré en su silencio, puesto que es lo menos que puedo hacer por él en estos momentos.

Minutos después, el sonido de su voz vuelve a inundar la sala.

- Eva era una gran fanática de los cigarrillos, por ella empecé a fumar. Yo solía decirle que arruinaría sus pulmones, pero ella sólo me ignoraba. Ahora cuando lo hago, no puedo evitar pensar que es una manera de sentirla cerca de mí, ¿sabes? - su voz es baja, pero aún así noto como se quiebra. Se levanta del sofá y tira de las hebras castañas de su cabello en un acto de frustración- Ni siquiera tuve los malditos cojones de ir a su funeral y poder despedirme de ella. Mi mente parecía estar en un estado de shock, todo se sentía tan ajeno a mí y yo...me sentía tan malditamente solo y...