Capítulo 67

665 77 23
                                    

Alec

El ruido de los aeropuertos es ensordecedor. Ver a los niños correr, patalear e incluso llorar, es desesperante, lo digo en serio. Las personas a mi alrededor caminan de manera apresurada, mientras arrastraran su equipaje e intentan llegar a tiempo hacia su nuevo destino, al igual que yo.

Sostengo la barra de mi maleta, y me aferro a ella con fuerza, pensando en todo y a la vez en nada, pero sobre todo, pensando en ella.

Siempre ella.

Mi corazón se estruja contra mi pecho al recordar como las lágrimas descendían de su hermoso rostro, y todo por mi culpa.

Soy un idiota.

Jamás debí volver, jamás debí volver a besar sus labios ni tocar su piel.

- ¿Estás seguro de hacer esto? - pregunta Adam a mi lado.

¿Qué si estoy seguro? Joder, claro que no. No quiero volver a irme y dejarla, sin embargo, esto es lo mejor que puedo hacer por ella.

-Ya está decidido- respondo girando el rostro para observarlo- Además –agrego- Ya la he hecho pasar por mucho. Se lo debo.

Mi buen amigo parece sopesar mis palabras, antes de asentir no tan convencido.

Antes he ido a su casa para solucionar las cosas entre nosotros. No me hacía gracia la idea de marcharme, aun sabiendo lo que paso tras mi regreso. Sé que la castaña se ha sabido ganarse gran parte de su corazón, y no quiero interferir entre su amistad. Mackenzie va a necesitar a alguien a su lado después de todo lo que ha pasado, y quien mejor para eso que Adam.

-Esto va a destrozarla-advierte- Y va a matarme si llega a descubrir que te estoy ayudando.

Mis labios dejan escapar un suspiro con pesadez.

Sé que tiene razón y que estoy huyendo otra vez como un auténtico cobarde, pero no me atrevo a volver a enfrentarme a su mirada cristalizada, mientras veo con mis propios ojos como le destrozo el corazón sin contemplación.

Trago el nudo que ha empezado a formarse en mi garganta, y me apresuro en observar el reloj que descansa en mi mano izquierda, es temprano.

-Al menos dime que te has despedido de ella- pide en un leve susurro.

-Le he dejado un mensaje de voz en su buzón- respondo con simpleza, mientras aguardo con la esperanza de que para cuando lo escuche, ya yo me encuentre a kilómetros de distancia.

[…]

Después de realizar los trámites necesarios, y de haber registrado cada uno de mis documentos para recibir mi billete de avión, me encuentro caminando hacia Adam para despedirme e ingresar a la sala de embarque, pero entonces, un grito ahogado se escucha en la distancia, haciendo que mis pies se detengan abruptamente y la respiración se me corte.

- ¡Alec! – grita Mackenzie con la voz rota.

Ni siquiera me atrevo a moverme, de todos modos, ella se acerca a mí con determinación en su rostro. Tiene la mandíbula contraída, luce molesta e intenta contener las lágrimas de sus ojos.

Tan pronto se encuentra cerca, su mano se eleva en el aire e impacta con fuerza contra mi rostro. Me cuesta más de un segundo darme cuenta que me ha dado una gran bofetada en el rostro, pero apenas si la he notado. El dolor que se adueña de sus facciones me lastima y me hace sentir miserable.

- ¿Cómo puedes ser tan cruel, hacer que te quiera y luego marcharte como si nada? - inquiere.

Algunas personas se detienen a nuestro alrededor para observar la escena.

- ¿Piensas hacer un escándalo aquí? - cuestiono, en un vano intento por calmarla.

Pero claro, eso no sucede.

- ¡No me importa! -estalla.

Su pecho se sacude con fuerza cuando un débil sollozo brota de sus labios. Su piel luce un poco más pálida y las ojeras que descansan debajo de sus ojos me confirman lo que ya se.

-No tienes que irte- dice con voz baja, tomándome por sorpresa- He estado pensándolo y no lo sé…tal vez podemos hacer que funcione para ambos. Lo que hiciste con mi padre fue una cagada, pero no quiero volver a perderte. Sólo debemos ser honestos con nuestros sentimientos y…

La interrumpo.

-Mack, no voy a quedarme. Su mirada herida se clava en mi pecho, haciéndome sentir peor que antes. Odio hacerle esto. Odio lastimarla, y es por eso que me marcho- ¿A caso no notas todo el daño que nos hemos hecho mutuamente? No te merezco…

-Por favor, no te vayas. ¡No me dejes otra vez!

Intento buscar palabras reconfortantes, pero nada sale de mi boca. Trago el nudo en mi garganta y controlo las ganas que tengo por envolverla entre mis brazos para hacer desaparecer el dolor que la consume, sin embargo, lo único que puedo hacer es tomar su rostro entre mis manos y depositar mis labios sobre su frente, manteniéndome allí más tiempo del que pretendo.

-Espero que algún día puedas perdonarme- murmuro antes de apartarme.

Me despido de Adam, y en un susurro le advierto que la cuide como yo lo haría.

Aferro mis dedos a la baranda de mi maleta y doy la vuelta para empezar a caminar hacía la sala de embarque, escuchando los gritos de la castaña en mi espalda.

- ¡No hagas esto, por favor!

Su voz me desgarra por dentro, pero no me atrevo a volverme para mirarla por última vez.

- ¡Juro que, si te atreves a irte, será la última vez que sepas sobre mí! - advierte y continúa gritando.

Pero sólo hasta que cruzo la puerta, dejo de escuchar su voz.

SCARS ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora