Alec
El sonido de otra llamada a mi celular me hace despegar la vista del techo. Hoy es uno de esos días en los que siento que todo lo bueno desaparece de mi lado. En los que el tiempo pesa sobre mis hombros y las agujas del reloj nunca se detienen. Mi vista se enfoca en el nombre que aparece en la pantalla, es Adam.
Chasqueo la lengua y tomo el aparato entre mis dedos antes de incorporarme para contestar.
-¿Qué quieres, Adam?- pregunto mientras me quito las lagañas de los ojos. Ni siquiera me he molestado en ir al instituto el día de hoy.
-Vaya, veo que el cumpleañero se ha levantado de mal humor- bromea tras la línea.
-No me jodas-bufo- ¿Ya tienes lo que te pedí?- pregunto para no darle tantas vueltas al asunto.
-Sí. Aunque siendo sincero, no sé por qué te molestas en preparar una cita, ¿es que ya no habían tenido una?- pregunta incrédulo.
Ruedo los ojos aunque sé que no puede verme.
-Lanzar huevos a la casa de Genny no cuenta como una cita-aclaro, y sólo para molestarlo agrego- Realmente no entiendo cómo Madeleine pudo fijarse en ti.
-Ja ja, que gracioso Blackner- responde y el sarcasmo es palpable en su voz- Y sí, lo conseguí. Estaré en tu casa a las seis.
-Ok- digo y entonces cuelgo.
Paso las palmas de mis manos por mi rostro y me repito que es hora de salir de la cama. Últimamente no me preocupa las consecuencias que pueda traer mi inasistencia, pero sé que nada bueno podrá salir de ello. Aún no le he pedido a Mack ir juntos a la cabaña de los padres de Madeleine, y para ser completamente honesto, el hormigueo que se desborda por mi me hace sentir nervioso de tan sólo pensarlo.
Sé que una semana alejados de tanta mierda es todo lo que necesitamos, pero sólo iré si ella acepta a venir conmigo. De lo contrario, no podría ir sin ella.
No me imagino estar en un lugar tan pacífico con alguien más que no sea la castaña de hermosos ojos verdes. La necesito, y ella me necesita a mí.
MackenzieMe acerco a Genny dando pequeños pasos sigilosos. Desde está situación ella luce tan frágil, y por un pequeño momento se me cruza la loca idea en la cabeza de querer abrazarla, pero los recuerdos de ella torturándome sin remordimiento me hacen mantenerme rígida ante la situación.
-¿Qué? ¿A caso no se me permite llorar?- pregunta la rubia bruscamente mientras se pasa las manos por la cara, grave error ya que el rímel se le corre mucho más- También tengo sentimientos, ¿sabes?
Chasqueo la lengua.
-En realidad...sólo quería decirte que tienes el rímel corrido, y que ahora mismo pareces un mapache herido.
Una sonrisa amenaza con invadir mis labios pero la contengo. Giro sobre mi propio eje dispuesta a salir victoriosa, pero antes de hacerlo, la miro sobre mi hombro y le digo:
-Por cierto, ya supera a mi hermano de una vez por todas. Es muy fastidioso tener que escuchar tus sollozos.
Y con eso me encamino hacía mi primera hora de clase.
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SCARS ✔
Novela JuvenilMackenzie Jones ha sido víctima del Bullying por cuatro años consecutivos. Cursando ya su último año escolar, el chico roto de ojos verdes parece despertar su curiosidad y todo lo que le rodea. Negativo. Eso eran ambos. ¿Y qué si las leyes de la m...