El molesto sonido de mi celular me obliga a abrir los ojos para tener que fijarlos en la intensidad de la luz que se cuela a través de las delgadas cortinas de la habitación. Me toma más de un segundo despejarme y darme cuenta de que no estoy en mi cuarto.
Tengo varias llamadas perdidas de mamá y algunos mensajes de papá, genial.
Hago una mueca antes de volver a apagar el aparato por completo. Paso mis manos sobre mi rostro y así poder alejar cualquier residuo de sueño. Aún no puedo creer que me haya enfrentado a Genny de tal manera. Mucho menos puedo creer que estuve a punto de hacerlo con Alec en su sofá. Me había dejado llevar por el momento, pero ahora que lo pienso, agradezco que él nos haya detenido.
No quiero que nuestra primera vez sea de esa manera. Siempre había idealizado mi noche de bodas, lo cual era un poco tonto, puesto que jamás imaginé que alguien pondría sus ojos sobre mí, pero él lo hizo y es por eso que quiero que sea especial y no sólo una calentura momentánea.
Giro mi rostro y me percato que sobre la almohada en la que había estado descansando Alec se encuentra un pedazo de papel. La tomo entre mis manos y no puedo evitar sonreír al leer sus palabras.
"Tengo que salir al hospital porque Kendall me necesita y no quiero despertarte. Espero poder verte en clases. Ten un buen día, bonita.
Te quiere, Alec ♡"
Esas tres palabras logran acelerar mi corazón de manera instantánea.
"Te quiere, Alec" Definitivamente podrían convertirse en mis palabras favoritas.
Tan pronto como tomo mis cosas y salgo del edificio, me apresuro en tomar un taxi. El chófer me da una mirada de reproche, pero no dice nada y se limita en llevarme a donde le pido.
Veinte minutos más tarde, el auto se detiene frente a mi vecindario. Toma todo de mí tratar de abrir la puerta de mi casa silenciosamente para poder dirigirme en puntillas hasta mi habitación, pero los ojos de mi madre me interceptan a medio camino y hace que mis pies se detengan abruptamente.
Mi ceño se frunce al ser consciente de las pronunciadas ojeras que se encuentran bajo sus ojos. Tiene la mirada cansada e incluso me atrevería a decir que ha estado llorando, pero...¿por qué?
-¿Dónde has estado?- pregunta con la voz apagada.
En lugar de responder a su pregunta, me cruzo de brazos y le hago una pregunta de vuelta.
-¿Todo está bien, mamá? ¿Ocurrió algo?
Ella se suena la nariz con un pañuelo. Mis ojos estudian toda su extensión y me percato de que no está usando su uniforme como de costumbre, lo cual es raro. Mamá nunca toma vacaciones, y rara vez se queda en casa. Ella es de las que piensa que entre más trabaje, más ingresos obtendrá.
-No, tu…- lo que sea que intenta decir, no lo termina porque la voz se le quiebra y las lágrimas se le escapan.
Mi corazón se quiebra y me aproximo hasta ella para poder abrazarla sin saber qué más hacer. En mi corta vida jamás había visto a mamá de esta manera. Ni siquiera cuando Chad se lesionó la rodilla a los once años intentando montar un espectacular en su bicicleta.
Su pecho se sacude por la fuerza con la que llora. Mis ojos se cristalizan, pero no puedo llorar, no ahora que ella me necesita. Debo darle la certeza de que todo estará bien, y eso es lo que haré.
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SCARS ✔
Genç KurguMackenzie Jones ha sido víctima del Bullying por cuatro años consecutivos. Cursando ya su último año escolar, el chico roto de ojos verdes parece despertar su curiosidad y todo lo que le rodea. Negativo. Eso eran ambos. ¿Y qué si las leyes de la m...