Capitulo: 22 No es tiempo de ponerse a pensar idioteces Tn

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José me esperó fuera de mi cuarto, aproveche de cambiarme la ropa y colocarme el pijama, cuando iba a tomar mi polera observé la que estaba sobre mi sillón, era la de Kevin, fue difícil decidir, pero quise colocarme la que Kevin me había dado días atrás, me junte con José y bajamos para ir a la cocina, al llegar al lugar José fue a charlar con Tomas mientras yo solo los miraba sonriente.

- "Veo que ya despertaste".

Sentí una voz a mis espaldas que hizo que me exaltara, al girarme pude ver al chico de short y remera de la noche anterior.

- ¿Tu aun sigues aquí? -me había sorprendido-.

- Si, que yo sepa vivo aquí -habló tranquilo-.

-Bueno, vives y a la vez no -habló el chico que comía del tazón- Kevin deberías pasar más tiempo con tus hermanos en casa.

- Opino exactamente lo mismo -me observó-.

- *Algo me dice que también lo dicen por mi* -lo mire esperando su respuesta-.

- Si, puede que tengan razón -se sentó junto a su hermano- pero aún quiero divertirme, y debo admitir que no lo paso tan mal fuera.

- Eso lo dices porque tus amigas te consienten mucho -dijo Tomas incorporándose en la conversación- aunque no eres el único consentido, deberías dejar de comprarles regalos tan caros.

- ¿regalos? - ¿enserio él le compra regalos costosos a sus "amigas"? -.

- Mira Tomi, si quiero o no gastar mi dinero en ellas es mi problema.

-  Si, pero si sacas mi tarjeta para comprarles lencería a ellas si es mi problema -le regaño- sé que mi clave es fácil, pero ¿podrías intentar fingir que no la conoces?, es un tanto molesto ver cargado a mi cuenta lencería roja de mujer.

- ¡Aigo! - José soltó estallando en una carcajada- ¡No puede ser! jajaja

*¿lencería roja? no será...*

- Lo bueno es que solo nosotros lo sabremos -rió- no es como si compraras ropa femenina para tus intimidades.

- ¡Hermano! Eso no es gracioso - Tomas se puso nervioso ante el comentario divertido del mayor-.

Mientras Jonathan y Tomas se molestaban entre sí no pude evitar sentirme mal ante el comentario que lanzo Tomas, nunca se me paso por la cabeza que ese conjunto se lo había dado Kevin a aquella chica, observe a los chicos, Jose se veía entretenido hablando con Kevin, cada uno estaba concentrado en sus conversaciones por lo que fui hasta la olla en donde se encontraba la sopa que había preparado Jonathan, tomé el tazón que se encontraba a mi lado, me serví un poco y caminé hasta el marco de la puerta para dirigirme a mi habitación.

- ¿T-Tn pasa algo? - Tomas se veía preocupado- pensé que comerías aquí.

- Lo siento chicos, es que no me siento muy bien *mentirosa* así que comeré en mi habitación.

- ¿Puedes ir tu sola? -se levantó de su asiento- ¿Si quieres te acompaño hasta arriba?

- No es necesario, puedo caminar bien por mi cuenta.

Era molesto que intentase comportarse como si nada pasase, ¿cómo puede ser amable conmigo y luego un completo pervertido con todas las chicas a su alrededor?, pasé molesta por la sala, no podía quitar de mi cabeza aquella ropa interior, "no es tiempo de ponerse a pensar idioteces Tn", de la nada sonó la puerta de la entrada y como vi que ninguno de los chicos se dignaba a venir a abrir, no me quedo de otra que hacerlo yo misma... mala decisión.

- Hola -dije sin mucha emoción-.

- Hola, ¿Tn era tu nombre cierto? - Deborah entro y se dejó caer en el sofá- vinimos a buscar a Kevin, supe que hay un fiestón cerca de aquí.

- Veo que estas bien informada sobre esto de las fiestas -luego reaccione a lo primero que dijo- espera ¿vinimos?

- ¿Deborah ya hablaste con él? -apareció la rubia de la empresa tras la puerta, llevaba un vestido fucsia ajustado el cual marcaba bien sus curvas..Annie-.

- No, aún no mujer -se acurruco en el sofá- déjame descansar por un momento. -en ese momento pude sentir la mirada de la rubia sobre mi.

- Oye, ¿tú no eres la del elevado....... -

-  ¡Kevin Jonaass!.....- estaba tan irritada que no encontré mejor forma de desquitarme que gritarle para llamarlo-.

Rápidamente los cuatro chicos llegaron a la sala al escuchar mi llamado, sorprendido me observaron y luego miraron a Kevin, quien rápidamente se acercó a nosotras.

mi peligrosa obcecionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora