Capitulo: 74 Hare que esa mañana sea divertida y placentera

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- Estuvimos a punto de ser vistos -le di un golpecito en el pecho- eres el hijo del jefe, pero no quiero que empiecen los rumores de que ocupamos la empresa de motel.

- No seas exagerada, nadie nos vió -me dio un tierno beso en la frente- así que no te preocupes.

- De acuerdo -suspiré- tú ganas, pero no quita que me haya sentido avergonzada, no... -me sonrojé- quitabas tu cuerpo del mío.

- Puede ser, sin embargo, por tu cara sé perfectamente que te estaba gustando como a mí -se burló- Mmm... -sacó su móvil para verlo y lo volvió a guardar- Pedro debe estar esperándome en su oficina, creo que ya es hora de despedirnos.

- No sean muy exigentes con ustedes, ojalá no lleguen tarde a casa -lo abracé con fuerza- te estaré esperando.

- No te preocupes, solo debemos revisar un par de documentos y hacer una presentación para exponer -tomó mi rostro entre sus manos y me besó- estaremos en casa como a las 21:00.

- Bien -sonreí- estaré esperándote, te amo.

- Yo también te amo -me abrazó y se alejó de mi mientras caminaba a su encuentro- ¡envíame un mensaje cuando llegues!

Asentí con mi cabeza, Kevin se volteó y siguió su camino, lo quedé observando por algunos momentos y es que se me hacia aun inexplicable que estuviéramos juntos, las mariposas que sentía en el estómago estaban como locas y mi corazón aun acelerado luego del susto que pasé. Abrir mis ojos y sonreí, debía vengarme del pequeño sobresalto que me hizo pasar, quería que sintiera esa adrenalina y excitación que sentí yo o incluso más, pensé por varios minutos en mi lugar y una buena idea se me vino a la cabeza, busqué el teléfono en mi bolso, si quería hacer esto necesitaba de alguien que me ayudara, marqué el número de teléfono y esperé.

- ¡Hey Tn!, ¿pasó algo? -se escuchaba que estaba comiendo algo- ¿quieres que ya vaya por ti?

- No, no, no -reí- no es eso. Necesito tu ayuda para una idea que se me ocurrió, yo... quiero hacer una pequeña venganza amorosa a Kevin y te necesito.

- ¡Mini venganza!, lo hubieras mencionado antes -percibí el sonido del agua del lavado al otro lado de la línea- Lavó mis dientes y estoy ahí en un minuto... a todo esto, ¿en dónde estás?

- Estoy en la empresa, ven por mi aquí y luego vamos a un par de tiendas.

- ¿Vamos por algo de ropa? -creo que sospechaba algo de mi pequeño plan-.

- Si -contesté feliz-.

- Bien, este asunto me esta comenzando a gustar -rió- nos vemos luego Tn.

- Te espero.

Luego de haberlo llamado pasaron unos minutos y me devolvió el llamado, estaba fuera de la empresa esperando, bajé las escaleras y caminé hacia afuera del lugar, di con el auto con facilidad y corrí hasta llegar a él, cuando me subí salude a Mario y él partió el auto con rumbo a las tiendas de ropa más conocidas que se encontraban a un par de cuadras de donde estábamos. Le comenté que lo que quería era un conjunto para formal como para ocupar en una oficina, algo así como una camisa, una falda corta y unas medias que le dieran ese toque sexy que me sería de utilidad para la ocasión, fuimos a varias tiendas en donde Mario sabía que podrían vender ropa de ese estilo, muchas me parecían una buena opción, sin embargo, no me llenaban por completo como para pensar en comprarlas. No quería que fueran prendas caras, era probable que las pudiera volver a utilizar en una que otra oportunidad, pero en este caso la necesitaba para un caso en especifico por lo que no debía gastar una millonada en el conjunto. Finalmente fuimos a una tienda que aún no habíamos entrado y que no conocíamos, me gustó una camisa manga corta que había y una falda negra que se ajustaba a la idea que tenía en mente, tomé las cosas y fui al probador para ver como me quedaba, al abrir la puerta Mario no tardó en verme de pies a cabeza y darme su señal de aprobación, le encantó y a mi también, cuando volví con mi ropa de antes pasamos por la caja y compré el conjunto junto con unas medias que me parecieron atractivas y que le hacían juego. Ya lista para la ocasión me puse a conversar con Mario para ver cuando me convenía hacerlo, claramente la mejor opción era hacerlo mañana y sorprenderlo en su oficina, Klen nunca se imaginaria algo como esto y la propuesta de Mario era buena, estaba decidido, actuaría mañana por la mañana antes de su reunión con Pedro y los ejecutivos.

Con nuestro plan ya decidido nos relajamos un poco yendo a comer, nos estacionamos cerca de un puesto de comida, entramos en el lugar para sentarnos y pedir nuestra orden, Mario se encontraba muy indeciso, pero finalmente se decidió por algo picoso y yo no le di tantas vueltas al asunto y pedí brochetas de cerdo, fue la mejor idea para almorzar que había tenido, seguimos conversando sobre lo que se me había quedado pendiente con él, era obvio que se preocuparía por mi junta con una mujer a la cual no nombre frente a ellos, al final le expliqué que la chica con la que me había reunido era Danna, él solo me dijo que me cuidara y que no me expusiera a ambientes de estrés, al cabo tiene razón, cuando estoy muy afectada por algo suelo enfermarme y no quiero repetir lo ocurrido para navidad, eso jamás. Pagamos la cuenta y quedamos en ir a ver ropa para él, Mario siempre me ayuda cuando lo necesito y no podía negarme a acompañarlo, visitamos variadas tiendas en donde compró un par de pantalones y unas chaquetas, fue difícil dar con unas que le gustaran totalmente, pero al final lo logramos.

Nos divertimos toda la tarde paseando y mirando tiendas, hablamos bastante y reímos como nunca, fueron unas horas de pura diversión, siempre sé que puedo contar con él y pasarlo de lo mejor si él se encuentra allí. Volvimos a casa como a las 19:11, hubiéramos vuelto antes, pero Tomas salió de casa por la tarde para poder comprar un control nuevo para su consola por lo que nos pidió que lo fuéramos a buscar, el trayecto se nos hizo demasiado corto y dulce, gracias a la idea de Tomas, nos detuvimos en una heladería cercana a los apartamentos y compramos helados, los cuales comimos en el tiempo que nos restaba para llegar a casa. Después de llegar las horas se me pasaron volando, estuve ocupada ordenando un par de cosas en el cuarto y guardando la ropa que había lavado, estaba con auriculares por lo que me asusté de sobre manera cuando sentí un brazo abrazarme por la cintura, Kevin se tiró al piso de la risa y me imagino el porqué, mi cara de horror al repentino tacto sobre mi cuerpo me dejó tétricamente en blanco.

- No tienes idea del susto que me diste -me acerqué a él para hacerle cosquillas- me las pagaras.

- Oye, oye -reía a más no poder- no fue a propósito, me rindo, me rindo.

Seguí mi tortura hasta la cama en donde se dejó caer, me subí sobre él estuve entretenida ahí por un tiempo, no tardé mucho en terminar de hacerle cosquillas al hacerle caso a sus suplicas, sin embargo, el ataque se volvió en mi contra y ahora era yo quien se encontraba debajo de él. Fue una buena forma de terminar el día, Kevin y yo nos pusimos el pijama, apagamos las luces y nos dispusimos a acostarnos en nuestra cómoda cama.

- ¿Mañana debes levantarte temprano? -pregunté curiosa para concretizar mi plan-.

- Si -se volteó hacía mí- alrededor de las 06:15. Tenemos un montón de archivos que aún no se han revisado, pero lo bueno es que Pedro y yo nos los repartimos así que tranquilamente podremos asistir a la reunión de las 10:11.

- Pero ¿no te preocupa no alcanzar a revisar los tuyos?

- No te preocupes -me besó- ya adelanté mucho hoy, así que probablemente mañana termine temprano y puede que avance en otras cosas antes de asistir a la reunión.

- Pues fue buena idea -comencé a jugar con sus cabellos- bueno, yo también debo hacer cosas aquí en casa así que lo mejor será que nos durmamos pronto.

- Me parece bien.

Me sonrió...

mi peligrosa obcecionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora