Capitulo: 26 Deberias dejar de preocuparme asi

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- Me da igual lo que piense papá, ese imbécil se lo merecía.

- Pero mírate, tendrás moretones por la mañana -Annie lo abrazo- me preocupaste mucho cariño.

- No creo que sea momento para eso.- dijo Tomas algo fastidiadio

- Opino igual que él.

- ¿Qué tiene? Yo solo quiero jugar para animarlo -se acercó a su oído- además aún no terminamos lo que iniciamos en Club. -me queje por lo bajo-.

- ¿Estas bien? - Kevin se giró preocupado a verme-.

- Si, estoy bien... no es nada.

Pese a la respuesta que di Tomas quedo dudoso y bueno, Kevin no aparto en todo el trayecto su mirada de mí, yo solo me quede viendo las luces de la ciudad a través de la ventana. Llegamos rápido a casa, Annie insistió mucho en quedarse en casa así que no hubo más elección que aceptar su petición, Deborah fue diferente esta vez, se veía preocupada por lo que me paso y a al mismo tiempo fue simpática conmigo, nos despedimos de ella y se marchó en su auto, al entrar en casa fuimos silenciosos para no despertar a los chicos, prendimos la luz, Annie por su parte se fue corriendo al baño de la segunda planta, posiblemente a vomitar luego de todos los tragos que se echó encima, así que en la sala solo nos encontrábamos Tomas y Kevin.

-Tienes roja una parte de tu labio inferior - Tomas me miro serio-.

- ¿Fue por eso que te quejaste en el auto? -Kevin se incorporó a la conversación- ¿el idiota te mordió?

- Si... lo siento, solo no le di mucha importancia al asunto...

- Bien, iré por algo de hielo para tu labio, ya regreso - Tomas dijo para luego irse a la cocina dejándome a solas con él-.

- Oye Tn, déjame ver eso.

- No te preocupes, no es necesario.

- Dije que me dejaras ver.

Se notaba molesto, la verdad es que la situación por la que pase fue muy incomoda, no sé cómo pero al parecer tengo mala suerte en los Clubs y debo admitir que Kevin fue muy estúpido al actuar así en el lugar... sin embargo, entiendo perfectamente que ese pervertido se merecía eso y más, se lo agradezco igualmente. Kevin hizo mi cara hacia arriba y se dispuso a observar mi labio, no era la primera vez que me defendía y me daba mucha rabia que en momentos como este me pusiera débil ante él, trague saliva cuando se puso cerca de mi cara, me sentía nerviosa al tacto de sus cálidos dedos sobre mis labios, su miraba estaba fija en ellos lo cual provocaba que mi corazón estuviese a mil, sencillamente puedo decir que este chico es el único que despierta tantas emociones simultáneamente en mí.

- Solo tienes inflamado, con el hielo que traerá Tomas servirá para disminuirlo -se alejó un poco y me dedico una sonrisa- por lo menos tus labios mañana estarán bien.

- Si, me alegro que no haya sido algo peor -reí-.

- Tn... -puso su cabeza en mi hombro- deberías dejar de preocuparme así.

- ¿Preocuparte? *¿Era enserio?*

- Bien, bien, ya llegué -se sentó en medio de nosotros- deja que tu médico personal se encargue de esto.

- De acuerdo -mire hacia el otro chico, el cual se paró del sofá- ¿ya te vas?

- Si, o Annie aún no sale del baño o está en mi cuarto dejando un desmadre.

- Bien, no te preocupes - Tomas me apunto- yo me encargo de ella, está en buenas manos.

mi peligrosa obcecionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora