Capitulo: 75 Me alegra muchisimo tu visita

155 10 0
                                    


Me sonrió, era casi inevitable no derretirme con aquella sonrisa, me perdía completamente en ella, lo cual ocurría de igual forma al ver sus penetrantes ojos, cada parte de él me encanta y esta sensación eléctrica que me invadía todo el cuerpo eran prueba de ello. Pese a que nos encontráramos en penumbras podía ver perfectamente su rostro, amaba estar junto a él y observarlo dormir, todas sus expresiones eran únicas para mí y verlo dormir con tanta tranquilidad me daba un sentimiento de paz en el pecho, realmente había cambiado completamente desde el primer día en que lo conocí, fue casi imposible no soltar una diminuta sonrisa al recordarlo, nuestras incontables peleas, diferencias y el ignorarnos en ocasiones, fue bastante tiempo que estuvimos conviviendo como si fuéramos dos extraños que no quisieran relacionarse por ningún motivo, sin embargo... pequeños detalles lograron hacer la diferencia, que se preocupara por mi, que me protegiera y que esa actitud cortante fuera poco a poco cambiando fueron cosas que consiguieron que me fijara en él y que claramente me enamorara.

Porla mañana desperté con la música de la alarma de mi móvil, me levanté rápido y salí de la cama para ir a despertar a Mario, me demoré unos minutos puesto que me hizo teatro para no salir de su cama, aunque después de varios intentos logre sacarlo de allí para que fuéramos a desayunar juntos, llegamos a la cocina y nos preparamos lo más rápido para no perder tiempo, me apresuré para darme una ducha y ponerme el conjunto que compre el día anterior junto con mi abrigo, al estar lista fui directamente a la sala para encontrarme con mi compañero, todos en casa aún seguían durmiendo a excepción de Jonathan y Klen quienes habían salido mucho antes que nosotros, caminé silenciosamente para no despertar a los chicos, llegué junto a Mario y listos nos dispusimos a salir del apartamento rumbo a su auto. Durante el trayecto nos fuimos bebiendo los batidos que Mario había preparado la otra noche, nos fuimos conversando y escuchando música para pasar el viaje más entretenido hasta llegar a la empresa.

- Bien, ¿aún quieres hacer esto? -bebía de su batido- digo, la ultima vez que te "vengaste" terminaste por estar en una situación emm... como decirlo, incómoda para ese entonces.

- Si lo sé, pero en esta ocasión somos pareja así que no hay problema -me bajé del auto- además, recuerda que solo es darle un momento "candente", solo eso, no pasará nada malo.

- ¡¿Y si los descubren?! -su cara realmente me daba para soltar una carcajada-.

- Tranquilo, él es el hijo del jefe y por ende nadie va a llegar y abrir la puerta, es por eso que tengo ese punto a favor.

- Eres demasiado pervertida niña, admite que te gusta la idea de quedar con tu novio en una oficina para hacer quien sabe qué.

- N-No es por eso -intente ocultar mi notorio sonroje con mi cabello-.

- Si claro Tn, ¿acaso tengo cara de idiota? -pensó- que ni se te ocurra responder a esa pregunta. En fin, me da lo mismo la intención solo espero que mi hermano nunca se entere de que te ayude en esto -rió-.

- No te preocupes por eso, no le diré.

- Bueno son las 09:35, yo que tu voy moviendo los piecitos si quieres alcanzar antes de la reunión -se acomodó en su asiento- te estaré esperando aquí, te quedan como veinte minutos así que corre -me regaló un giño-.

- De acuerdo, ¡ya regreso!

Me alejé del auto de Mario despidiéndome de él y luego caminé hasta entrar en el enorme edificio que estaba en frente, al estar adentro de la empresa no quería perder tiempo así que fui directo al elevador, pasaron un par de minutos ya que iba con personas más personas en el interior, al abrirse las puertas salí de allí hacía mi objetivo, caminé por el extenso pasillo del lugar pendiente de la puerta que estaba en frente de mí, respiré hondo antes de entras, busqué mi espejo en el bolsillo del abrigo para corroborar mi maquillaje, al terminar lo guardé y ya completamente lista toqué a su puerta. Kevin no tardó mucho tiempo en gritar que podía entrara lo cual accedí al lugar, estando dentro pude ver como leía un par de informes que tenía sobre la mesa, me despoje de mi abrigo dejándolo sobre un perchero que estaba ahí, poco a poco me acerqué a él hasta que logro percatarse de que la persona que estaba en el lugar era yo.

- ¡Tn! -dijo sonriendo mientras se paraba para besarme- no sabía que vendrías, ¿qué haces temprano aquí?

- Solo quería verte, tengo unas cosas que hacer más tarde así que aproveché de venir a saludar.

- Pues me alegra muchísimo tu visita -me tomó entre sus brazos- lo malo es que en tengo una reunión importante en unos cuantos minutos más.

- Por esa razón hay que hacer lo posible por disfrutar estos minutos juntos -mi abracé a su cuello-.

- Me gusta esa idea -y dicho esto último me besó con ternura-.

Estuvimos entretenidos en lo nuestro por un instante hasta que fuimos interrumpidos por el ruido de la puerta que alguien toca.

- Sr. Jonas -habló Krystal mi ex compañera al otro del cuarto- necesito entregarle unos papeles que le mandó su hermano, ¿podría venir aquí afuera para recibirlos?

- Claro, voy en un segundo.

Mientras Kevin me daba la espalda para atender a Krystal me adelanté para sentarme en uno de sus sillones y acomodarme para la función, me recosté desabotonando los primeros botones de mi camisa manga corta y con mis manos levanté un poco mi falda dejando a la vista la ropa interior que traía. Krystal terminó de entregarle los documentos a Kookie y enseguida se fue, Kevin los ojeo por unos segundos para poder ver de qué se trataban y los volvió a ordenar, cuando cerró la puerta y se volteó para hablarme quedo sorprendido, su cara me lo decía todo, no se esperaba para nada este movimiento, estaba en shock.

mi peligrosa obcecionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora