Capitulo: 57 ¿Que es... lo que ha pasado entre esos dos?

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Todo en la sala estaba en silencio, esa pequeña fracción de minuto pasaba lentamente poniéndonos de los nervios a todos, pasado ese tiempo Kevin rompió el abrazo con su chica y habló.

- Annie... debemos hablar.

- ¿Hablar? -estaba perdida- ¿de qué deberíamos hablar?

- Ouch -Mario se acercó rápidamente a mi lado para susurrarme- Prepárate, esto se pondrá bueno.

- Si te soy sincero, no creo que sea la mejor idea que te mudes con nosotros.

- ¿C-Cómo? -apretó los puños- No te entiendo, por qué querrías algo así.

- No lo tomes personal, es solo que la empresa está prácticamente cerca del apartamento por lo que es muy probable que pase más tiempo con nosotros, por esa razón no puede verte y mucho menos durmiendo allegada en mi habitación.

- ¿Y qué pasará con nosotros? -se notaba que estaba desesperada luego de escucharlo- ¿Acaso tendremos que vernos puertas afuera a escondidas como empezamos?

- Mejor vayamos arriba, debemos conversar mejor esta situación.

La chica salió molesta de la sala junto a él y subieron rumbo a la habitación, me costaba trabajo no inquietarme por saber lo que Kevin tenía para decir, en parte entendí la decisión de no involucrarla en esto, hay que tener claro que es algo de familia y además como el Sr. Jonas tiene la facilidad de quedar con nosotros seria muy sospecho que la viera merodeando el lugar. Estuvimos alrededor de media hora charlando sobre lo que haríamos y como nos dividiríamos las tareas para la mudanza, después de coordinar todo nos dispusimos a seguir con nuestros asuntos en nuestras respectivas habitaciones, así que subí a la segunda planta y me fui a mi cuarto, dentro saqué mis maletas del armario y comencé con guardar en una las cosas que no solía utilizar con frecuencia. Era casi imposible no escuchar los gritos y el llanto que se estaba montando al frente del cuarto, sentí un ruido fuerte, no es que sea cotilla pero la curiosidad me estaba por matar, sigilosamente caminé hasta la puerta y con sumo cuidado giré la perilla, Annie estaba con todo su maquillaje corrido y llevaba una enorme maleta consigo, me sorprendió, ¿qué era lo que estaba pasando?, abrí un poco más y pude observar a Kevin junto a la baranda de la escalera, lo último que escuche de la chica era que él no le podía hacer esto y pegó un portazo antes de irse. Junto con sentir el auto de Annie partir escuché otro llegar, cuando vi que Kevin estaba por darse vuelta cerré la puerta lo más suave posible, sentí su puerta cerrarse, me apoyé en la mía y caí sobre mis piernas, era casi imposible que no llevara mi mano hasta mi boca.

Annie se había ido con sus maletas dejando atrás la casa y a su novio, ¿de qué trato la conversación que tuvieron como para que ella explotase así?, no tenía idea de lo que ocurría entre esos dos y la curiosidad me estaba comenzando a consumir lenta y peligrosamente. Cuando por fin mi mente aterrizó a Tierra pude percatarme que unas personas habían subido y que ahora se encontraban hablando por el pasillo, con sumo cuidado corrí hasta mi cama y me recosté, la puerta fue golpeada un par de veces antes de que pudiese responder y fue entonces cuando di la señal para que entrasen, a lo que la puerta se abrió dejando ver a dos personas.

- Hola tú -lo dijo Klen con un toque de ternura, pero sabía perfectamente que lo dijo en otro sentido- ¿Cómo sigue nuestra pequeña Tn?

- Mucho mejor, de vez en cuando estornudo y por lo menos fiebre creo que ya no tengo.

- Bien, eso es bueno -se acercó al adulto mayor que estaba junto a él- Bueno Tn, él es el Doctor López, te revisará y nos ayudará a saber que debemos hacer para que no te ocurra lo que pasó anoche. Él está al tanto de todo, sin embargo, es importante que también hables con Doctor por si hay algo más que quieras decir.

- Es un gusto conocerla -se acercó y me extendió la mano, la cual yo estreché- soy el Doctor de confianza que tiene esta familia, como supondrá el Sr. Jonas y yo somos cercanos por lo que estuvo muy aliviado al saber que yo vendría a ver a la esposa de su hijo.

- El gusto es mío, me siento más tranquila al saber que es el doctor de la familia, estaré bien en sus manos.

- Eso te lo puedo asegurar y apropósito, ¿Por qué estás en este cuarto y no en el matrimonial? -*mierda, se me había olvidado ese detalle, ¡¿qué se supone que deba decirle?!*-.

- Lo que pasa es que una amiga de Tn se quedó con nosotros, se fue hace unos pocos días y con todo esto de las fiestas no hemos tenido tiempo de sacar las sabanas, por esa razón la trasladamos aquí, no sabíamos si era algo grave o no y aptamos por que lo mejor fuera estar en esta habitación de visitas -*Gracias Klen, además con todas las cajas empacadas con mis cosas se nota más vacío el cuarto*-.

- Si, si, se entiende -rió- no queremos a más de un enfermo en casa.

El doctor pareció entender la explicación que inventó Klen, me sentí tan atrapada por su pregunta que no sabía que contestar, sin no fuera por él probablemente hubiese encontrado algo raro en mi relación con Kevin, por esta razón debo ser más precavida y estar relajada, no puedo dejar que me pillen con la guardia baja una vez más y mucho menos quedarme sin respuestas. Klen salió del lugar dejándome a solas con el doctor para que hiciese su trabajo, me hizo un chequeo completo y estuvo muy atento a lo que le contaba, al parecer lo que tuve fue un resfriado mal cuidado que empeoro con mi estado anímico, le invente que la razón de mi malestar emocional se debió a que estaba lejos de casa en estas fechas tan familiares y que por eso estuve más de un mes de mala alimentándome y pasando la mayor parte del tiempo en cama. Él intentó no ser muy duro conmigo, sin embargo, se notaba que estaba preocupado por mi salud por lo ocurrido, después de unos minutos tomó mi temperatura y arrojó que estaba en 37.5, un número menor en comparación con el de hace horas atrás.

- Hemos terminado querida, no te veo mal y a pesar de tu temperatura dudo mucho que vaya a subir nuevamente -buscó su maletín y saco un frasco con medicina- Solo debes tomar esto, te dejo la receta con las indicaciones, si lo tomas bien probablemente no tendrás más complicaciones que este resfrió.

- Muchas gracias -recibí la medicina- En verdad estoy muy agradecida de que se haya dado un tiempo para venir en un día como hoy.

- ¿Qué puedo decir?, muchos de mis pacientes son como mi familia y en este caso tu ya estas siendo parte de ella -una vez más estrechó mi mano y caminó hacia la puerta- Fue un placer conocerla, espero que Kevin haga un buen trabajo cuidándola, dale mis saludos.

-Lo haré -le sonreí-.

Ese día ignoré por completo la idea de salir corriendo por aquella puerta y preguntarle a mi esposo que había ocurrido con su chica, en su lugar hice caso a las palabras del doctor, reposé toda la tarde y descansé lo máximo que pude, Mario cumplía con venir a verme para ver como seguía y de paso despertarme a la hora en que debía tomar mi medicina. Durante las horas restantes para terminar el día solo me preocupé de mí, estuve recostada en cama conversando con Sarah y Charlotte por mensaje, las horas pasaron y cuando menos me di cuenta ya era la 1 de la madrugada.

mi peligrosa obcecionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora