Capitulo: 67 Kevin jonas... eres un grandisimo idiota

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Si quisiera que me pisotearan directamente iría con mi ex pareja, ¿cómo es posible que Adam tuviese algo antes con esa chica y yo ni enterada estaba?, es más, ¿por qué Kevin le contó algo así a Annie y no fue capaz de contármelo a mí?, "maldición, todo esto es pura basura". Al salir de la empresa tenia muchos pensamientos en mente, debía hablar ahora mismo con Kevin y nada me impediría hacerlo, me debía una seria conversación, en definitiva, de esta no se salvaría. Crucé la calle y entré al Starbucks de enfrente para resguardarme de la nieve, hacia demasiado fío y claramente no debí salir así de casa.

No dude en lo que iba a hacer, tomé el teléfono de mi bolso y marqué a una de las dos personas que estaba enteradas del tema en cuestión.

- ¡¿Tn!?, no esperaba que llamaras pronto, ¿quieres que vayamos por ti? -sentí como un montón de ruido se hacía presente en nuestra conversación, como si alguien hubiera corrido hasta Tomas y le hubiese quitado su móvil-.

- ¡¿ESTÁS BIEN?!, ¿¡PASÓ ALGO?!, ¡¿NECESITAS AYUDA?!, ¡¿QUIERES QUE TE LLEVE UNOS PAÑUELOS O PREFIERES HELADO DE LITRO?! -Mario hablaba tan rápido que casi no lograba entender lo que me decía- ¡¿Hablaste con el innombrable de Adam?! ... Ups... ¡LO SIENTO!

- No, tranquilo son muchas preguntas en tan poco tiempo -suspiré- Mira, les puedo responder todo lo que quieran saber, pero antes necesito saber si Kevin está en casa.

- No, no ha llegado aún y pensándolo bien hace poco Pedro me dijo que iría a una reunión con él, debe seguir en la empresa... espera, averiguo y te mando el número de su oficina.

- De acuerdo, en verdad te lo agradecería mucho -en ese instante pude ver a la rubia salir del lugar- Bien, tengo que colgar, los veré luego.

A penas vi que la chica tomó un taxi me dirigí nuevamente al edifico que estaba al otro lado de la calle, no tardó mucho en llegar el mensaje del teléfono de Tomas con el número de la nueva oficina de Kevin, caminé rápido con tal de resolver pronto mis dudas, estaba furiosa y muy decepcionada de él, le pregunté en una ocasión por Adam y él, incluso me explicó que Danna era su prima y se juntaba, ¿Cómo se le pudo pasar algo tan importante como lo cercanos que eran?. Seguí a paso veloz para alanzar a toma el elevador, las personas dentro parecían bastante ocupadas en sus papeles lo cual agradecí para no ocultar mi cara notoria de pocos amigos, esperé pocos segundos y me bajé en la planta en donde estaba mi objetivo, mi corazón latía con fuerza y mis mejillas las sentía calientes, no había vueltas atrás, o me da una explicación buena o juro que jamás le perdonaré por ocultarme un detalle tan importante como ese. Llegué a mi destino y tenía la enorme puerta en frente de mí, no quería retrasar más las cosas, sin siquiera tocar tomé la perilla y entré al lugar como si fuera mío, allí dentro se encontraba Kevin sentado en su escritorio leyendo un par de documentos que tenía sobre su mesa, con el bullicio que armé al entrar logré sacarlo de su trance, estaba en shock y me imagino el motivo de ello.

- Tn no esperaba verte por aquí -se levantó de su asiento- ¿O-Ocurre algo?, te ves...

-Molesta -le ayudé completando la idea o más bien lo obvio-.

- Si y bastante molesta -me vio un tanto pensativo- ¿Qué haces aquí en mi oficina?

- Cuando... -empecé a descontrolarme, sentía un fuerte dolor en el pecho- ¿Cuándo pensabas decirme que Danna y Adam tuvieron algo?

- ¿Q-Qué? -se sorprendió bastante al oír mi pregunta- No sé de qué estás hablando.

- ¡No te hagas el desentendido!, sé perfectamente que entre esos dos hubo algo cuando eran más jóvenes, ¿Por qué nunca me lo dijiste?

- Yo solo no creí que fuera algo tan relevante como para mencionarlo.

- ¡¿Y por qué decidiste juzgar eso tú y no me dejaste juzgar a mí?! -mi vista estaba empezando a cristalizarse, había aguantado mucho hasta ahora y aunque me costase debía seguir haciéndolo-.

- Tn no es por ser malo contigo, pero no tengo tiempo para esto -se volteo a su escritorio y comenzó a ordenar las hojas que tenía ahí- Tengo en unos minutos una reunión con mi padre, Pedro y algunos empresarios, entenderás que no puedo faltar.

- Tú no lo entiendes, yo sol-

-Hablaremos cuando llegue a casa...lo siento, en verdad.

No dijo ni una palabra más, sin dejar que le explicara la situación él solo tomó sus cosas y salio de la oficina dejándome sola en el lugar, me sentí pasada a llevar, por una parte, entendía que la reunión era importante y era su primera junta, sin embargo, por el otro lado necesitaba respuestas no entendía cómo fue que pasó todo esto. Resignada a que no lo vería atravesar esa puerta una vez más... tragué saliva, limpie mis ojos y salí del ahí, en el trayecto para dejar la empresa saqué mi teléfono como pude ya que no podía dejar de temblar, observé el cielo puesto que sentí como las gotas comenzaban a caer sobe mí, le marqué a Mario esperanzada en que contestaría rápido, quería verlos.

- ¿Hola?, ¿Tn?, ¿me escuchas? -lo escuchaba al otro lado de la línea, se oía intranquilo-.

- Mari...aún -mi voz poco a poco empezaba a cortarse- ¿A-Aún está en pie la oferta del helado?

- Pequeño Sol,... ¿Qué te sucede?

- N-No me siento muy bien, necesito compañía, p-por favor vengan a buscarme.

- N-No llores Tn por supuesto que está en pie lo del helado, iremos enseguida y lo comparemos, ¿vale?, ahora dime ¿dónde estás?

- Estoy fuera de la empresa de tu padre, creo que me quedaré en el Starbucks de enfrente, está lloviendo.

- ¿Tn llevas algo de dinero contigo?

- S-Si, tengo mi billetera en el bolso -hablé mientras secaba mis lagrimas con mi manga-.

- Bien, escúchame y pon atención, quiero que vayas ahora a ese lugar y compres algo para comer. Estaremos allí en breve así que quédate tranquila pequeña.

- B..Bien.

Al terminar la llamada hice lo que Mario me había indicado, compré un cappuccino y también pedí un muffin de arándanos junto a unas donas con doble chocolate, la furia seguía recorriéndome, pero pese a eso... ahora la pena y la tristeza era lo que más se hacía presente. Me sentía vacía, por lo menos no tan mal como la vez en que a Kevin se le ocurrió que olvidáramos lo ocurrido entre los dos, aunque si me dolía el hecho de que Adam me halla engañado y mentido reiteradas veces, tenía en parte el corazón roto porque le tenía un cariño inmenso y no esperaba eso de él, ahora solo tengo ganas de llorar y de desahogarme de una vez por todas para no tener que reprimir lo que siento. En poco tiempo el auto de Mario apareció al otro lado de la ventana y del salieron Tomas y Klen muy preocupado, cuando subí al auto comprendí que la bomba de Adam había estallado, los del apartamento ya estaban al corriente de lo que había pasado, miré atenta a Mario quien se encontraba manejando y luego vi a su lado, en el asiento del copiloto se hallaba una bolsa de supermercado cuyo contenido era el helado que había pedido, sentí una sensación cálida en el pecho por el lindo gesto que tuvieron, definitivamente podía percibir todo el apoyo que me estaban dando en esta situación. Tomas estuvo todo el camino intentándome hacer reír con sus muecas y chistes, mientras que Yoongi por su parte estuvo todo el trayecto abrazándome y acariciando mi cabeza para relajarme, cuando por fin llegamos al apartamento entramos y Mario me preparó un recipiente con mi helado favorito decorándolo con algunas galletas que había comprado, Jonathan apenas me vio se acercó para abrazarme con fuerza, me dijo que dejara las el helado sobre la mesa y que fuera a cambiarme las prendas que traía mojadas para no resfriarme, hice caso a su sabio consejo y fui a la habitación.

mi peligrosa obcecionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora