Capitulo: 73 Dime Kookie

169 11 0
                                    

- ¿En qué tanto piensa esta linda chica? -me sonrió sentándose a mi lado-.

- ¡Kevin! -me sobresalté- me asustaste.

- Aún no respondes mi pregunta -me vió divertido-.

- Pensaba en cosas de la vida... hoy tuve cosas que hacer.

- Cierto, Klen nos dijo que vino y aprovechó de venir a dejarte por aquí, ¿qué tenías que hacer?

- ¿te parece si lo hablamos en el almuerzo?, aprovechamos de conversarlo ahí.

- Me parece una buena idea, ¿vamos? -me extendió su mano para tomarla-.

En ese pequeño instante en que mi mano tomó la suya, Kevin me jaló hacia él quedando pegada a su cuerpo, abrir mis ojos de golpe, sus dulces y cálidos labios estaban sobre los míos, fue una sorpresa para mi puesto que no esperaba que hiciera algo tan repentino en la empresa. Me sentí ruborizada, con solo su tacto ya lograba sacarme uno que otro suspiro.

- Kevin... -le hablé mientras me separaba unos centímetros de su cara- está el personal en recepción, si nos ven sería...

- Tn eres mi esposa y soy el hijo del jefe, nadie pensará algo raro y mucho menos se atrevería a decir algo -puso sus manos alrededor de mi cintura, acercando su boca a mi oído- tú solo olvida a los demás y disfruta.

No podía negarme, llevé mis brazos abrazando su cuello y una vez más sentí sus deseosos labios recorrer cada parte de los míos, una sensación calurosa me invadía por completo y no era para menos, lentamente comenzó a jugar conmigo hasta lograr profundizar el beso. Estuvimos un tiempo entretenidos en lo nuestro hasta que nos vimos obligados a dejarlo por la falta de aire, después de nuestro "cariñoso" encuentro me cogió de la mano y fuimos a la cafetería por algo de comer, el lugar no estaba muy lleno ya que muchos empleados a veces optaban por compara e irse a comer fuera por el pequeño jardín que había o en sus oficinas, nosotros por nuestra parte decidimos comer en la cafetería, Kevin pidió un plato grande de brochetas de cordero para que compartiéramos y dos jugos naturales. El almuerzo trascurrió de lo más tranquilo y divertido, conversamos de muchas cosas que antes no habíamos tenido la oportunidad de hablar, era muy cómodo hablar con Kevin de esta forma, si nos hubiéramos dado el tiempo para conocernos mejor ese día en que nos conocimos, tal vez esto entre los dos hubiese funcionado desde antes.

- Ese almuerzo fue de lo mejor -reí al ver que seguía entretenido con la ultima brocheta de cordero- ahora ya estoy listo para el postre.

- A mí también me ha gustado -saqué los cheesecakes de la bolsa en su cajita trasparente- ahora espero que te guste lo que traje.

- Por supuesto que me gusta -se inclinó hacia mí para darme un beso- tienes que saber que todo lo que venga de ti me gustará.

- Gracias -me sonroje- me deja más tranquila saberlo.

- Por cierto, ¿qué tuviste que hacer por aquí cerca? -me sorprendí, se me había olvidado completamente que me había preguntado con anterioridad. Sé lo que me dijo Danna y haré lo posible para que las cosas sigan igual que siempre-.

- Te diré solo si prometes no enojarte o hacer algo al respecto. En verdad me enojaré si no me cumples.

- Hey, de acuerdo, no pongas esa carita -me acaricio mi cabello- Bien, ¿a qué viniste?

- Mira... Danna consiguió mi número y me pidió que nos juntáramos en el Starbucks de en frente, nos vimos ya que quería explicar lo ocurrido ayer y darme unas disculpas por ello.

- ¿Danna? -cambió de inmediato su expresión, estaba algo molesto- ¿En verdad quiso hacer lo posible por defender a su novio?

- Sé lo que puedes estar pensando y lo que te molesta, sin embargo, ella está enamorada y quiere ayudar en lo posible a Adam, ella no tiene idea de lo que él me hizo y no tiene porque sufrir por un asunto del cual no sabe.

- Ese imbécil te engañó -apretó sus puños sobre la mesa- mi prima no debería saber lo que ese idiota te hizo, es más, mi padre debería saber que ellos volvieron.

- Kevin Jonas, ¿qué me prometiste? -le di mi cara más seria- No lo hago por Adam, lo hago por ella. Me contó lo ocurrido con él hace algunos años y entiendo como debe sentirse -cambié mi cara a una más serena y le acaricié su rostro- Por favor no te molestes, no quiero verte así, solo quiero resolver este tema yo, no te involucres.

No quería mentirle y no contarle lo de mi junta con Danna, era importante que el estuviera al corriente, pero no quiero que tomé cartas en este asunto. Para lograr calmarle los ánimos tomé la iniciativa y me acerqué a su cara, posé mis labios sobre los suyo tomándolo completamente desprevenido, apoyé mi mano sobre su pierna mientras pasaba mi mano por su nuca para saborear sus labios con mayor fervor, el haber toda la iniciativa me daba algo de confianza en mí misma, básicamente somos pareja y no quiero que él sea el único que tome la decisión para comenzar todo. De un momento a otro su respiración se notaba agitada y empecé a sentir algo cerca de mi mano, ya con toda la comida sobre la mesa acabada, se separó de mi y me cogió de la mano llevándome lejos de ese lugar, "¿Q-Que es lo que se supone que está haciendo?", me guió por la empresa hasta llegar a un pasillo enorme y sin ninguna señal de vida, sin previo aviso me colocó contra la pared besándome con desesperación, metió sus manos al interior de mi abrigo para acariciar mis piernas levantando un poco la falda. Este hombre me tenía completamente a sus pies, ¿cómo era posible que me hiciera sentir así?, mis emociones están descontroladas y siento que el corazón se me va a salir en cualquier momento. Sentir el tacto de sus dedos me daban una sensación ardiente como si me quemara en donde Kevin tocara, sus labios me besaban con fervor, en definitiva, podría estar así por siempre junto a él. Estábamos disfrutando aquel momento de pareja que estábamos teniendo cuando inició el sonido de una alarma proveniente del bolsillo del pantalón.

- Que molesto -llevó una de sus manos a su bolsillo apagando la alarma para seguir en lo que estábamos. Ahora cambio de movimiento recorriendo mi cuello con su boca-.

- K... Kevin -intenté hablarle reprimiendo el notorio gemido que quería soltar ante su actuar- ¿tienes que... volver a trabajar?

- Si, pero ahora estoy ocupado. Pedro tendrá que esperar -de reojo pude ver su sonrisa de medio lado, estaba prendido, ahora su lengua se encontraba en el lóbulo de mi oreja-.

-Keev... d... detente -nos nervios se estaban apoderando de mi mente, sin embargo, mi cuerpo quería otra cosa- ya terminó la ahora de colación los empleados vendrán...

Me ignoró por completo, siguió con lo que comenzó, entretenido en mi oreja sus manos una vez más bajaron hacia mis piernas. No quería ser descubierta por los empleados, por lo menos no en este lugar.

- K-Kevin, por favor...-supliqué-.

- Dime KooKie -soltó en un jadeo ronco-.

- Pero tu...

- Si quieres que me detenga, llámame Kookie... -realmente quería que lo llamase así, la situación se me estaba yendo de las manos y a lo lejos oía como unas risas se iban acercando a nuestra ubicación- Pídelo Tn.

- Kookie, a-ah... -solté un gemido al sentir como pegó su cuerpo al mío, estaba atrapada y sentía su virilidad palpitar dentro de su pantalón- K-Kookie, d-detente... ah aah... por favor.

Cuando terminó de oír lo que tuve que decir se alejó lentamente de mí, mi corazón estaba a mil y el respirar se me dificultaba, era increíble como pude sentir tanta adrenalina en tan poco tiempo. Los hombres doblaron por el pasillo en donde estábamos y pasaron a nuestro lado siguiendo su camino hacia sus oficinas, mis mejillas ardían y al las de él solo un poco, tenía la respiración entre cortada y estaba de espaldas mientras las personas pasaban para ocultar su evidente erección.

mi peligrosa obcecionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora